Noticias 2008

Septiembre 8 de 2008

Ausencia de subsidios de sostenibilidad genera
deserción en la educación para el trabajo

• Esta es solo una de las conclusiones de una investigación en la que participa el Grupo de Estudios Sectoriales y Territoriales (ESYT) de EAFIT y la Fundación Carolina.
• Una de las recomendaciones del estudio es educar, más que en mercadeo y servicio al cliente, en procesos de transformación productiva y el cultivo de la tierra.

Los problemas de la formación para el trabajo que se ofrece en el país no son pocos. A las limitaciones de cobertura y a la baja calidad de algunos cursos se suman la falta de recursos, la desarticulación entre las instituciones del sector, las pocas garantías laborales que brindan los empresarios a los egresados de estos programas y hasta estudiantes que van a las clases solo para recibir un pasaje y un sánduche.

Porque, aunque suene extraño, la asistencia de algunos jóvenes, que no tienen un interés real en estas capacitaciones, está condicionada a los subsidios otorgados como alimentación y transporte, y la falta de estos beneficios se convierte, en ocasiones, en un motivo de deserción para los alumnos que no tienen los recursos para ir a las clases.

Estas son conclusiones de la investigación La educación para el trabajo de jóvenes en Colombia: ¿mecanismo de inserción laboral y equidad? que desarrollaron el Grupo de Estudios Sectoriales y Territoriales (ESYT) de la Universidad EAFIT, el Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Internacional (Cealci) de la Fundación Carolina.

La investigadora Marleny Cardona Acevedo, cuenta que el objetivo del estudio fue analizar los programas de formación para el trabajo y la problemática de la inserción laboral de los jóvenes de bajos recursos de Colombia.

Sin embargo, más allá de realizar esta evaluación, lo que se busca es generar una reflexión y hacer unas recomendaciones para que la formulación y ejecución de las políticas dirigidas a fomentar el empleo en los jóvenes sean más acordes a su realidad, reconozcan su contexto y necesidades, y tengan una oferta educativa más pertinente.

Y es que a pese a la oferta de educación para el trabajo que existe en el país, según estudios del Banco Interamericano de Desarrollo, en la última década el promedio educativo de los jóvenes en Colombia ha estado por debajo de la media latinoamericana, y la tasa de personas con capacidad científica y tecnológica es inferior a la de otros países con un nivel de desarrollo similar.

La investigación se realizó en las ciudades con mayores índices de desempleo juvenil como Bogotá, Medellín, Cali, Manizales y Barranquilla, y los programas que se estudiaron fueron Jóvenes en Acción, coordinado por el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA); Joven Competitivo para el Empleo Sostenible-entra 21, de la Red de Entidades de Capacitación y Promoción del Empleo de Medellín; y Jóvenes con Futuro, de la Secretaría de Desarrollo Social de la Alcaldía de Medellín.

Las problemáticas
Frente al tema de los recursos, la investigación revela que es una de las dificultades encontradas en la ejecución de estos programas pues su implementación depende, en gran medida, de la capacidad económica con la que cada institución cuenta.

Por otro lado indica que hay empresas que solicitan jóvenes que cursan estas carreras, pero que los vinculan para la realización de las prácticas sin remuneración u otras que, aunque les pagan, no tienen la confianza para ubicarlos en buenos cargos.

También se encuentran instituciones que implementan los programas para recibir unos recursos, pero que en realidad no creen en estos o que los ofrecen sin tener la experiencia para dictarlos, explica Paula Andrea Suescún Álvarez, otra de las investigadoras.

Otra de las problemáticas que halló el estudio es que muchas entidades no evalúan el impacto, solo miden cuántos jóvenes entran y salen del programa, sin embargo no vuelven a tener contacto con ellos cuando egresan, lo que hace que una gran parte de la información sobre la inserción laboral se pierda.

La segmentación de la población a la que deberían estar dirigidos los programas ha sido eficaz en la medida que ha incluido a los más pobres, sin embargo, según Suescún Álvarez, no ha tenido en cuenta a las madres cabeza de familia o a jóvenes embarazadas.

Además, la falta de articulación de los cursos produce un resultado desigual, por lo que se hace necesario que los diferentes organismos involucrados unifiquen esfuerzos para fortalecerlos, ya que algunas organizaciones promueven proyectos dirigidos a la misma población generando una sobreoferta o tienen visiones diferentes de las problemáticas y necesidades de los jóvenes.

De acuerdo con los investigadores las acciones del gobierno en este tema aún son deficientes, aunque reconocen que Colombia ha avanzado en el fortalecimiento de las políticas de empleo, la implementación de programas de educación para el trabajo ha tenido un balance positivo y se evidencia un compromiso de diferentes sectores sociales.

Por eso, según Cardona Acevedo, la recomendación general es continuar con los programas de formación para el trabajo, pero con seguimiento, buscando y orientando las potencialidades de los jóvenes.

Esta investigación será presentada, en octubre, en un foro en la Universidad EAFIT al que se invitarán a las instituciones involucradas.

Algunas de las recomendaciones del estudio

- Educar, más que en mercadeo y servicio al cliente, en procesos de transformación productiva y el cultivo de la tierra.

- Articular la formación a la vocación productiva, y a las políticas de empleo y empleabilidad que genera la ciudad, asociadas a programas de formación para el trabajo, emprendimiento y empresarismo.

- Conectar los programas para generar espacios potenciales de desarrollo productivo con competitividad y calidad.

- La formación de los jóvenes de bajos recursos debe enfocarse en el desarrollo de habilidades en áreas industriales que incorporan alternativas productivas, para ello se requiere de la integración de las universidades y las entidades productivas a través de la red de instituciones que coordinan estas iniciativas.

- Mantener el seguimiento a los programas, desde los diferentes actores: instituciones operadoras, Estado y estudiantes.

- La propuesta de programas de formación para el empleo necesita garantizar la inserción laboral, es decir, que sean carreras que construyen sociabilidad.


 

Más información:
Marleny Cardona Acevedo
Economista y socióloga del trabajo
Teléfono:2619600 ext. 9708
E-mail: marca@eafit.edu.co

Paula Andrea Suescún Álvarez
Investigadora
Teléfono: 3177896105
E-mail: polisava@gmail.com

John Fernando Macías
Celular: 3113195512 y 3167686314
E-mail: avellanojf@gmail.com

 

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