El Trueque Literario de EAFIT se vive como una fiesta

• Cerca de 1.300 libros se intercambiaron en el primer día de la tercera edición del Trueque Literario que se realiza en la Universidad hasta hoy a las 7:00 p.m.
• Un total de 16 editoriales, nacionales y extranjeras, hacen presencia en las diferentes secciones. Se intercambian obras originales y de literatura.

Faltaban pocos minutos para las 10:00 a.m., del jueves 19 de abril, y ya podían observarse dos filas delante del punto de recepción de libros del Trueque Literario, evento que realiza EAFIT y que culminará hoy viernes 20 de abril a las 7:00 p.m.

Había, aproximadamente, cerca de 40 personas, unas más encartadas que otras con los libros que trajeron para el intercambio. Y claro, a todos se les informaba, en la recepción del treque, que ocho es el número máximo de libros por persona para cambiar por otros títulos.

Eran las 10:00 a.m. y el trueque comenzó. Poco a poco los asistentes entregaban sus libros e ingresaban en el pabellón del evento, instalado en la Plazoleta del Estudiante.

El pabellón en el que se realiza el trueque está organizado con un sentido de cadena de producción.

Así, se llega a la recepción, allí revisan los libros: que sean de literatura, que no sean piratas; detrás de este punto hay unas personas con unos carritos, listas para transportar los libros recibidos hacia otra zona, donde cuatro personas, cada una con un computador, registran los libros que llegan, clasificándolos según su título, autor, editorial y género. Les interesa mucho saber cuáles son los géneros que más traen.

Una vez clasificados, otras personas los toman y los llevan a las estanterías. Esta última acción se puede ver interrumpida por la gente que, ansiosa, desea ver los libros antes de que los ubiquen, revisándolos en las mismas manos del auxiliar.

Las estanterías están dispuestas como una columna vertebral, son el centro del trueque y de sus dinámicas. A lado y lado hay mesas para que la gente pueda observar los libros con calma, o dedicarse a llenar los pequeños recibos con los que se efectúa el trueque de los libros. Queda anotado qué libro se trajo y con cuál se intercambió.

En una de estas mesas estaba Nelly Gandica Ramírez, de 82 años. Llenaba los recibos del trueque mientras su hija le dictaba los títulos de los libros y las editoriales. “Ya he venido el año pasado y este”, comenta Nelly, y en esta ocasión trajo cinco libros para “truequiar” por novelas, su género favorito.

Con c​​alma

Algunos solos, otros en parejas. La gente camina entre los estantes, se detiene frente a los libros, señala los títulos. Alguien coge un libro y lo vuelve a soltar, levanta otro que llama su atención.

Sara Palacio Gaviria, estudiante de Comunicación Social, ya miró todos los estantes. Escogió unos libros y está esperando que entren otros nuevos, a ver si encuentra algo de su gusto.

“Estoy haciendo fila para encontrar otros”, comenta Sara. Al final, la espera valió la pena, y se llevó El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince, A paso de cangrejo de Umberto Eco y París es una fiesta, en francés, de Ernest Hemingway.

El trueque abrió con 600 libros nuevos, de los 1.300 que aportaron las editoriales que apoyan el evento. Juan Carlos Restrepo Aristizábal, del Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, explica que los libros nuevos se irán dosificando, de modo que los que lleguen en distintas horas los encuentren a su disposición.

Juan Carlos, quien ha estado encargado de la logística, cuenta que comenzaron la jornada con mucha expectativa, y fue grato ver en la fila varias caras familiares, gente que año tras año viene al evento, y gente nueva. “Hemos visto mucho estudiante, muchos jóvenes… y eso nos emociona para seguir motivando este hábito de la lectura en la ciudad”.

Entrando o saliendo con a​migos

Frederick Frankel Novak, egresado de Administración de Negocios de EAFIT en los 70, ya estaba haciendo empacar sus libros en la salida del trueque. Llegó a la Universidad desde las 8:30 a.m. y vino con otros dos amigos, que fueron sus compañeros de pregrado.

Para Frederick hay tres etapas en este proceso. La primera, cuando se buscan los libros; la segunda, cuando se llevan a la casa, “los saco, los huelo y los hojeo”; y la tercera, cuando por fin los lee. Y después de leerlos los vuelve a traer a EAFIT, para cambiarlos en la zona de trueque permanente o intercambiarlos con sus amigos.

En el trueque, además de libros, se pueden encontrar personas con quien compartir el gusto por la lectura. Así lo piensa Sebastián Emilio Henao Bedoya, estudiante de Economía. “Uno puede conocer personas que tienen los mismos intereses que uno, entonces se puede debatir con ellos, charlar”.

Juan Camilo Roldán Escobar, docente de EAFIT, ve la relevancia del trueque en las relaciones que genera, unas tal vez menos visibles: “Es importante cruzar o establecer vínculos con otros lectores a través de los libros, aquellos que alguien considera que ya leyó, que no le interesan... pero que pueden resultar atractivos para otros”.

Hay también en el trueque otra zona de intercambio, pero allí en lugar de libros se intercambian palabras, un modulo llamado Página en blanco y, entre otros apuntes, entre pesimistas y optimistas, alguien dio a entender que así haya problemas, hay trueque literario.


Mayores informes
Martha Senn Rodríguez
Directora Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas
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