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El coloquio se realizó en el auditorio 505 del bloque 19 de EAFIT y contó con un panel de debate sobre la norma y una presentación de experiencias educativas exitosas.

• El coloquio Los principales retos de la implementación de la Ley 1620 sirvió para reflexionar acerca de la norma que se encuentra en proceso de reglamentación.

• Uno de sus objetivos es convertirse en guía para afrontar situaciones como matoneo y embarazo adolescente. Se realizó en EAFIT con apoyo de Mi Sangre.

Poca capacitación docente y carencia de recursos para las escuelas fueron las dos principales observaciones que los docentes y directivos de los colegios de la ciudad hicieron a la Ley 1620, también conocida como de Convivencia Escolar, que sancionó el pasado 15 de marzo el presidente Juan Manuel Santos Calderón.

El debate se dio durante el coloquio Los principales retos de la implementación de la Ley 120, Ley de Convivencia Escolar, que se realizó, el jueves 18 de julio, por gestión de EAFIT y la Fundación Mi Sangre, como el primer espacio en el país dedicado a este tema de manera pública y abierta.

La norma busca convertirse en un marco de referencia para fortalecer las acciones particulares que tiene cada colegio en relación con la convivencia, de manera que situaciones como el acoso escolar  y el embarazo adolescente cuenten con una ruta de atención integral.

Así lo explicó Santiago Valera Londoño, del programa de Competencias Ciudadanas del Ministerio de Educación Nacional, quien hizo énfasis en que en las escuelas existen problemáticas mucho más graves, y que por eso la norma hace énfasis en promoción, prevención, atención y seguimiento en un contexto que involucra estudiantes, docentes, padres de familia y sociedad.

Para Jaime Alberto Sierra Torres, rector de la Institución Educativa José Acevedo y Gómez, es justo este entorno el responsable de muchos de esos comportamientos en los menores, y la escuela es el único espacio en el que esos niños pueden sentirse seguros y transformar esas pautas.

“Yo creo que esta reforma da muchas más responsabilidades a la escuela, pero no le entrega los recursos necesarios para afrontarlas: plantea una formación integral, pero los docentes no estamos formados para afrontar el conflicto”, dice el directivo.

Además, habla de la necesidad de incluir profesionales especializados en diferentes áreas que ofrezcan un panorama distinto a los estudiantes, así como la inversión de recursos en este y otros frentes para garantizar la efectividad de la norma y su fin de mejorar la calidad.

En este mismo sentido, Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Docencia de EAFIT, hizo un llamado hacia la educación para la vida y que forme en la dignidad humana. “Dimensiones como la cívica, la social, la política y la cultural deben ser la guía sobre la cual formamos ciudadanos que participen activa y críticamente en la vida de la nación”, asegura.

Por último, Martha Laverde, especialista senior en educación del Banco Mundial, reconoció la importancia de la ley, pues estudios realizados alrededor de la deserción escolar encontraron que la violencia era uno de sus principales promotores, pero insistió en la necesidad de hacer este tipo de debates antes de que empiece la reglamentación de la Ley.

Los panelistas concluyeron que es necesario que el sector educativo esté incluido dentro de este proceso, que terminó su primera etapa esta semana, tras finalizar la redacción del primer borrador de la norma. La idea es empezar a socializarla en las secretarías de educación y colegios del país, así como realizar difusión en diferentes ciudades.

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Marcela Olarte Melguizo
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