A las 5:00 p.m. del jueves 22 de septiembre, la entrada principal de la Biblioteca Luis Echavarría Villegas se convirtió en el lugar de encuentro de cerca de 400 personas entre estudiantes, profesores, directivos y empleados administrativos que con orgullo asistieron a la inauguración de la nueva Sala de Aprendizaje Activo que se ubica en el primer piso de la edificación.
Varios significados rondan la concepción de esta nueva área, pues Juan Luis Mejía Arango, rector de la Universidad, explicó a los asistentes que el primer objetivo era ampliar las áreas de estudio para satisfacer las demandas de los estudiantes y hacer una propuesta similar a las salas de aprendizaje en instituciones estadounidenses.
“Hoy damos un paso adelante con la construcción de una idea de Universidad que estamos desarrollando entre todos. La Biblioteca es el cerebro de la Institución y por eso entregamos nuevos espacios que se ocuparon durante un tiempo con áreas administrativas para que tengamos una verdadera experiencia universitaria”, señaló el directivo.
Además, agradeció la participación de Proyecto 50 y de los Representantes Estudiantiles por su construcción colectiva en el diseño y disposición de los elementos.
“En un sitio como este hay palabras, ideas propuestas y actos. Ustedes son los que nos expresaron sus sueños y con esta base el equipo de la Biblioteca comenzó a trabajar. Es bonito que EAFIT quiera invertir en estas iniciativas y estamos felices de poder ofrecérselas a ustedes en este centro que representa el corazón del campus”, indicó Héctor.
Colores para amenizar la estadía
Una vez se transmitió un video en el que se dejó ver la transformación del lugar, los invitados bajaron al primer piso para acompañar al capellán en la bendición de la sala y cortar la cinta que le dio la bienvenida oficial a esta nueva zona de cerca de 900 metros cuadrados distribuidos en áreas de estudio individuales y grupales.
Blanco, anaranjado, amarillo, café, y una gama de azules y verdes comienzan a pintar el panorama cuando se llega a este lugar. Luego se logra ver una cantidad de espacios distintos, como si estuvieran ubicados de manera estratégica de acuerdo a la capacidad de personas que pueden albergar. Y es que los encargados fueron muy cuidadosos en detalles fundamentales como la selección de colores, materiales, iluminación y acabados que permiten que la experiencia sea muy positiva.
En solo unos minutos las sillas se llenaron de estudiantes que quisieron probar cada cubículo, las ayudas digitales comenzaron su prueba con los usuarios y las vidrieras con exposiciones de documentos patrimoniales se llenaron de admiradores.
“Es de resaltar que nosotros como estudiantes de pregrado participamos de manera activa en su construcción, en el diseño y la elección de materiales. Lo pensamos, lo soñamos, lo pedimos en las Asambleas de Carrera y hoy lo vemos como una realidad. Estamos muy orgullosos de eso y le agradecemos por esto a la Institución”, dijo Simón Pérez Londoño, alumno del pregrado en Ciencias Políticas y representante estudiantil.
Ante las reacciones de los invitados, Héctor Abad expresó su deseo por comenzar pronto la construcción de la segunda etapa que tendrá conceptos similares en el ala occidental que ocupa en la actualidad el Centro de Administración Documental (CAD), dependencia que se mudará al bloque 31 cuando este sea reconstruido.
Así que todos aquellos que requieran de un sitio silencioso, tranquilo, agradable, con acceso a sistemas de información, a equipos de cómputo y a redes de internet, pero también propicio para el diálogo y el trabajo en equipo, podrán encontrar allí una solución perfecta que pronto extenderá su área para albergar a más personas