La nueva generación de escritores colombianos resulta atractiva para el público joven que busca conocer la historia del país a través de miradas menos convencionales.
• Este martes 23 de abril se celebra el Día del Idioma, fecha que sirve para analizar, entre otros temas, a qué dedican hoy sus obras los escritores nacionales.
• La novela sigue siendo el género por excelencia en términos de producción, mientras que la poesía, el ensayo y la crítica literaria son menos publicadas.
Aunque la tradición literaria en el país es descrita por los expertos como interesante, también coinciden en que tiene ciertas debilidades en ámbitos como la circulación y la teoría, ya que cuenta con una producción amplia y autores de calidad, pero los índices de lectura y el espacio para la crítica continúan siendo muy bajos.
Esto consideran dos docentes y una editora de EAFIT, quienes analizan la producción literaria del país a propósito de la celebración, este martes 23 de abril, del Día del Idioma, fecha que propicia una mirada amplia al trabajo de los escritores colombianos en la actualidad.
Y es que el país vive lo que muchos creen es una nueva generación de escritores, donde los clásicos de Gabriel García Márquez o Álvaro Mutis empiezan a dar paso a las obras de Santiago Gamboa, Juan Gabriel Vásquez, Tomás González, Enrique Serrano, Julio César Londoño y Evelio Rosero, autores no tan jóvenes, pero que empiezan a destacarse entre los lectores y la crítica nacional e internacional.
Se trata de escritores que no solo innovan en términos formales y temáticos sino que también responden a las características de los nuevos movimientos que se dan en ámbitos como la estética.
Con ellos llega la novela histórica como género preferido, tal como sucede en casi toda América Latina, y el pasado reciente del país, con todos sus conflictos y procesos sociales, como temática principal.
Y aunque la violencia y el narcotráfico son temas recurrentes, destacados en sus niveles de producción y recepción del público, también hay desarrollos novedosos en géneros como la poesía, que empieza a sumar adeptos.
El profesor Efrén Giraldo Quintero, coordinador de la maestría en Hermenéutica Literaria de EAFIT, agrega que es claro que existe una producción literaria activa en varios géneros. “Hay una abundante producción de obras narrativas, la poesía también tiene un relativo reconocimiento y hay producción ensayística, pero en menor medida”.
Para Clemencia Ardila Jaramillo, docente de la Escuela de Humanidades, “la literatura colombiana está siempre atenta a las nuevas tendencias de la literatura latinoamericana y mundial, al tiempo que relaciona esas tendencias con la situación social y política que tenemos en el país”.
En la ciudad el panorama es bastante similar al nacional, de hecho hay muchas personas que escriben y no siempre publican, pero existe un claro interés por la literatura y la lengua. Así lo piensa Esther Fortune Fleisacher Cohen, editora del Fondo Editorial Universidad EAFIT, para quien es muy importante encontrar voces nuevas y propias en la escritura local.
Las carencias
Pero para hablar de literatura es necesario ir más allá de la producción y tener en cuenta procesos como la circulación y la intermediación, dos puntos con muchas falencias en el país.
La lectura sigue siendo muy baja, por eso la recepción es la primera perjudicada en el proceso de circulación literaria. Es necesario aumentar el número de lectores a través de estrategias que inicien desde los primeros años de vida.
En este sentido, la academia tiene un papel muy importante, con el apoyo y creación de programas que busquen educar a la población. “Programas de posgrado como el que tenemos acá, el de Hermenéutica Literaria, buscan cualificar esos niveles de lectura, apoyar a personas que tienen como tarea profesional fomentar la lectura educando a los lectores del futuro”, asegura el profesor Giraldo Quintero.
La teoría, la crítica y la investigación son otro punto en el que todavía hay mucho por trabajar. Aunque en los últimos años el surgimiento de posgrados orientados a la literatura empiezan a fortalecer el tercero, todavía hay mucho por hacer, sobre todo en lo que concierne a la intermediación de la crítica.
Aquí, el llamado es a los medios de comunicación masivos, los que tienen un papel muy importante en la intermediación y la difusión de la literatura.
Así que aunque en el ámbito latinoamericano Colombia tiene elementos literarios destacados como sus niveles de producción, resulta débil frente a aspectos como la profesionalización del oficio de escritor, el número y calidad de premios y estímulos literarios, así como las campañas para fomentar la lectura, con las que cuentan países como México o Argentina.
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Marcela Olarte Melguizo
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