• La Colombia del posconflicto fue uno de los temas que se discutieron el miércoles 24 de octubre en el conversatorio sobre el proceso de paz que se realizó en EAFIT.
• Aparte de Sigifredo López, exdiputado del Valle, también participaron Carlos Gaviria Díaz, Óscar Tulio Lizcano, y los docentes Gustavo Duncan y Adolfo Maya.
Vacíos frente a la actual negociación en Cuba, ventajas de la misma sobre experiencias anteriores y diferentes panoramas tras una posible firma de la paz con la guerrilla de las Farc fueron los puntos más importantes que trataron los invitados al conversatorio sobre el proceso de paz convocado por la Organzación Estudiantil y desarrollado el miércoles 24 de octubre en EAFIT.
En el evento participaron los exsecuestrados Sigifredo López Tobón, exdiputado del Valle; y Óscar Tulio Lizcano González, excongresista por el departamento de Caldas. También Carlos Gaviria Díaz, excandidato presidencial por el Polo Democrático; y el docente Gustavo Duncan Cruz, del Departamento de Humanidades de EAFIT. El conversatorio fue moderado por el profesor Adolfo Maya Salazar.
En cuanto a las principales opiniones, para Sigifredo López uno de los principales problemas de este proceso es que no ataca las causas originarias del conflicto, de manera que en caso de lograr una dejación de armas por parte de las Farc, los mandos medios y bajos de esta organización guerrillera empezarían a formar bandas criminales.
“En un país que no es capaz de darles empleo a los jóvenes que cada seis meses salen de las universidades, un desmovilizado de las Farc no va a encontrar cómo vivir, así que va a volver a hacer lo que sabe, a las armas”, agregó.
Por eso, su propuesta fue crear un fondo nacional para la paz, que a partir del aporte de los sectores más pudientes del país corrija un poco este tipo de desigualdades. El monto que propuso el político fue de un 10 por ciento del patrimonio para todos aquellos que su riqueza supere el millón de dólares.
El narcotráfico
El exsecuestrado López también se refirió a la cantidad de dinero que entra a este grupo gracias al narcotráfico, como otro factor importante para la bacriminización de los insurgentes, como llamó a este proceso.
Pero el docente Gustavo Duncan, por su parte, afirmó que el grupo guerrillero no es un gran cartel internacional de la droga, pues si bien se financia con esta, solo hace parte del proceso inicial del negocio: cultivo, proceso y, máximo, producción de laboratorio, no obstante sigue estando a merced de los narcotraficantes.
“La gran fortaleza que le ha dado a las Farc el narcotráfico no es tanto en recursos como en gente. Las Farc son el Estado de las 100.000 familias coqueras que hay en Colombia, mal contadas, así como de las que viven de la minería ilegal”, comentó.
En cuanto a la legalización de las drogas, todos los invitados coincidieron en que es probable que no se avance demasiado en este tema, pues es un asunto que depende de acuerdos internacionales y factores externos, pero resaltaron la importancia de abordar discusiones importantes en torno a las políticas existentes para su tratamiento.
Escasa representatividad
La ausencia de voceros de los partidos políticos en el proceso de paz, así como la falta de conciencia de la sociedad civil sobre esta situación, fueron las principales inquietudes del excandidato presidencial Carlos Gaviria Díaz, mientras que para López hace falta representación de las víctimas y de la sociedad civil.
“Las Farc no tienen ninguna legitimidad para decir cómo debería ser Colombia. Si se está discutiendo cómo será el país del posconflicto, creo que los partidos políticos tienen mucho que decir. En una democracia son las únicas organizaciones que deben pretender representar a la sociedad”, mencionó Carlos Gaviria.
Por el contrario, Óscar Tulio Lizcano manifestó su inconformidad por la presencia de partidos políticos en la mesa de negociación, debido a la falta de credibilidad y a la pérdida de ideologías dentro de los mismos.
Así mismo, se preguntó por qué el presidente Santos se precipitó a correr el riesgo de convocar a un proceso de paz. Según él, las Farc no entran débiles a la mesa de negociación, pues controlan parte importante de la economía colombiana.
“Casi el 50 por ciento del Producto Interno Bruto lo está aportando la minería. Las Farc se tomó todos los territorios de la minería ilegal, igualmente vemos lo que sucedió con el petróleo. Y ellos saben eso”, concluyó.
Otro punto importante a la hora de pensar en un posconflicto fue la propuesta de Gaviria, sobre la realización de un referendo o cualquier otro mecanismo de participación democrática para legitimar los acuerdos que logren Gobierno y Farc, de manera que sea la ciudadanía colombiana quien finalmente apruebe o no la negociación.
Mayores informes
Adolfo Maya Salazar
Docente del Departamento de Humanidades de EAFIT
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