Noticias 2009

Diciembre 7 de 2009

La familia de Samuel tiene una casa digna

• Con la construcción de una vivienda en el barrio Belencito de Medellín, EAFIT hace parte de un proyecto que es iniciativa de estudiantes de la ciudad.
• El beneficiado es el grupo familiar de un niño de la Benedikta Zur Nieden, institución que apadrina la Universidad.


Por calles y caminos del barrio Belencito, en la Comuna 13 de Medellín, transitan Andrea Vásquez y varios de sus amigos. Es sábado en la mañana y los muchachos tienen como destino la casa de Astrid García. Quien guía los pasos de los caminantes es Andrés Duque, esposo de Astrid.

El recorrido no es ningún trabajo de campo, es más bien el inicio de una jornada para darle los últimos retoques al sueño de una familia.
 
Una vez en la casa, las palabras de Astrid resuenan en el ahora espacio familiar. “Estoy feliz. Este es un anhelo que teníamos desde hacía mucho tiempo”, dice la señora, mientras su esposo, entusiasmado, enseña todo lo que hay allí adentro.
 
Los dos cuartos, la cocina, la sala y el baño lucen renovados ante la alegría de anfitriones y de visitantes, en este caso Andrea y sus amigos… Pero, ¿son estos muchachos simples visitantes? De ningún modo, ellos hacen parte del grupo de gestores que hacen posible que esta casa pueda llevar el calificativo de digna.

Un programa para regalar alegría
Vivienda Digna es el nombre del proyecto liderado por estudiantes universitarios y que en sus tres años de ejecución ha entregado alrededor de 20 casas, entre estas, la de Astrid y su familia.
 
“Una vecina tenía una fundación que construía viviendas a personas necesitadas. Ella llevó este proyecto al colegio para que quienes nos íbamos a graduar donáramos una casa. Fue ahí cuando le propuse llevarlo a las universidades”, recuerda Andrea Vásquez, estudiante de cuarto semestre del pregrado en Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT.
 
“Siempre había tenido ganas de colaborar con un proyecto de solidaridad. Algún día Andrea me contó que estaba recogiendo dinero para construir una casa, así que hice una donación. Me pareció interesante y nos empezamos a reunir con el fin de generar ideas de cómo recolectar más dinero, así que pensamos en las universidades”, comenta Fernando Sierra, que junto con Andrea es pionero de la iniciativa.
 
De esa forma un grupo de jóvenes de EAFIT, la UPB, la Escuela de Ingeniería de Antioquia, la Lasallista y el CES empezaron a buscar aportes económicos de los estudiantes de sus universidades para construir una vivienda digna en material prefabricado a una familia que careciera de éste.
 
En el camino se encontraron con el padre Ismael Mejía, sacerdote de la parroquia Jesús de la Buena Esperanza, de Belén Rosales, el intermediario directo en este proceso, pues es quien hace la gestión con Fabricasas, empresa encargada de edificar la vivienda y evaluar el terreno donde se va a construir.
 
La intervención de EAFIT
Este año, Andrea decidió presentarle el proyecto a Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, que no dudo en darle un sí a la propuesta y le recomendó que la familia escogida debería pertenecer a uno de los colegios que apadrina la Universidad.
 
“Entonces llamaron a Francisco Cardona, director de la Institución Educativa Benedikta Zur Nieden (que apadrina EAFIT dentro del programa Colegios de Calidad de la Alcaldía de Medellín), en San Javier, para que dentro de sus estudiantes escogiera a uno que tuviera una casa en malas condiciones, pero que además hiciera parte de una familia estable y su rendimiento académico fuera bueno”, comenta Andrea.
 
Ante la decisión, los profesores fueron comunicados de la noticia, entonces Luz Colombia, maestra de preescolar, recordó que uno de sus niños, Samuel (hijo de Astrid), le había dicho que le mirara sus manos. “Usted no tiene nada”, le dijo la docente, pero el pequeño le dijo: “Sí profesora, mire, tengo callos de pegar adobes y de cargar cemento porque estamos construyendo una casita”.
 
“Entonces Luz Colombia me llamó -cuenta la señora-. `Doña Astrid, ¿es verdad que usted está construyendo un ranchito? Y yo le dije: ¡Sí profe!, pero casi no tenemos con qué construir´. Entonces me explicó la donación de EAFIT y me solicitó que le llevará copia de la compraventa del terreno y de las cédulas de Andrés y la mía”, relata Astrid.

En el proceso de selección, solo los padres de Samuel entregaron los documentos requeridos. En la Benedikta, el pequeño había despertado la ilusión de muchos para que fuera el escogido, pues se trata de un niño de seis años pero que, debido a una malformación en la columna que le impide crecer, parece de tres. No obstante, su rostro siempre luce alegre y lleno de simpatía.
 
El hecho es que ante semejantes razones, Samuel y compañía fueron los beneficiados. “Presentamos el proyecto, llevamos a las personas beneficiadas y recogimos la plata”, cuenta Fernando, estudiante de Ingeniería Administrativa de la Escuela de Ingeniería de Antioquia.

Por lo anterior, la familia asistió en junio a la misa de grado de los estudiantes de EAFIT. “Para mí fue una felicidad muy grande ver cómo ofrendaban un adobe. Yo lo miraba y decía, bendito sea mi Dios, ya cuento con mi casa”, expresa Astrid.

“La vivienda costó cerca de siete millones. Nos demoramos casi cuatro meses en recoger el dinero, porque era la primera vez que llevábamos el proyecto a EAFIT, pero a finales de septiembre empezamos a construir”, puntualiza Andrea.
                       
Y así, gracias a la iniciativa de estos jóvenes estudiantes y del apoyo de EAFIT, la familia de Samuel disfruta de un hogar digno en el que podrán darle vida a muchos proyectos, algo que podrá repetirse si hay voluntad y generosidad.


 
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Andrea Vásquez
Estudiante de Ciencias Políticas Universidad EAFIT
E-mail: avasqu@gmail.com


 


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