Noticias octubre 2011
Proyección / 5 de octubre de 2011

Seguridad e inversión social deben jalonar el progreso de Antioquia

El foro contó con la presencia de Juan Luis Mejía Arango, rector de EAFIT; Roberto Pombo Holguín, director de El Tiempo; y Juan Sebastián Betancur, director de Proantioquia. En la imagen Juan Carlos Pinzón Bueno, ministro de Defensa Nacional.

• Un departamento en pleno auge, que no puede olvidar sus índices de desigualdad, fue lo que se planteó este miércoles en el foro Grandes iniciativas en Antioquia.
• En el evento, organizado por EAFIT, El Tiempo y Proantioquia, intervino el Ministro de Defensa Nacional, así como representantes empresariales y académicos.

Es esencial que el desarrollo que se programa en el corto, mediano y largo plazo para Antioquia, con proyectos como Hidroituango y Autopistas de la Montaña, se acompañe de una amplia inversión social pública y privada, lo que cambiaría para siempre el contexto que actualmente se vive en las regiones de incidencia de estas obras.

Así lo consideró Juan Carlos Pinzón Bueno, ministro de Defensa Nacional, en el foro Grandes iniciativas en Antioquia. Hacia una nueva geografía cultural, social y económica del territorio, organizado por EAFIT, El Tiempo y la Fundación Proantioquia, y realizado el miércoles 5 de octubre en el Auditorio Fundadores de la Universidad.

Durante su intervención, el titular de la cartera de Defensa insistió en el compromiso que tiene el Gobierno Nacional, desde el punto de vista de la seguridad, con las obras que se realizarán en territorio antioqueño, de las que resaltó la planificación coordinada para que estas se puedan construir.

“Pasamos de tener 100 hombres a tener más de 1.000 efectivos en la zona de incidencia de Hidroituango para garantizar su normal construcción”, indicó el Ministro.

También revisó el caso del Valle de Aburrá, punto en el que dijo saber de las dificultades en la zona metropolitana, y aseguró estar tomando algunas acciones estratégicas como la creación de un centro de criminalística.

“El acompañamiento de orden social es la fórmula, es el camino para empujar obras como Hidroituango y Autopistas de la Montaña, para que no solo representen un gran desarrollo, sino que sean proyectos de transformación del tejido social para estas regiones”, insistió Pinzón Bueno.

El foro contó con la participación de Oswaldo Porras, director de Desarrollo Territorial del Departamento de Planeación Nacional; Federico Restrepo Posada, gerente de EPM; Jorge Iván López Betancur, director de Concesiones de ISA; Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de EAFIT; y Saúl Pineda Hoyos, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad de El Rosario (Bogotá).

Los invitados se dedicaron a disertar alrededor de cómo las megaobras de Antioquia pueden contribuir al desarrollo de un departamento con altos índices de desigualdad entre sus subregiones, lo que permita propiciar un llamado de atención hacia la empresa, el Estado y la academia sobre los temas sociales en este territorio.

La inequidad desde la tierra

Jorge Giraldo se concentró en lo que llamó “la otra Antioquia”, lo que sustentó en dos años de investigación realizada por el Centro de Análisis Político y el Grupo de Investigación Research in Spatial Economics (Rise), ambos de la Universidad EAFIT.

Así, estableció un paralelo entre la distribución de la tierra y algunos de los problemas sociales del departamento. “Tenemos una alta desigualdad en un activo como la tierra y dicha desigualdad es considerada universalmente como un obstáculo para el desarrollo”.

Y agregó: “Urabá es la región con mayor desigualdad. Por otro lado, la informalidad en la tenencia de la tierra es de un 23 por ciento en el departamento, siendo el Bajo Cauca y el Nordeste las subregiones con el índice más alto”.

Giraldo Ramírez resaltó así que gran parte de los municipios en los que se registra con agudeza este problema no aparecen en los mapas de las obras consideradas como importantes para el desarrollo del departamento. 

“Hay correlaciones positivas entre la informalidad de la tierra y las economías criminales e ilícitas (como la coca y, en ocasiones, el oro). Si vemos una subregión como el Bajo Cauca, en el corazón de la producción de la hoja de coca está el oro, y hemos encontrado entables con capitales nada despreciables: entre 1.000 y 3.000 millones de pesos”.

Además, como señaló desde sus investigaciones, existe una relación directa entre la coca y los problemas de violencia del departamento.

De esta manera, el Decano concluyó que son importantes los procesos de legalización y aseguramiento de los derechos de propiedad, así como una necesidad inmediata en Antioquia de regulación de los mercados informales y criminales.

