Noticias 2008

Junio 12 de 2008
La Obra de Marta Elena Vélez
• Hoy, 12 de junio, se inaugura la exposición retrospectiva de esta artista antioqueña en el Centro de Artes de la Universidad EAFIT.

• También se presentará un libro acerca de esta pintora, editado por Extensión Cultural bajo la curaduría de Alberto Sierra Maya.


 Más sobre la obra de Martha Elena Vélez


La Universidad EAFIT quiere rendirle un homenaje a Marta Elena Vélez. Lo hará a través de una exposición retrospectiva que contempla más de 200 de sus obras. Y, además, con la presentación de un libro que habla de su trayectoria como pintora, editado por Extensión Cultural bajo la curaduría de Alberto Sierra Maya.

En la exposición, que se inaugura hoy 12 de mayo a las 7:00 p.m. en el Centro de Artes, se realizará un recorrido por los más de 40 años de trabajo ininterrumpido de esta artista antioqueña, desde el inicio hasta el final, en el que se evidencia como cada obra dialoga con la siguiente.

Como se consigna en su libro, es por esto, por su continuidad evolutiva, que Marta Elena Vélez, puede ser definida desde la autonomía creativa, la seriedad a la hora de afrontar vida y obra, y la contundencia de un testimonio plástico regido por la intuición y la razón.

El texto también relata que sobre ese espíritu independiente y creativo, su obra “Silencio”, una tela al viento que se suspende e inmóvil conserva la alegría y la levedad,  puede ser tomada como una metáfora de su atemporalidad, de su espíritu independiente y la defensa férrea que ella hace de su intimidad. También puede ser vista como una obra emblemática que expresa la tensión que ha mantenido entre el soporte, la pintura y la presentación de un mundo propio que eleva el espíritu a través de la meditación con el tema del amor que transita por la totalidad de su trabajo.

Y cuenta, además, que la pintura y su vocación artística tocaron su ser desde la adolescencia. Como estudiante ilustraba la revista del Colegio La Enseñanza, donde estudió. Luego entró a aprender pintura en el  Palacio de Bellas Artes y, de manera posterior, en el  Instituto Artes Plásticas de la Universidad de Antioquia. Era el final de la década de los sesenta que le trajo la búsqueda de una voz propia. Pronto encontró otras formas de inspiración: los viajes, la  literatura,  Hollywood y la influencia de lo urbano. 

“El estudio en soledad se hizo una constante, también lo fueron  la búsqueda de conocimiento en los cursos dictados por Marta Traba y luego con el estudio de los Maestros y las largas conversaciones con ellos. Uno de los primeros fue Andrés de Santamaría. Después vinieron Rufino Tamayo, Picasso, Matisse, Chagall, entre otros”, indica la publicación.

Los recuerdos de infancia, y las flores fueron sus primeros motivos. La noticia de su buena pintura se fue extendiendo hasta que un día Leonel Estrada llegó a su casa. Sin que mediara mucho tiempo, casi intempestivamente, se vio en una muestra colectiva titulada “Arte joven para Medellín”, la primera, que le daría reconocimiento y un comienzo feliz. 

La generación de artistas de los años 70 fue encontrándose en eventos como las Bienales de Medellín. El grupo denominado Los Once Antioqueños, al que ella pertenece, se distinguió por su capacidad de información. Los unía la ciudad, su conocimiento de lo urbano, sus lecturas y estudios, la madurez y una búsqueda muy clara en cada uno.

El trabajo constante la fue comprometiendo más con su ser artístico. La primera exposición De la serie Erótica que se mostró en la Galería de La Oficina (Medellín) era la oportunidad de mostrarse como artista. Su primera intención era la de levantar polémica, pero el efecto creado fue la reunión de más de treinta cuadros en los que se presentaba naturalmente el juego del amor, un espacio idílico y amoroso, un imaginario para la pasión y la intimidad.

Entre finales de los años ochenta y el comienzo de los noventa sucede un tránsito fundamental en su obra. Un cambio en el soporte y la temática surgen. “De las telas pintadas en el cuadro como parte del paisaje, como sugerencia de un mundo que es escenario para el amor, o un elemento que hace más compleja la composición pictórica y el ejercicio del color, se apropia de telas estampadas, encontradas, y que pasan de ser ahora la base de un paisaje nuevo pintado en grandes proporciones”.

Así, según cuentan las páginas del libro La obra de Marta Elena Vélez, se presenta una transformación en las temáticas, las dimensiones y la técnica; y con ello una madurez en el paisaje y una forma de concebir la obra que parte de la concepción del hombre con su historia, sus raíces, su cultura, un paso del nivel íntimo de lo humano a lo colectivo y su relación con la naturaleza.

Una decena de cuadros, todos elaborados en la última década, integran una vida de trabajo desde la serenidad, la maestría y la meditación. Todo está presente: la idea del amor, el trabajo con los textiles, la interpretación de una época, la relación con los grandes maestros del arte y el sello de una gran pintora. En ellos la relación entre la tela y la pintura es equitativa.

Y su libro también narra que la experiencia y el paso del tiempo le han dado dominio sobre su ser artístico, una idea más completa de la libertad. “Es por esto que ahora, a manera de refugio, su estudio se erige contra las modas y los avatares del mundo artístico local. Concentrada en los problemas de la pintura tradicional, pero desde su manejo no convencional de los soportes, esta artista pinta lo que tiene que decir, sin pensar en la crítica o enfrentar el temor a la aceptación”.

 
Mayores informes:
Catalina Suárez Restrepo
Coordinadora Información y Prensa
Teléfono: 2619500 Ext.883
E-mail: csuarez7@eafit.edu.co

 

 

 


 

Histórico noticias