Noticias 2008

Junio 16 de 2008

Marta Elena Vélez: la interpretación de una época

• La exposición retrospectiva de esta artista permanece abierta, desde el pasado 12 de junio, en el Centro de Artes de la Universidad EAFIT.

• Es una muestra que recorre más de 40 años de su vida en el arte, que da testimonio de su evolución, pero también deja constancia de una generación que representa.


Fue como regresar a su época. Aquellos que vivieron en la década de los setenta y los ochenta estaban encantados, se sentían como en su salsa, recordando cada cosa. También hay evidencias de lo actual. Es algo así como un viaje desde ese período hasta el de ahora, y sobre todo, un recorrido por Marta Elena Vélez, por su obra y por ella.

Todo hace parte de la exposición retrospectiva de esta artista antioqueña. De pronto aparecen sus primeros trabajos, de esos años en los que empezaba a experimentar y a jugar. Y aparece esa mujer que siente la realidad, que se aleja de lo convencional. Y aparece esa artista de ahora, un poco más libre, más liviana y más segura, y que como lo expresa casi cantando: “ya no me importa el qué dirán”.

Son más de 40 años de trabajo y más de 200 obras que se exponen en el Centro de Artes de la Universidad EAFIT, desde el pasado 12 de junio y que se extenderá hasta el 1 de agosto. La inauguración de esta muestra también fue la oportunidad para presentar un libro que  habla de su trayectoria como pintora, editado por Extensión Cultural bajo la curaduría de Alberto Sierra Maya.

El ejercicio de la retrospectiva es una contribución a la memoria de la artista y la posibilidad de encontrar una época y una evolución.  Encontrar, además, cómo las obras dialogan entre sí y hacen parte de una historia que se cuenta con imágenes, con arte y con un juego de texturas, de materiales, de ingenio y de intuición. “Lo que uno pinta definitivamente es su evolución, es casi una obligación, una responsabilidad, seguir hasta llegar a la luz”, afirma Marta Elena.

“Este conjunto de obras recientes muestran lo que ella es como artista en el presente. Las demás obras de la exposición pueden considerarse una retrospectiva de su trabajo artístico y la obra reciente puede considerase como una exposición individual dentro de esa retrospectiva”, escribe Dora Mejía, magíster en Estética. 

En los años setenta hubo una generación de artistas que fue encontrándose en las Bienales de Medellín. Los Once Antioqueños fue un grupo que se unió por la ciudad, el conocimiento de lo urbano, la búsqueda que cada uno hacía, sus lecturas, sus estudios y el arte que amaba, cada uno a su manera, con todo y lo demás. Vélez hacía parte de éste: “Pertenezco a una generación individualista y rebelde, la generación del hipismo, del tan hablado amor, del famoso Nadaísmo de Medellín. Considero también que es la más aferrada a las tradiciones del pasado”.

Y a través de sus obras va apareciendo el amor y un espíritu libre, pero también la realidad, la interpretación de una época, su relación con los grandes maestros del arte y todos esos sentimientos, dolorosos incluso, que se van viviendo.

Alberto Sierra Maya comenta: “En algún momento le pareció sufriente lo que pasaba con el narcotráfico y lo involucró en sus obras. Ella tiene una frase muy especial en un libro: ‘sufro mucho pintando’. Eso quiere decir que su obra tiene que ver con una relación personal con el medio y con la época”.

“La pintura es una cosa muy compleja. En ese momento no tenía la experiencia que tengo. Mi obra por lo general es intuitiva, ya puedo utilizar todo el bagaje que tengo de vida, que no es corto”, señala Marta Elena y luego se ríe. Y eso muestra su exposición, una vida de trabajo.

Los formatos, la técnica y los recursos son diferentes. Desde cuadros en óleo, hasta maletas, manteles y telas, pasando por videos  y esculturas, van apareciendo en la exposición. “Puedo decir que tengo varios yos y eso me ayuda a expresarme de muchas maneras. Cambio de técnica o de tema y eso es un descanso para mí”.

También escribió sobre ella misma. “Mi práctica artística ha estado ligada al afán de integrar arte y vida, de aportar temporalidad a mi obra, de penetrar la realidad y por lo tanto el tiempo, el cambio, la eternidad. Mi cerebro está con el arte y mi corazón con mi familia. Me inquieta la paradoja, el enigma, hacer malabares con los símbolos y el encanto de su ambigüedad”.

Con el recorrido a través de su obra quedan muchas cosas. “Si algo puedo trasmitir a estos jóvenes es la libertad (…) En ese momento sí había performance, instalaciones, pero no eran tan comunes como ahora. Todos conocemos nuestros límites, pero es que el arte es como una sed de infinito. Eso es lo que les puedo transmitir, más que aportar”.

Y mientras muchos de los invitados a su exposición van recordando, volviendo a sus épocas, otros aprenden, se sienten contemporáneos. Martha Elena, como ella misma dice, “es disfrute, es goce y es amor. Es mostrarme total”.

 
Mayores informes:
María del Rosario Escobar
Coordinadora Extensión Cultural
Departamento de Comunicación y Cultura
Teléfono: 2619500 Ext.657-656
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