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Academia / 22/03/2011

Claridad y contundencia en la hoja de vida abren posibilidades laborales

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En el Departamento de Prácticas Profesionales de EAFIT se asesora a los estudiantes en la creación de una hoja de vida que de cuenta de aquello que se sabe y se hace. El Centro de Egresados presta el mismo servicio a los graduados.

​• ​El Canal de Egresados comienza un especial con recomendaciones al momento de afrontar los diferentes pasos de una oferta de trabajo. Hoy, el tema es acerca de este primer filtro en un proceso de selección.

•  Cifras, logros y hechos concretos tienen ahora más prioridad que los datos personales. La honestidad en la información consignada es fundamental para no arriesgar una buena opción.

Después de graduarse como administrador de negocios de EAFIT, en 1991, Jaime Castañeda Roldán se desempeñó como profesional en entrenamiento, jefe de mercadeo y director de tesorería en el Banco Industrial Colombiano.

Fue construyendo una hoja de vida con las certificaciones, los datos y las cifras de todo su recorrido profesional, para demost​rar la experiencia que le permitiría aplicar a un nuevo cargo y convertirse en la actualidad en el vicepresidente del área de tesorería e internacional del banco Davivienda.

Jaime tenía presente que, en el momento de afrontar una opción de empleo, el primer paso es la realización de una buena hoja de vida.

“Generalmente va primero la hoja de vida y luego, de acuerdo con la información que se consigne en esta, la empresa decide a quién entrevistar”, comenta Jorge Tabares Mesa, jefe del Departamento de Prácticas Profesionales de la Universidad EAFIT.

El directivo afirma que la hoja de vida se debe comenzar a llenar desde la práctica profesional, para que se convierta en referencia personal y en un indicador de experiencia laboral. “Se debe indicar lo que se sabe y lo que se hace, esas cosas le interesan a un empleador”.

Mónica Echeverry Palacio, gerente general de Mentis, define este procedimiento como “la fotografía profesional de una persona”. Los cuatro años de experiencia que lleva al frente de esta compañía, especializada en la investigación, la selección y la evaluación de aspirantes para cargos de media y alta gerencia, le dan soporte a su afirmación.

Según esta ingeniera de sistemas de EAFIT, cuando un cliente solicita sus servicios con el fin de encontrar un profesional ideal para un cargo, la exigencia más común es que las hojas de vida contengan la información necesaria para saber si se ajusta o no a las necesidades. “Ahí radica la importancia de entender que esta es una oportunidad de proyectarse laboralmente”.

Por su parte, Olga Cristina Gómez Jaramillo, asesora de Recursos Humanos de la Universidad y gerente general de las empresas Complementos Humanos S.A y Servicomplementos, apunta que la hoja de vida permite entrar a procesos de selección, pero no garantiza la consecución de una vacante.

Las tendencias
Hojas de vida de una sola página de extensión y otras de hasta 10 folios han llegado a parar a las oficinas de Mentis, de Complementos Humanos y del Departamento de Prácticas Profesionales de EAFIT. Sobre ese aspecto en particular, de lo que debe ir y lo que no debe ir en un currículo, hay tantas tendencias como opiniones.

Bertha Solórzano Chacón, jefa del Centro de Egresados de la Universidad, sugiere atenerse únicamente a los datos que sean necesarios y darle mayor prioridad a los estudios profesionales y a la experiencia laboral, por encima de la información personal y los cursos no formales.

“Las personas anteponen una serie de datos que no dicen quiénes son como profesionales y lo que en realidad les interesa a los empresarios es que sus futuros empleados entren a apoyar el desarrollo de las organizaciones”.

Mónica Echeverry, de Mentis, le recomienda a los postulados incluir datos, cifras, hechos y logros alcanzados en desempeños pasados, un perfil profesional corto y contundente, y las responsabilidades o número de personas que ha tenido bajo su cargo en otros puestos.

Sin embargo, para el caso de los practicantes y los recién graduados, Jorge Tabares cree que es importante mencionar, también, las participaciones extracurriculares, que pueden llegar a funcionar como una introducción motivacional para una empresa determinada.

La gerente de Mentis, señala, además, que por ley no se deben incluir datos como la edad, el género, la raza o la religión, y enfatiza en la necesidad de que todos los datos suministrados o consignados en el documento sean verídicos y reales.

En este tema de la presentación algunas tendencias internacionales como hojas de vida resumidas, de una sola página y carentes de foto comienzan a implementarse como formato dentro de los procesos de selección.

“Los alemanes, los franceses y los estadounidenses son muy prácticos”, manifiesta la jefa del centro de egresados y explica que lo que se solicita en estas naciones es que en una hoja de vida la persona sea capaz de explicar quién es, qué ha hecho y en qué es bueno.

Considera, no obstante, que en el caso colombiano estos modelos no han sido todavía adoptados.

Otra visión es la de Mentis pues de 200 procesos que atendió el año pasado, solo en uno de ellos le exigieron que la hoja de vida tuviera foto. Mónica Echeverry, su gerente, argumenta que la tendencia de poner tantos datos innecesarios ha disminuido, pero indica que todavía hay empresarios que quieren tener la mayor cantidad de información disponible de los candidatos.

Esta eafitense asesora a los participantes de las convocatorias en estos aspectos y los orienta frente a no excederse de las cuatro páginas en la redacción.

Honestidad ante todo
La honestidad en las hojas de vida es un aspecto difícil de calcular, mucho más si se tiene en cuenta que la mayoría de empleadores parten de la buena fe de los candidatos.

La asesora Olga Gómez expresa que mecanismos como los estudios crediticios o las visitas domiciliarias permiten conocer mejor a la persona, pero no son útiles a la hora de cotejar el tema de valores y principios.

Los idiomas, el salario y las competencias informáticas son, por lo general, los aspectos sobre lo que más se miente.

Frente a esta reflexión Mónica Echeverry aconseja poner un nivel de inglés realista y hacer un cálculo acertado, o al menos aproximado, del salario devengado en el trabajo anterior, incluidas las primas, las bonificaciones extras y el financiamiento de estudios, entre otros.

Bertha, por otro lado, piensa que más que suministrar información falsa en la hoja de vida, se trata de personas que no saben describirse ni redactar este documento. “Son aspirantes que no logran ser claros, directos y siempre están copiando las versiones anteriores de sus hojas de vida”.

El egresado Jaime Castañeda, ahora que está al otro lado de la balanza, como empleador, encuentra hojas de vida donde los postulados tratan de compensar la falta de experiencia con rellenos inoficiosos.

El ejecutivo insiste en la necesidad de certificar los logros alcanzados en cargos anteriores y manifestar la voluntad de aprendizaje en caso de no tener competencias idiomáticas o informáticas.

A fin de cuentas, los expertos coinciden en que una hoja de vida mal hecha y poco honesta puede arriesgar la opción de un buen empleo.

Última modificación: 01/12/2015 11:23

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