Noticias 2009

Mayo 4 de 2009
Universidades privadas deben impactar más allá de lo local

• Para lograrlo, invertir en investigación y diversificar las fuentes de recursos son asuntos vitales, sobre todo, en el momento educativo que atraviesa el mundo.
La acreditación, la autoevaluación y convertirse en centros de debate pluralistas son algunos de los retos para influir positivamente en la sociedad.

Las instituciones de educación superior privadas tienen hoy grandes retos: invertir más recursos en investigación para impactar más allá del ámbito local y regional; disminuir la dependencia de los ingresos relacionados con el fondo de matrículas; y comprometerse decididamente con la responsabilidad social.

Las ideas que mencionan directivos de estos planteles en Antioquia están en consonancia con las tendencias mundiales y con argumentos de especialistas internacionales, como el mexicano Juan Ramón de la Fuente, del Comité Ejecutivo de la Asociación Internacional de Universidades, que asegura que la educación es “la gran palanca para el desarrollo y la alternativa para que los países latinoamericanos puedan participar en el orden global”.

Aunque en los últimos 20 años se ha avanzado, Giovani Orozco Arbeláez, director académico de la Universidad de San Buenaventura, considera que en investigación todavía estamos lejos de los niveles de las grandes universidades del mundo y la huella es más local y regional.
”No quiere decir que la que hacemos no sea de buen nivel, pero aún no logra impactar significativamente en la historia, en el mundo”.

Mauricio Pineda Sierra, director de Docencia de la Universidad Pontificia Bolivariana, afirma que se hacen esfuerzos importantes, pero para las privadas es difícil tener grandes inversiones para esta área, a diferencia de las públicas que poseen mayores posibilidades de asegurar esos recursos.

Las primeras “tendrá que seguir estimulando el diálogo con la empresa, con el sector productivo y las mesas sectoriales para poder estimular proyectos”.

Hay establecimientos que han superando la mirada reduccionista de la profesionalización y, agrega, José Fernando Montoya Ortega, vicerrector académico de la misma entidad, mediante sus grupos de investigación “tienen mayor sintonía con las demandas sociales, en la comprensión de la ciencia, la cultura y la tecnología, puesta al servicio del desarrollo”.
Orozco Arbeláez opina que otro de los principales desafíos en Colombia y en Latinoamérica es terminar o disminuir significativamente la dependencia que se tiene de los ingresos relacionados con el fondo de matrículas.

“Mientras tengamos que seguir viviendo de lo que cobramos en matrícula no vamos a trascender en la historia ni en el contexto científico, porque la calidad cuesta y qué pasa si eso lo tenemos que hacer a punta de estos dineros. Los estudiantes tienen una determinada capacidad de pago y, en el momento en el que esa barrera sea superada, el muchacho no se podrá inscribir”.

Es, complementa, un círculo vicioso que hay que romper, porque los grandes planteles del mundo derivan sus ingresos fundamentalmente del tema de patentes y de investigación.
“La diversificación en las fuentes de ingreso es una tarea que permitirá ser más eficiente y generar mayores posibilidades de acceso a estudiantes con menores posibilidades económicas”, comenta Javier Gutiérrez Rodas, director académico del CES.

Los grandes desafíos
Para Giovanny Cardona Montoya, director de Investigaciones Académicas de Esumer, salvo algunas excepciones, las privadas aún no son “líderes de los grandes debates nacionales ni de la investigación científica y el desarrollo tecnológico, de cara a los retos del sector empresarial. En estos tópicos, el liderazgo sigue en manos de la universidad pública”.

Sin embargo, otros piensan que sí cuentan con una gran influencia y relevancia en el concierto nacional.

“No he sido nunca partidario de comparar a la pública con la privada, no se trata de establecer cuál es mejor ni cuál lleva o no el liderazgo. El concepto de liderazgo las abarca a ambas, de hecho muchas veces las acciones de las primeras han jalonado procesos de mejora en la universidad privada y viceversa”, añade Javier Gutiérrez Rodas, del CES.

Desde la San Buenaventura, Giovani Orozco Arbeláez, manifiesta que tradicionalmente han sido centros de opinión en los que se discute y analizan las diversas realidades que se viven en el país. Y, sobre todo, “que todavía tienen un sitial de respeto en la sociedad. Lo que se dice desde ellas todavía se mira, se escucha y se entiende como un argumento que no está polarizado ni cargado de conceptos que no sean eminentemente académicos. Eso hace que en Colombia y en el mundo entero tenga un papel importante”.

Los planteles que trascienden, según Mauricio Pineda Sierra, analizan cómo pueden aportar al conocimiento, proponer nuevas estrategias, contribuir a la generación de empleo, a la innovación en las empresas y reforzar la proyección institucional.

Convertir la autoevaluación en una cultura organizacional, la internacionalización, la consolidación de la calidad en el proceso de ampliación de cobertura, la cualificación docente en el nivel de las maestrías y doctorados, el fortalecimiento de la investigación y el bilingüismo son desafíos prioritarios que menciona el director de Investigaciones Académicas de Esumer.
Los directivos de la UPB creen que hay que fortalecer la triada universidad, empresa, estado y trabajar más en equipo para aprovechar el conocimiento que se produce en los campus.

Y, Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT, expresa que los establecimientos privados tienen un papel muy importante siempre y cuando se miren como organismos al servicio de la educación, no para a otros “fines económicos, de algún grupo religioso o político, sino que tienen una vocación definitiva hacia lo público, hacia el buen manejo, hacia el buen gobierno y, sobre todo, con una absoluta claridad de su responsabilidad social”.


 

Mayores informes:
Paola A. Cardona Tobón
pcardon6@eafit.edu.co
Área de Información y Prensa Universidad EAFIT
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