Octubre 29 de 2008

Una tarde de disfraces, teatro, dulces y malabares

• El programa Universidad de los Niños de EAFIT ofrecerá, este sábado, una jornada de diversión con la obra Momo.
• Los participantes también podrán inventar máscaras y antifaces; y, por un rato, ser chefs de golosinas.

Los actores se preparan para el ensayo de su próxima función. Al lado, en un patio de esos de casas viejas, algunos estiran antes de ponerse los zancos; mientras otros, en un salón abierto, se concentran en juegos de ritmo y atención. El espectáculo lleno de color, malabares y voces alegres está a punto de comenzar.

Y con esta obra, de la Corporación Circo Momo, el programa Universidad de los Niños de EAFIT celebrará, el sábado primero de noviembre, el día de los disfraces, al que están invitados todos los niños de la ciudad.

El Auditorio Fundadores abrirá sus puertas a las 5:00 de la tarde y, así como la tienda de un verdadero circo, recibirá a los participantes para ver, al ritmo de la música circense, la presentación de Momo, una adaptación libre de la novela de Michael Ende.

“El personaje que más me gusta es el de Bebenín, pues es el mío”, dice Marilyn Vanessa Quintero, una de las actrices de esta escuela de artes integrada por niños en vulnerabilidad de calle que ahora sueñan con ser artistas.

Con ella también está Andrés Felipe Quintero, que tiene ojos grandes y que siempre, siempre se expresa con sus manos cuando quiere hablar. Interpreta a Gigi, el amigo de Momo, los hombres grises, Beppo el barrendero, don Ramón el barbero y los demás personajes, por eso va contando la historia de cada uno e hilando las escenas.   

Otro es Andrés Sepúlveda Vásquez, quien es Beppo el barrendero, ese mismo que durante el ensayo no se cansa de repetir: “Barrida, inspiración, barrida”, como debe decirlo en una de las escenas.

Y como todo un villano, con cara seria, brazos cruzados y voz grave, está John Edison Jiménez Gómez o, mejor, Monini, como siempre lo llaman sus amigos y quien representa a uno de esos hombres grises a los que los niños no quieren pues antes de su llegada los pequeños no tenían que trabajar.

Manos a la obra
Pero el sábado no solo habrá teatro. A partir de las 3:00 de la tarde, los participantes podrán disfrutar de tres estaciones ubicadas al frente del Auditorio Fundadores. En la primera aprenderán cómo hacer su propio disfraz con papel, retazos de tela y otros accesorios; en la segunda tendrán la oportunidad de recortar, decorar e inventar máscaras y antifaces; y en la tercera se convertirán en chefs de dulces.

“La idea es celebrar el día de los disfraces con actividades en las que los niños hagan cosas que sean divertidas, con sus propias manos”, cuenta Ana María González, del equipo coordinador de este evento.   

Y así como los cirqueros locos dan la bienvenida a Momo, la Universidad de los Niños también recibirá a todos los niños que quieran participar en esta tarde de disfraces, teatro, dulces y malabares.  

 

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Ana María González Cotes
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