Noticias 2008

Marzo de 2008
Con el lente puesto en el Oriente

• Este viernes culmina la exposición Ojos que ven, corazones que sienten, 23 relatos del Oriente antioqueño, que se realiza en el Centro de Artes de EAFIT.

• Detrás de estas fotografías se muestran las visiones, de este territorio, de sus jóvenes autores.

Son 23 jóvenes, con 23 cámaras, de 23 municipios. Todos del Oriente antioqueño. Los 23 del Oriente cogieron su cámara, recorrieron sus pueblos, capturaron todo aquello, distinto, que se les cruzara frente al lente. Luego las escogieron y las colgaron en las paredes, a manera de exposición.

La idea: mostrar su territorio desde ahí, justo ahí donde se conjugan ellos con los otros y con su tierra, haciendo caso omiso de lo triste, de la indiferencia, de la pobreza, del conflicto y de todo lo demás.

La de El Retiro retrató a su familia. El de Guatapé a los animales pequeños. La de San Francisco a los niños. La de Rionegro a los barrios…Todos le hicieron zoom a esas historias que pasan silenciosas y ajenas para descubrirlas un poco prodigiosas y eternas a través de la imagen. “La fotografía tiene arte y en ella puedo mirar el sentimiento de las personas que se paran frente a la cámara. Mirar no lo que la gente siempre ve, lo común, sino ver el arte, lo que los otros no ven. Buscar en lo feo, lo bonito”, dice David Tapias, uno de los jóvenes expositores del proyecto.

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“Las 184 fotos que conforman el contenido central del libro y los textos que las acompañan constituyen un relato diverso y vital, una muestra de las visiones, pensamientos y sentimientos que un grupo de jóvenes tiene sobre este territorio. La indiferencia ha comenzado a ceder espacio, los ojos están abiertos y los corazones están sintiendo”, señala la reseña que las explica.
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En las fotos se observa desde un cielo oscuro, con una luz al fondo, como si fuera a llover, hasta un hombre con sombrero, unos niños que juegan, unas personas que protestan por la guerra. Luego, un pequeño en la carretera ofrece productos, una mamá con su hija, algunas casas. Y abajo de cada imagen, una explicación breve, que ubica, que explica, que muestra la región. “Yo con la cámara ando pa’ arriba y pa’ abajo, porque nunca sé cuando se me va a presentar la oportunidad de apretar el obturador. Esa cámara va para todas partes conmigo”, agrega David, que casi a diario toma fotos.

El proyecto Ojos que Ven, Corazones que Sienten lo realiza la Corporación Programa de Desarrollo para la Paz (Prodepaz). Participan 23 jóvenes, uno por cada municipio del Oriente antioqueño. La edad, entre los 14 y los 21. Los escogieron en talleres regionales por sus habilidades y aptitudes. Se reunieron cinco veces, desde agosto de 2007. Tres fotógrafos profesionales fueron sus profesores: Alberto Echavarría, Julián Gaviria y Jesús Abad Colorado. El resultado: un álbum fotográfico del Oriente antioqueño y una exposición que pretende recorrer varios lugares.

Después del taller algunos quieren ser fotógrafos, o eso expresa Viviana Castaño: “Me sentí muy bien porque uno teniendo una cámara en las manos por primera vez es impactante, ve muchas cosas que nunca veía. Además es una oportunidad de aprender y darse  a  conocer en la comunidad”. Entonces se va yendo, como si estuviera volviendo a caminar por las calles de los barrios de Rionegro, obturando, tomando muchas fotos, tantas que ya no se acuerda de cuántas son.  Desde hace cinco meses tiene una nueva parte del cuerpo, una cámara, que lleva incluso al colegio porque “nunca se sabe cuándo me voy a encontrar con una buena foto”. Mientras tanto, recuerda, la mamá no se oponía cuando se iba de fotógrafa y por el contrario le decía: “ah bueno mija, vaya y hágalas bien”.
La muestra artística, que se realiza en la Universidad EAFIT desde el 3 de marzo, culminará este viernes y es la primera vez que la totalidad de las fotografías se exponen. 115 imágenes están en las diferentes paredes para mostrar los ojos de unos jóvenes que obturaron enfrentándose a ese Oriente que los vio crecer.

“Las 184 fotos que conforman el contenido central del libro y los textos que las acompañan constituyen un relato diverso y vital, una muestra de las visiones, pensamientos y sentimientos que un grupo de jóvenes tiene sobre este territorio. La indiferencia ha comenzado a ceder espacio, los ojos están abiertos y los corazones están sintiendo”, señala la reseña que las explica.

David Tapias tomó con su cámara de 150 fotos a 200 fotografías. El tema: un niño de 14 años, David Alberto Zuluaga, que ha vivido los rigores de la guerra. Su familia es desplazada de Granada, Antioquia. Le mataron dos hermanos el mismo día. Se fueron a vivir a El Peñol, a una casa de madera que construyeron. El tío tiene 70 años y todavía está seguro de que se va a casar. El pequeño sale con una olla para vender empanadas y ayudarle a su mamá con los gastos. Ahí está en la foto.

Para David y muchos de de los expositores el proyecto Ojos que Ven, Corazones que Sienten fue la oportunidad de encontrarse no sólo con su territorio, que aprendieron a conocer con las fotografías, sino también con los de otros jóvenes de su edad que tenían el mismo interés. “Puede que todo sea diferente, que cultivemos cosas distintas, pero encontrarse con otros es la posibilidad de conocer hechos que no sabía de los demás municipios. Uno va a un lugar y lo reconoce por sus charcos, por su arquitectura, pero con los compañeros también se conoce la figura humana”.  La fotografía, además, les dio la oportunidad de compartir conocimiento, recogerlo y llevarlo a los demás.

A Viviana la sorprendió la fotografía. “La primera vez sentí que esto era lo mío, quería tomar y tomar fotos”. David, mientras tanto, buscó otros ángulos. “Una vez recuerdo que salí al pueblo, había visto muchas postales sobre El Peñol, pero todas iguales, así que salí por una diferente. Una línea diagonal entre todas las lámparas del parque, una fuente desde otro lugar, la iglesia desde donde nunca se había fotografiado. Buscar lo que no se ha hecho”.

Y aprendieron de fotografía. - ¿Viviana, qué es una buena foto? - Es aquella que logra mostrar a través de una imagen lo que vive una persona y que cuando alguien la ve, se impacte y pueda reflexionar al ver algo, o cosas, sobre las que uno casi nunca se da cuenta.

Los jóvenes jugaron con las cámaras y encontraron que detrás de la imagen hay una historia que no se ve de manera directa y que, en cambio, necesita unos ojos y una cámara que las haga imagen. Por la exposición va  pasando Oriente. Sus casas, sus niños, sus amaneceres, su cielo. Esa vida. La fortaleza. Antioquia. Los hombres. El conflicto. Las sonrisas. Muchos sueños. Un corazón. Muchos. El de esos que decidieron mirarla de frente y hacer clic.

Mayores informes:
Comunicación y Cultura. Teléfono: 2619500, Ext.628
Carlos Mario Guisao, coordinador del proyecto Prodepaz, celular: 3113894240




 

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