Noticias 2011
Voceros / 2 de mayo de 2011

Con el adiós a Bin Laden, el terrorismo no está derrotado ni diezmado

Los medios del país y del mundo reseñaron desde anoche la muerte de Bin Laden, no obstante, una vez más las redes sociales anunciaron con detalle el hecho desde el momento en que se comunicó la noticia al mundo.

• Tres docentes de EAFIT analizan el golpe militar dado por tropas norteamericanas al principal símbolo de Al Qaeda, hecho que da un nuevo aire al presidente Obama.
• El suceso le significaría a los estadounidenses quitarse un conflicto de encima, el de Afganistán, aunque la amenaza talibán y de otros grupos se mantendría latente.

Detrás del festejo de algunos norteamericanos por la muerte de Osama Bin Laden en Pakistán, el domingo primero de mayo, y del alza que experimentaron las bolsas del mundo luego de que el presidente Barack Obama confirmara esta noticia, existe un entramado de situaciones que no pueden pasarse por alto en la lucha contra el terrorismo.

Esto, según el análisis que realizan tres docentes de EAFIT, quienes sentaron su posición sobre el tema. Luis Fernando Vargas Alzate, profesor de la Escuela de Administración; Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades; y Juan David Escobar Valencia, director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Institución, coincidieron en que el terrorismo ni está derrotado ni diezmado.

Por el contrario, es mucha la atención que debe presentarse a grupos como Hamas y Hezbolá, que aprovecharían la situación para cometer atentados en los próximos días.

Y, aunque hay factores positivos como el que se haya hecho justicia y el posible alejamiento de Estados Unidos del conflicto afgano, ambos conceptos emitidos por Luis Fernando Vargas, es necesario que el mandatario estadounidense –para el tema específico de su reelección en 2012–, introduzca otros cambios en su país porque la sola muerte de Bin Laden no le garantiza que su pueblo lo ratifique en las urnas tras otros reveses fiscales.

En opinión de Vargas Alzate, docente del Departamento de Negocios Internacionales, uno de los puntos fundamentales del golpe es que le podría representar a Obama desentenderse del tema de Afganistán.

“A partir de haber logrado el objetivo por el que los había intervenido hoy puede dejar ese conflicto interno en manos de ellos mismos. Eso le facilita las cosas en términos de reelección porque las tropas volverían a casa y él se dedicaría a otras cosas”, anota.

Sin embargo, de lo anterior no está muy convencido Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades, quien no cree que el impacto dado a Al Qaeda acelere el proceso de retiro de las tropas norteamericanas de ese país.

“Es difícil, porque en Asia Central el problema militar principal siempre fue el talibán, más que Al Qaeda, aunque esta última es una red global que la semana pasada hizo un atentado que produjo más de 15 muertos en Marruecos”.

El docente agrega, eso sí, que era muy importante para los Estados Unidos acabar con Osama, pese a que había voces que cuestionaban este hecho, inclusive puso como ejemplo el último número de la revista Foreing Policy, que publicó un artículo en el que se discutía si era legal matarlo.

“En Medio Oriente Al Qaeda es un factor más, pero hay otros factores que tienen mucha más raíz: el talibán en Afganistán, el régimen chiíta en Irán, o Hamas en Palestina. Allí se sigue enfrentado una guerra que comienza a ser muy prolongada”, analiza Giraldo Ramírez. 

Una figura simbólica

A su vez, Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico, indica que la de Osama Bin Laden es una figura muy importante, pero de algún tiempo para acá pasó a ser simbólica. “Operacionalmente no podía hacer muchas cosas porque, como lo andaban buscando, estaba más en el plan de esconderse”.

En su opinión lo estructural no ha cambiado y los problemas con los talibanes siguen, de hecho en Afganistán y en Pakistán están. De igual manera, los vínculos entre este grupo y los servicios secretos pakistaníes permanecen, es que de hecho, para Escobar Valencia, que Bin Laden no estuviera en un hueco, sino en una casa de un millón de dólares a 30 millas de Islamabad, es algo que no se va a explicar.

El directivo argumenta que Osama será el mártir, el nuevo mártir, el santo de la causa y eso no lo va a dejar morir y el terrorismo va a seguir.

Pero el mismo Jorge Giraldo comenta que tanto Bin Laden como Al Qaeda gozan de menos simpatía entre los pueblos árabes y musulmanes de lo que la gente supone.

“Curiosamente los países de los que uno puede tener más sospecha respecto a este tipo de fundamentalismo son los principales aliados de Estados Unidos, que son Arabia Saudita y Pakistán. Pero, por ejemplo, Gadafi en Libia o Ahmadineyad en Irán, o el propio Al-Assad en Siria, no quieren para nada a Al Qaeda y a Osama Bin Laden”, considera.

Y es que el mismo Bin Laden, según el Decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades, podría volverse como una figura similar a la del narcotraficante Pablo Escobar, quien cuenta con algunos apoyos pequeños y simpatías residuales, pero en general es visto como la expresión de un fenómeno negativo y nada legítimo.

Una baja tardía y un país que espera

El tiempo que necesitó Estados Unidos para dar de baja a Bin Laden lo califica el profesor Luis Fernando Vargas como excesivo porque, a su sentir, un Estado no puede tardarse 10 años para tomar a un líder como estos en una época donde la tecnología abunda. “No se justifican 10 años en la búsqueda de un individuo. Es que por extenso que se le haga el mundo a los sistemas de seguridad e inteligencia fue mucho tiempo”.

Vargas Alzate enfatiza en que la lucha contra el terrorismo se deberá hacer más fuerte, pues puede haber retaliaciones de Al-Qaeda, por lo que habrá que reforzar las medidas de seguridad y estar alerta, sobre todo, en Estados Unidos e Inglaterra, dos de los centros donde Al-Qaeda tendrá puesta su mirada.

Finalmente, Juan David Escobar cree que la euforia en los Estados Unidos pasará rápido de no cambiar el panorama fiscal.

“El malestar está en otro lado. El ‘órgano’ más sensible del cuerpo humano es el bolsillo y ese es el que Obama no ha podido resolver. Y claro, no subestimo el golpe que se dio, pero tampoco digo que esté chuleada la Presidencia porque haya matado a Bin Laden, pues el bolsillo es el que cuenta”, ilustra el académico.

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Juan Carlos Luján Sáenz
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