“El control de la minería ilegal e informal se le entregó a los municipios, muchos de los que no tienen capacidad de vigilancia. Por otro lado, existe un poco de discusión sobre hacia dónde va el 80 por ciento de la producción aurífera antioqueña, y sabemos de casos de municipios que producen poco oro, pero que declaran la mayoría de las regalías del departamento”.

Autopistas de la Montaña: proyecto de Nación

Por su parte, para el catedrático Saúl Pineda, las vías que se podrían construir con Autopistas de la Montaña son un proyecto de carácter nacional.

“Son obras que proyectan perspectivas de integración regional y son la posibilidad de conectarse a las grandes iniciativas nacionales”.

Con respecto a este mismo tema, Jorge Iván López Betancur, director de Concesiones de ISA, justificó la inversión que se hará con este megaproyecto con el hecho de que servirá para integrar aún más a Antioquia con el resto del país, de igual manera que le permitirá al departamento mejorar una conectividad que hasta el momento ha sido pobre con otras regiones.

En cuanto a la propuesta que tiene esta empresa para la construcción de las Autopistas de la Montaña, se refirió a cada uno de los cuatro corredores y explicó sus características, sin dejar de lado que su implementación no puede ser tenida en cuenta como un proyecto más, sino que cambiará aspectos socioeconómicos de los lugares por los que atravesará.

Así, los tramos Hatillo-Caucasia, en el norte; Túnel de Occidente-El Tigre, a Urabá; sur del país (Eje Cafetero), y Medellín-Puerto Berrío son los propuestos para su entidad.

El directivo de la empresa energética comentó que, por razones de competitividad, en el tramo hacia Caucasia se recomendó conectar a El Hatillo con Porcesito, Cisneros, San José del Nus, Vegachí, Remedios y Zaragoza para llegar a Caucasia mediante doble calzada. En cambio, hacia Urabá, la instrucción no es descartar la doble calzada pero sí pensar en “una buena calzada”, por las condiciones del terreno.

En esta misma línea, Saúl Pineda insistió en el grado de apropiación de los antioqueños de la visión competitiva del departamento. Aunque reveló que al mirar a las subregiones -la gran mayoría de vocación agrícola- se ve un bajo aprovechamiento del potencial agroindustrial, por lo que hay un gran reto en materia de generación de valor agregado.

“Le preguntamos a 82 empresarios de todos los sectores sobre cuáles eran los temas para mejorar el PIB per cápita y la competitividad, y el gran consenso fue en el tema de la innovación”, afirmó. Para el académico, la infraestructura, la calidad y cobertura en educación, y la formación técnica y tecnológica, son temas en los que el departamento todavía está rezagado.

Una oportunidad que se llama Hidroituango

Federico Restrepo Posada, gerente de EPM, aseguró, con respecto al papel de Hidroituango en el desarrollo del departamento y del país, que se trata del megaproyecto más grande construible en Colombia por muchos años, pues, aparte de que serán en total 2.400 megavatios, aprovechará por primera vez el potencial energético del río Cauca y las bondades que la naturaleza le dio a esta región.

El funcionario celebró, además, las palabras de Juan Carlos Pinzón, ministro de Defensa, quien garantizó la presencia y compromiso de la fuerza pública en la zona de impacto del proyecto (Nudo del Paramillo), ya que, en sus palabras, se requiere del apoyo de todas las fuerzas del Estado, no solo regional sino también nacional, debido a que es una zona compleja en la que hay presencia de grupos armados, cultivos ilícitos y minería ilegal.

Sin incluir las transferencias, esta megaobra impactará con tres billones de pesos en los próximos diez años a las zonas de influencia directa y a otras regiones del departamento y de Colombia.

En cuanto a beneficios, esta región tendrá, con la puesta en marcha del proyecto, un desarrollo social y económico que se materializarán en la generación de 7.000 empleos directos y 20.000 indirectos; y un manejo responsable de los impactos ambientales y sociales que implica la restitución de las condiciones de vida a 102 familias compuestas por 668 personas y a 1402 mineros que actualmente son objeto de verificación.

Finalmente, Oswaldo Porras, director de Desarrollo Territorial del Departamento de Planeación Nacional, recordó que los proyectos por sí solos no generarán desarrollo y que, con la puesta en marcha el primero de enero de 2012 del sistema de regalías en el país, Antioquia, que en su opinión recibirá una suma interesante, deberá aliarse con otro departamento para poder invertir estos dineros.

De esta forma, Antioquia analizó su futuro y, basada en la seguridad, la inversión social y el desarrollo, según la opinión de estos expertos, se encaminará a un mañana con más equidad y más oportunidades para sus habitantes.

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Juan Carlos Luján Sáenz
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