Noticias 2009
Enero 20 de 2009
Estados Unidos no tendrá un cambio radical con la llegada de Obama
• En esta idea coinciden varios académicos de la Universidad EAFIT al analizar las tendencias en su discurso y sus reales posibilidades de maniobra.
• Piensan que es pragmático, que tiene una orientación conciliadora y que buscará el diálogo como estrategia principal en su política exterior.
Aunque Barack Obama tiene todas las condiciones favorables para mejorar la posición de Estados Unidos frente al mundo, este país no volverá a ser lo que era antes.
Así lo expresa Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de EAFIT, al analizar si es posible reconstruir la imagen de la superpotencia. Pero reconoce que “a lo que le puede apostar es a ejercer un papel muy importante, a que su política sea más tenida en cuenta. En los últimos ocho años, por ejemplo, el 70 por ciento de las proposiciones que presentaron en la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas fueron rechazadas. Eso era impensable hace 25 ó 30 años”.
Y aunque no habrá cambios de 180 grados en la política exterior, como dice Jorge Bonilla Vélez, profesor de Humanidades, lo que sí vende Obama es esperanza y grandes expectativas en todo el mundo, quizá más de las que se le puedan atribuir a una sola persona.
“Es el presidente de una nación que tiene una política exterior determinada y no creo que vaya a pelear o a generar una transformación abrupta frente a situaciones en las que Estados Unidos ha jugado bien con su preponderancia y hegemonía mundial o bien con el amor u odio que ha generado a nivel internacional”, agrega Bonilla Vélez.
Con respecto a su discurso, el académico señala que es coherente y pragmático, pues convenció a los estadounidenses de que el cambio es posible y ha sido fiel a la idea de insistir en la necesidad de darle un resurgir a una nación que debe luchar por un futuro mejor, “aunque estén parados en un presente que muestra al país involucrado en dos guerras y enfrentando una crisis económica y un desempleo muy creciente. Él reconoce que será una situación difícil en la cual todos deben trabajar unidos”.
Pocos presidentes de Estados Unidos, complementa, tuvieron que llegar en un momento tan difícil de la historia de ese Estado. “Pero ahí está la fuerza de su discurso, en el cambio”.
Bonilla Vélez manifiesta que el discurso de este mandatario demócrata es inteligente e interesante “porque está montado sobre grandes abstracciones. Y en ese sentido, cuando uno mira y entra a profundizar, ve que no se la juega por concretar muchas cosas y eso le puede dar un margen de maniobra”.
A pesar de las declaraciones que entregó sobre Hugo Chávez y Venezuela, el docente considera, sin embargo, que en sus políticas externas generará más consenso y diplomacia. “Acudirá más a las vías de diálogo, sin dejar de lado las vías de la fuerza, pero no necesariamente como la principal opción. Al menos, generará más posibilidades con otros estados, no de una manera tan aislacionista como fue la administración de Bush”.
Bajarlo del pedestal
Un presidente joven, con una imagen renovadora, que hasta físicamente se aleja de los políticos comunes, son algunas características que le abrieron puertas a Barack Obama. Despertó, opina Jorge Giraldo, el interés de muchos incluso en Europa y muchas partes de América Latina. “Él no tiene que hacer muchos esfuerzos porque cuenta con una simpatía que parece que exagera las expectativas frente a lo que él puede hacer y con respecto a lo que él va a querer hacer”.
Con certeza, asegura el directivo, lo que si puede el Presidente electo de los Estados Unidos es ayudar a superar el aislamiento en el que se cayó con las directrices de Bush. “Y no solo con las políticas externas, sino con medidas internas que, de alguna manera, como dicen varios analistas, parecía que ponían en peligro el proyecto americano hasta el punto en que Obama en sus discursos, después de su triunfo en las elecciones, hizo varias referencias a los fundadores de la unión americana”.
Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de EAFIT, hace un llamado para frenar la exaltación que ha generado el nuevo Presidente y expresa que sobredimensionar es muy peligroso.
Las oportunidades reales de cambio, indica, no son tan fáciles como la gente espera. “Hay una sobreestimación de las posibilidades. Una cosa es decir en la campaña que va a conversar con todo el mundo y otra cosa es cuando se enfrenta a las situaciones reales que vive el país. Una cosa es el ejercicio del poder, es posible que haya margen para maniobrar en ciertas cosas, pero decir que la historia de esta nación va a cambiar de hoy en adelante, eso hay que desinflarlo un poco”.
Reconoce que a pesar de ser un hombre con una carrera política corta, “ha sido muy interesante, con un ejercicio político muy valioso. Ha trabajado y no se puede nunca desestimar eso. Pero no se puede asegurar que porque dijo algunas ideas en campaña, se van a hacer realidad. El ejercicio del poder es muy distinto. Las campañas se escriben en verso, los gobiernos en prosa”.
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Director del Centro de Pensamiento Estratégico
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