“Estamos al borde del vértigo, de
las bombas atómicas, acercándonos a las peores catástrofes, y el libro me
parece una de las armas […] que todavía puede defendernos del autogenocidio
universal en el que colaboran alegremente la mayoría de las víctimas”. Julio
Cortázar.
Un epígrafe que logra condensar el
fin último de un recorrido que, a lo largo de 219 páginas, trata de “reivindicar
el poder de las palabras como una forma de resistencia y de consuelo. Un aporte
que busca mostrar la relevancia en las difusiones actuales de la literatura”.
El exministro de Salud, y actual
director del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América
Latina y el Caribe (CODS) presentó, el martes 9 de mayo en un conversatorio con
el rector de la Universidad EAFIT, Juan Luis Mejía Arango, su más reciente
libro: “Siquiera tenemos las palabras”.
“Un libro, que, en el fondo, lo que
trata de hacer es una celebración de otras obras. Trata de insinuar, de manera
oblicua, que la literatura tiene el poder de hacernos entender una realidad
muchas veces incomprensible y angustiante” según palabras de su autor. “Este
libro también es una reflexión sobre lo que podríamos llamar de manera general los
extravíos de la política: los extravíos institucionales (…) contribuyendo a la
democracia deliberativa y al dialogo social que necesitamos”, apunta Gaviria.
El evento, que tuvo lugar en el
Auditorio Fundadores, fue una conversación que intentó responder el por qué
dicha obra mezcla y entrelaza la literatura y las ciencias sociales; mostrando
que en la literatura hay una intuición, una forma de aprehender la realidad,
capaz de contribuir a las ciencias sociales, de complementarlas y
cuestionarlas. Un libro que busca trascender las posturas de la indignación y
el cinismo y contrastarlas con una postura intermedia más reflexiva y
constructiva.