La ausencia de Hugo Chávez no afectará, según algunos docentes de EAFIT, las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla. Imagen de Victor Soares/ABr (http://commons.wikimedia.org/wiki/File:HugoChavez1823.jpeg)
• Así lo consideran tres académicos de EAFIT, quienes reconocen que, si bien habrá incertidumbres, otras razones de peso mantendrán la mesa de diálogo.
• El nuevo mandatario venezolano tampoco será elemento de ruptura. A Nicolás Maduro, Henrique Capriles u otro sucesor también le interesa la paz colombiana.
La noticia de la muerte de Hugo Chávez Frías, presidente de Venezuela, el martes 5 de marzo, desató interrogantes de todo tipo alrededor de temas como, entre otros, el precio del petróleo, el futuro de este país y el desenlace del proceso de paz que en la actualidad adelantan en La Habana (Cuba), el Gobierno Nacional y las Farc, si se tiene en cuenta el papel que jugó el exmandatario de la vecina nación en las conversaciones.
“Si hemos avanzado en un proceso sólido de paz con avances claros y concretos, como nunca se ha logrado con la guerrilla, es también gracias a la dedicación y compromiso sin límites del presidente Chávez y del Gobierno de Venezuela”, declaró Juan Manuel Santos Calderón, presidente de Colombia.
Algunas voces, provenientes de diversos sectores de la opinión pública, indican que sin la presencia de Chávez las negociaciones no llegarán a buen término. Sin embargo, tres académicos de EAFIT -Jorge Giraldo Ramírez, decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades; Luis Fernando Vargas Alzate, docente de la Escuela de Administración; y Gustavo Duncan Cruz, profesor del Departamento de Humanidades- coinciden en que no ocurrirá así, y que la situación en La Habana no cambiará sustancialmente.
“La guerrilla ha existido antes y después de Chávez”, dice Gustavo Duncan, quien agrega que si bien el líder venezolano pudo haber jugado un papel importante en convencer al grupo insurgente a sentarse hablar con el Gobierno, los determinantes del proceso rebasan a Venezuela.
Condiciones como la guerra de ocho años que libraron las Farc con el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010); la disminución de las tropas de esta agrupación; el aumento de la deserción en sus filas; y el agotamiento y las fricciones entre los mandos altos y los medios son, según este experto en sociología y conflicto armado, razones más poderosas para que la mesa de negociaciones continúe.
Y a estas se sumaría, según explica Jorge Giraldo Ramírez, la presión cubana, la conexión Cuba-Venezuela, y también el hecho de que si el proyecto chavista continúa, los diálogos puede ser interpretados como un legado, como un hecho que merece continuidad.
Para Luis Fernando Vargas Álzate la ausencia del mandatario no tendría por qué afectar la consolidación o el desenlace del diálogo. Eso sí, habría una condición previa: la solidez y la seriedad del proceso de paz.
“Si es un proceso serio -que se viene construyendo con base en los argumentos que cada una de las partes que está en función del diálogo político ha expuesto; y si se ha venido desarrollando un diálogo hilvanado en una construcción de país -no tendría por qué darse una afectación directa”, expone este experto en relaciones internacionales y política exterior.
El papel del sucesor
El Palacio de Miraflores tendría un nuevo inquilino en algunos meses. En los próximos treinta días se definirá, según las leyes venezolanas, la fecha para las nuevas elecciones y, mientras tanto, el vicepresidente Nicolás Maduro asumiría la Presidencia.
En palabras de los expertos académicos, en relación con las conversaciones de La Habana, desde septiembre de 2012 (cuando comenzaron los diálogos), el sucesor de Hugo Chávez no será un elemento de ruptura. Por el contrario, tanto al oficialismo como a la oposición les interesa que estas tengan un desenlace positivo.
“Se sabe que ellos (las Farc) estaban en Venezuela, pero este quizás no será un refugio sin el respaldo de Chávez” asegura el profesor Gustavo Duncan Cruz. Por su parte, para Giraldo Ramírez, si llega al poder la oposición eso actuaría en contra de la guerrilla. “Un gobierno de Capriles, o de algún otro líder, le quitaría espacios que ya tienen”.
En conclusión, y como lo aseveran los docentes eafitenses, el proceso debe continuar, además, el escenario está dado para, como lo han venido manifestando las partes en conflicto (los negociadores tanto del Gobierno como de la guerrilla), se concrete un proceso que llegue a un buen término.
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Marcela Olarte Melguizo
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