• El estudiante Andrés Mejía Posada, del pregrado en Ingeniería de Sistemas de EAFIT, viajará en enero a Belo Horizonte (Brasil) para vincularse a Google.
• De una familia ligada al arte, este alumno, que se especializa en programación y algoritmos, siente que llega a donde no hacen otra cosa que cambiar el mundo.
El muchacho vivía preguntándose, cuando aún cursaba su bachillerato, ¿cómo se hace esto? Las inquietudes se intensificaban al momento de sentarse frente a un computador e ingresar a cualquiera de los programas existentes. El resultado de tantos cuestionamientos fue, tras varios años de preguntas, un ingeniero de sistemas que está a punto de graduarse y un futuro empleado de la empresa Google.
Ese joven, de nombre Andrés Mejía Posada y que estudia el noveno semestre de su carrera en EAFIT, viajará en enero próximo a la ciudad de Belo Horizonte (Brasil), al Centro de Investigación y Desarrollo de Google para América Latina, con el fin de vincularse al equipo de profesionales de esta compañía. Luego de un proceso que comenzó con entrevistas telefónicas y después con citas presenciales en territorio brasileño, a Andrés se le notificó hace unas semanas la buena noticia: haría parte de este gigante del internet.
“Siento que estoy ahí, en la jugada, cambiando el mundo, porque esta empresa hace cosas como, por ejemplo, carros que se manejan solos. Eso es lo que me gusta, el nivel del reto y de innovación, cosas difíciles”, reconoce el joven, quien se alista para, entre otros aspectos, adaptarse al ritmo frenético del tráfico de Belo Horizonte, ciudad de la que recuerda, tras su primera visita, la forma tan rápida en que maneja la gente.
Andrés hace parte de una familia que tiene una estrecha relación con el arte y la academia. Su padre, el escritor Esteban Carlos Mejía; y su madre, la asesora pedagógica Pilar Posada, se encuentran, además, ligados a la Institución de diferentes formas. “La mía es una familia que tiene una gran relación con el arte, de hecho recuerdo muchos conciertos en el Auditorio Fundadores. Yo, también, toco guitarra”.
No obstante, lo suyo fue la ingeniería, en este caso la de sistemas. Así, desde que llegó a la Universidad empezó a buscar la manera de responderse eso que se planteó en el colegio: “¿cómo se hace esto?”. Por esta razón, desde el segundo semestre, se vinculó al Semillero de Programación, el mismo que en la actualidad lidera. Eso sí, una vez termine su pregrado y se vincule a Google se dedicará a su actividad laboral por un tiempo, lo que significa que, por ahora, no pensará en cursar un posgrado.
“Voy a tener suerte”
“Buscar con Google” o “Voy a tener suerte” son dos posibilidades que le da el buscador de internet, de esta compañía con sede en California (Estados Unidos), a los millones de usuarios que todos los días se dirigen a esta herramienta para averiguar un dato, encontrar una foto o subir alguna información.
A Andrés, luego de escucharlo, la segunda opción podría acomodarse a su situación, aunque es un decir, porque lo suyo ha sido la disciplina. Y bueno, la posibilidad de ingresar a Google se dio cuando un amigo que trabaja en la organización y que conoció en la Universidad de los Andes, donde el eafitense cursó un semestre, le escribió un correo en el que le preguntaba si le interesaría aplicar.
“Le respondí y le comenté que me faltaba mucho tiempo para graduarme, inclusive temía que empezara un proceso y que después me pidieran que primero tenía que terminar el pregrado. Sin embargo, le envié la hoja de vida y me dije: ‘vamos a ver qué sucede’”. Al mes recibió una llamada en la que le anunciaban que lo entrevistarían por teléfono.
Esa cita fue en inglés y lo pusieron a resolver un problema. “En ese momento ni me sentí bien ni mal, simplemente creí que tenía posibilidades, pero no sentí que arrasé. Irónicamente esa tarde llegó Google a EAFIT y ofrecieron una conferencia a la que asistí y que se titulaba Cómo estar preparado para una entrevista… Eso ocurrió ¡cuatro horas después de mi entrevista!”, menciona entre risas.
Pero bueno, lo que le explicaron en la conferencia, en gran parte, lo había hecho él en la conversación que había tenido. “Al mes recibí un correo electrónico en el que me decían que querían entrevistarme de forma personal, que cuando podía ir a las oficinas de Nueva York (Estados Unidos). No tenía visa, así que les dije que si podía tramitarla o si había otra alternativa. Me contestaron y me dieron la opción de dirigirme a las oficinas de Belo Horizonte. Luego de eso me enviaron los tiquetes y me fui para Brasil”.
El día antes de la entrevista Andrés estaba muy nervioso, por lo que se fue para un parque de la ciudad brasileña a respirar y a tranquilizarse. Al otro día, en la mañana, seguía muy nervioso, pero después de la primera pregunta se tranquilizó.
Así las cosas, a los dos meses le escribieron y le preguntaron si estaba interesado en trabajar en Brasil. “La reclutadora me llamó y me hizo una oferta… ¡Este es un sueño hecho realidad, así que para Brasil…!”.
Allí espera entregarle a esta organización todo lo que ha aprendido y, al igual que las personas que vio en las instalaciones de la compañía, él quiere trabajar tranquilo y motivado, como es la característica de Google. Y claro, en este reto, tendrá la posibilidad de responderse: ¿cómo se hace esto?
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Juan Carlos Luján Sáenz
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