Diversos estudios empíricos demuestran cómo la satisfacción de las necesidades de autonomía, competencia y vínculo se relaciona de manera directa con la motivación intrínseca y, por lo tanto, con una mayor satisfacción y productividad laboral. Pero, ¿de qué estrategias se pueden valer los líderes institucionales para satisfacer estas necesidades psicológicas básicas en sus empleados?
La teoría de la Autodeterminación (TAD) plantea una solución a este interrogante, aunque ésta ocasiona 3 dificultades principales a la hora de implementarse.
La primera se centra en la premisa de que dar a los empleados la posibilidad de opinar e incluso decidir sobre algunas tareas o procedimientos es una aventura que puede generar muchos temores en los administradores e incluso en los propios empleados, pues obviamente implicaría más responsabilidad para ambos. Otra dificultad es la presión que, por lo general, se ejerce sobre los líderes de empresas para mostrar resultados y logros.
En contraposición, existe una teoría que tiene en cuenta no solamente la cantidad, sino también la calidad o tipo de motivación y se aleja del enfoque tradicional. Esta teoría se denomina Teoría de la Auto-Determinación, cuyos planteamientos iniciales fueron elaborados en la década de los ochenta por Edward Deci y Richard Ryan (2000, 1985).
Considerando la definición de autonomía sugerida por la TAD, algunos comportamientos
o estrategias que pueden promover la autonomía son: reconocer las perspectivas y
emociones de los empleados antes de dar una sugerencia, dar una explicación significativa
para una recomendación dada, ofrecer un menú de opciones efectivas (e. g. basadas en
evidencia) para sustentar un cambio; minimizar controles y críticas (Patrick & Williams,
2012).
La competencia es la confianza que se tiene en la capacidad para realizar con éxito
una tarea o actividad. Esta creencia lleva a las personas a buscar desafíos óptimos para
sus capacidades y a tratar de mantener y mejorar esas capacidades. La competencia no es
una habilidad lograda, sino un sentido de confianza y efectividad en la acción. Este sentido
de confianza es importante porque facilita la consecución de metas y a la vez genera un
sentido de satisfacción y placer al realizar actividades en las que una persona se siente
eficiente (Deci & Ryan, 2000, 2002).
Características de la Teoría de la Autodeterminación
a) Reconoce el papel central de las relaciones interpersonales y se interesa en las dinámicas sociales que afectan las creencias, sentimientos y comportamientos de las personas (La Guardia & Patrick, 2008)
b) Los seres humanos somos considerados organismos proactivos que buscan la armonía a nivel intrapersonal (autonomía) e interpersonal (integración) (Angyal, 1965)
c) Ratifica que las tendencias evolutivas naturales hacia el desarrollo psicológico y la adaptación al medio se sostienen y apoyan en contextos sociales que proporcionan oportunidades de decisión (autonomía), conocimiento (competencia) y conexión con otros (vínculo)
d) La competencia es una necesidad innata. Se refiere a una experiencia más general y afectiva de confianza en las propias capacidades, que si bien es innata, requiere un modo propicio de expresión para que una persona se sienta capaz y eficiente en la realización de una tarea.
¿Quieres conocer ejemplos y casos prácticos de estrategias motivacionales según la Teoría de la Autodeterminación?
Descarga aquí el documento completo
La zanahoria y el garrote.pdf