Pues, si eres ingeniero o haces parte de alguna profesión relacionada con las ciencias básicas, probablemente sí, en tus clases de física, desde allí, la resiliencia se explica como “la capacidad de un material de absorber energía elástica cuando es deformado y de cederla cuando se deja de aplicar la carga”.
Si perteneces a las ciencias sociales, estás tocado por un enfoque humanista y probablemente has escuchado este concepto como la “capacidad dinámica del ser humano para hacer frente a las adversidades superarlas y ser transformado por ellas”. (Grotberg, 1995)
Entonces, ¿son lo mismo? Podría decirse que la palabra en sí da cuenta de una propiedad o característica, en el caso de la física aplicada a los materiales, y en el caso de las ciencias sociales aplicada a las personas. En este artículo abordaremos la resiliencia desde la psicología y su relevancia para la salud mental.
A lo largo de nuestra vida enfrentamos distintas vivencias que nos retan a responder, a pesar de que muchas veces sentimos que no contamos con los recursos personales para hacerles frente a estas situaciones. La resiliencia nos muestra que no es así, que, en muchas ocasiones, a pesar de las adversidades logramos mantener la calma, logramos a su vez evaluar las situaciones desde diversas perspectivas, logramos tener confianza en los acontecimientos y somos optimistas ante los resultados.
La resiliencia implica entonces, que reconozcamos en nosotros mismos, nuestras familias y en nuestro entorno aquellos recursos que nos permitan responder a las situaciones de riesgo o adversidad que enfrentamos.
Los autores que han abordado el tema han identificado siete atributos frecuentes en las personas resilientes: Introspección, independencia, iniciativa, capacidad para establecer lazos e intimidad con otras personas, creatividad, ética y humor.
Al ser un elemento dinámico la resiliencia puede variar a lo largo del tiempo y las etapas de la vida, de igual manera al ser una capacidad es susceptible de ser desarrollada a través de un trabajo constante y comprometido consigo mismo. Te preguntarás ¿Cómo?.
La APA (American psychological association), nos habla de una serie de elementos que se pueden tener en cuenta para construir la resiliencia:
- Establecer relaciones significativas, posibilitándonos la construcción de redes de apoyo donde podamos brindar, pero también pedir ayuda.
- Evitar ver las crisis como obstáculos insuperables, no se pueden evitar las situaciones desagradables, pero sí podemos intentar abordarlas desde una perspectiva menos pesimista. En ocasiones adversas es relevante mantenerse concentrado aspectos que nos generen sensaciones de bienestar.
- Aceptar que el cambio es parte de la vida, aceptar no es resignarse, la aceptación implica un nivel de compresión de la situación y la realidad que nos encontramos enfrentando, teniendo en cuenta nuestras posibilidades y también nuestras limitaciones.
- Enfocarse en las metas, construir metas realistas en el día a día, pequeños pasos que permitan sentir que se está cerca de alcanzar los retos personales.
- Asumir acciones decisivas, se trata de actuar de la mejor manera posible ante las situaciones adversas, movilizarse y encontrar alternativas para resolver aquello es posible de atender que genera tensión o malestar.
- Buscar oportunidades para descubrirse a sí mismo, identificar aspectos positivos y fortalecidos de la personalidad a partir de las adversidades que se enfrentaron anteriormente. La crisis es una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento personal.
- Cultivar una visión positiva de sí mismo, trabajar la confianza en sí mismo, para sentir se pueden tomar buenas decisiones y abordar de manera positiva los retos que se presenten.
- Mantener las cosas en perspectiva, enfocarse en el problema hace muchas veces que se salga de sus proporciones reales, por esto es importante mirar las circunstancias desde un plano más amplio.
- Cuidar de sí mismo, estar atento a sus necesidades y deseos, prepararse física y emocionalmente para enfrentar los retos que se presentan, realizar actividades recreativas, creativas, culturales o espirituales que permitan afrontar las situaciones que requieran respuestas resilientes.
Recuerda que en la resiliencia el apoyo es fundamental, por esta razón te invitamos a que te acerques a los servicios de la Universidad que puedan aportar en la construcción y consolidación de elementos que te permitan afrontar las adversidades y salir fortalecido de estas.