Noticias 2008
Septiembre 27 de 2008
Una semifinal embarrada
• Tres equipos paisas, cuatro bogotanos y un venezolano disputan las finales del torneo de ultímate, en sus cuatro categorías.
• Al finalizar la tarde se conocerán los ganadores de estas competencias que iniciaron el jueves.
Se untaron la cara de barro, para sintonizarse con la cancha, o eso dijeron. La idea era que “nos metiéramos en la mente que este es el mejor campo en el que vamos a jugar, como para decirle al cuerpo y a la mente que lo asimilen y así nos ayuden”, expresó su capitán, Antonio Palacios, y parece que les valió, porque para la final, el equipo Juvenil de Venezuela pasó derecho.
Fue una final adelantada. Se enfrentó el equipo Juvenil de Venezuela, que algunos como Iván Darío Castillo, de la Universidad Santo Tomás, se atrevieron a decir que era “un equipo que no hay palabras para definir. Son muy buenos, con una mentalidad de ganar solamente”. El otro, la Universidad EAFIT, el campeón del año pasado.
Y como final se disputó el juego. Un partido difícil, de gritos, de idas y venidas, y sobre todo, de hombres que volaban, prácticamente, por el platillo, para aterrizar en cámara lenta, en un campo lleno de barro debido a la lluvia. Sin embargo, Venezuela mantuvo siempre la ventaja en los puntos. No valieron el “vamos, vamos”, el “ey, despierten”, “decile que por detrás, Nico”, y los gritos del público, que le hacía fuerza a EAFIT. Juvenil de Venezuela, que el año pasado fue el campeón de los colegios, les quitó el título.
“Los colombianos estaban muy intensos, con mucha adrenalina y con ello pierden la parte técnica. Nosotros jugamos agresivos, pero no la perdemos, y eso nos da ventaja a nosotros”, explicó el capitán de Venezuela, que al final, les dijo a sus compañeros, aún ganando, que “tenemos que jugar mejor”.
Mientras tanto, la cara de los eafitenses se pintaba con el color del cielo, un poco gris. No les alcanzó el esfuerzo para dar un último estiramiento. La tristeza pudo más que cualquier cosa. “Queríamos repetir final. La cancha estaba muy difícil y no estábamos acostumbrados a jugar así. Además el rival era muy bueno”, señaló Esteban Arango, capitán de EAFIT. Y aún así, concluyó: “todavía nos quedan muchos años”.
Sin embargo, los siguientes partidos también fueron finales adelantadas. La Universidad Nacional sede Bogotá le ganó 6 goles a 4 a la Universidad de Antioquia, y dejó por fuera a otro de los favoritos. Y La Sábana, en gol de oro, le ganó al Politécnico Gran Colombiano, 9 goles a 8. Todos, jugando con fuerza, a ganar, como si fuera la única posibilidad, y con un uniforme común: café, de barro.
Las semifinales
En las semifinales las cosas tampoco fueron como decían las predicciones. Juvenil de Venezuela se enfrentó a la Nacional de Bogotá, y la Sabana de nuevo al Politécnico, quien pasó como mejor perdedor. Fue como señaló Alejandro Piña, jugador de Venezuela: “A la final nada está escrito”.
El público estuvo con la Nacional de Bogotá. Cantaron, les gritaron, les dieron ánimo, y aplaudieron fuertísimo cuando anotaban, pero las cosas tampoco eran como ellos querían. En los últimos minutos de un reñido juego, de golpes, de correr de un lado para otro, de caerse, y de seguir tocando el barro, Juvenil de Venezuela se adelantó por cuatro goles, y se quedó con el cupo a la final.
Se cumplió, entonces, lo que el capitán de Venezuela quería. “Nosotros nos echamos un día y medio de viaje y de regreso, la idea es por lo menos llegar al último partido”. Eso sí, con un público triste, y con una Universidad Nacional, que no le sirvió el ritual de gritos y abrazos antes del partido.
Y en medio de la despedida entre venezolanos y colombianos, de cogida de mano y felicitaciones por aquí y por allá, inició la revancha entre La Sabana y el Politécnico Gran Colombiano, en un partido que desde el primero, ya pintaba difícil. Ganó el Politécnico, por 10 a 5.
Y así, como dijo algún venezolano, “no joda, que bien”, se definieron los finalistas. Se enfrentarán Venezuela y Colombia. El Politécnico Gran Colombiano de Bogotá, con el aval del público, y la Juvenil de Venezuela, que tienen el barro a su favor.
“Ya me lo quiero ganar”
La Universidad de Antioquia fue un equipo seguro. No perdieron ningún partido hasta las semifinales, y no aspiran perder ninguno, tampoco, porque el título es costumbre en el equipo. Siempre, en el torneo de Ultimate en EAFIT, se lo han ganado. Es la experiencia, o eso expresa Laura Restrepo: “Tenemos un equipo con jugadoras de mucha experiencia. Seis, siete año jugando, y eso nos permite tener un poquito más de ventaja”.
“Nos ganó la experiencia”, confirmó Ana Helena Builes, capitana de EAFIT. 15 goles a 0 fue el resultado final. Sin embargo, las eafitenses quedaron felices, porque el proceso apenas comienza, porque es un equipo nuevo, porque llegaron tan lejos como nunca habían llegado, y eso sí, “el otro año será una cosa diferente”, prometió Builes.
La otra semifinal, era algo así como un clásico. Javeriana se enfrentó a la Pedagógica. Han competido varias veces, se conocen, y por lo general, la ventaja no es mucha. A los lados, los entrenadores les soplaban. “Verónica, que cierres la líneas. Tres días repitiéndote lo mismo”. “Leidy, que corrás hacia ella”. Y así, de María a Tatiana, de un nombre raro a Verónica de nuevo. Ganaron, en gol de oro, las de la Javeriana.
Embarradas hasta la nariz
“Dedicáselo a Juanes”, le gritaron mientras celebraba el gol, y ella lo miró, como si en realidad, se lo estuviera dedicando. Ellos, a pesar del torneo, no pierden sus características de jóvenes enamoradizos, que juegan, que se sienten grandes. Lo dice María Isaza, del Marymount: “Uno viene es a pasar bueno. No tanto a ganar, sino a divertirse”.
Y en medio de la diversión, y del barro que les llegaba desde la nariz hasta los pies, tanto que era difícil reconocer el uniforme, se jugaron las semifinales colegiales. Entre el Virrey Solís y el Agustiniano, el primero se llevó el cupo a la final, en la categoría masculino, y en el otro juego, San Carlos, contra Ciudad Jardín, se quedó con el triunfo. En las mujeres, ya todo estaba dicho: Jesús María y Ciudad Jardín se encontrarán a disputar el título.
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Catalina Suárez Restrepo
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