Un estudiante de bachillerato vio, a partir de las clases de inglés que recibía en su colegio, una oportunidad de construir su plan de vida como profesor de ese idioma.
En otro punto, en la zona nororiental de Medellín, dos mujeres jóvenes encontraron en el cuidado infantil una forma de acompañar el desarrollo de su comunidad mientras administran su propia empresa.
Por su parte, una estudiante de Comunicación Social de EAFIT eligió su pregrado después de participar en un semillero de investigación, en el municipio de El Retiro, que contó con el apoyo de un programa eafitense.
¿Y qué tienen estas tres historias en común? La respuesta: niños y jóvenes que sienten y viven el compromiso social de EAFIT, ese mismo que plasma en su Misión cuando habla de contribuir al progreso social, económico, científico y cultural del país.
Un ejemplo de este compromiso es el Sistema de Aprendizaje de Lenguas en Colegios, Sislenguas, que, desde 1997, busca mejorar los niveles de suficiencia en el idioma inglés en todos los grados escolares de diferentes instituciones educativas de Antioquia.
El programa, que surgió a partir de identificar las deficiencias que tenían los niños y jóvenes en este tema, se enfoca en el tema de responsabilidad social universitaria desde la perspectiva de garantizar la alta calidad de los profesores y los currículos sin importar el tipo de institución en la que se impartan los conocimientos.
Como valor agregado, la Universidad se encarga, en las instituciones públicas, de constituir los centros de recursos que contienen el material didáctico para las clases, y de entregar textos guía originales y adecuados a los distintos niveles de formación.
Con esta iniciativa, además de mejorar la educación en esta lengua, se ha logrado mostrar a EAFIT como una universidad que llega a los barrios y permite que los habitantes de estos lugares se sientan incluidos, opina Gabriel Jaime Salazar Martínez, gerente de Sislenguas.
“En 2011, terminamos con 9.500 estudiantes de 19 instituciones educativas, 4 privadas y 15 públicas. Y este año ya llevamos entre 5.500 y 6.000 estudiantes atendidos en 16 colegios con cerca de 80 profesores”, cuenta el directivo.
Pero, más allá de estas cifras, el aporte de Sislenguas, según Gabriel Jaime, se demuestra con experiencias: hay maestros que ya se sienten en capacidad de dar sus clases en inglés, varios jóvenes han llegado a instancias internacionales en las que los eximen de hacer pruebas del idioma y un colegio que participó del programa fue el mejor en Colombia en la prueba Saber 11 en esta área.
El gerente de este proyecto destaca que el programa no solo ha tenido el logro de ser parte de proyectos de vida, como el del estudiante que quiere ser profesor de inglés en un futuro, sino que ha acercado a sus alumnos a la vida universitaria a través de visitas a EAFIT y actividades extracurriculares.
Para la primera infancia
Cuando EAFIT Social conoció un modelo para el desarrollo de empresas sociales, vislumbró tres nichos en los que lo podía aplicar: el turismo, los alimentos y el cuidado infantil.
Y es en ese último en el que esta dependencia de la Institución viene apoyando la creación de empresas desde hace más de cuatro años.
“Para nosotros, la sociedad obedece a la calidad de la atención y del aprestamiento que tengan sus niños, porque han sido las principales víctimas de los grandes conflictos de los adultos. Por eso decidimos apostarle a este tema como parte de la responsabilidad social de la Institución”, dice Mario Vargas Sáenz, director de EAFIT Social.
Formar en diferentes áreas, establecer convenios con entes gubernamentales, dar apoyo administrativo y asignar empresas madrinas para respaldar los procesos son las actividades que se coordinan desde la Universidad para que los niños más pequeños tengan un acompañamiento adecuado.
De hecho, desde 2011, se abrió el concurso Inés, una convocatoria hecha por la Secretaría de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín y EAFIT, en la que más de 100 personas se presentaron con ideas que desencadenaron en seis empresas que ya están en funcionamiento en diferentes puntos de la ciudad.
Una de esas empresas es la creada por las dos mujeres del nororiente de Medellín. Ellas asistieron durante un año a capacitaciones en EAFIT, presentaron un plan de negocios, consiguieron contactos y proveedores, y hoy atienden a 24 niños de su comuna con posibilidades de crecer más.
No obstante, la responsabilidad de EAFIT Social no se queda en acompañar y apoyar las poblaciones, sino que se encarga de involucrar otras dependencias universitarias, profesores y estudiantes en estas y otras acciones.
Los egresados también pueden participar de estos proyectos. ¿Cómo? desde unas horas de voluntariado para compartir experiencias empresariales hasta apoyos económicos para becas o constitución de empresas, además de otras formas.
Se acercan a la investigación
Desde 2005, se ven, una vez al mes, niños que corren todo el día por el campus, y luego entran a los laboratorios y auditorios de la Universidad. Son ellos quienes le dan más vida a los espacios en EAFIT.
Y es que con la idea de acercar a los menores al conocimiento científico y académico que produce la Institución, se creó, hace siete años, la Universidad de los Niños.
En este programa los participantes no encuentran pupitres o libros, sino laboratorios e investigadores que comparten sus conocimientos con ellos.
La iniciativa cumple con la responsabilidad social desde dos ángulos. Por un lado, es una forma de inclusión social, porque lo que importa es que quienes asumen el reto conocen la Universidad sin importar su estrato socioeconómico y porque EAFIT brinda la posibilidad de habitar su espacio físico a personas que normalmente no lo hacen. Por otro lado, las actividades no tienen ningún costo.
Así, a la Universidad de los Niños llegan estudiantes de planteles públicos y privados de la ciudad que se dividen en dos momentos: Encuentros con la pregunta, donde los profesores conversan acerca de las inquietudes que los chicos plantean; y Expediciones al conocimiento, donde se trabaja sobre las preguntas de investigación que tienen los diferentes grupos de EAFIT.
Según Ana María Londoño Rivera, coordinadora estratégica de este programa, ya son 1.627 los escolares que se han beneficiado.
Una de ellas es Juliana Villada Sáenz, estudiante de Comunicación Social de EAFIT. Según Ana María, Juliana hizo parte de la Universidad de los Niños desde el principio, en el año 2005, y luego fue tallerista.
Por su dedicación, fue elegida para representar el programa eafitense en el primer Congreso de SiS Catalyst y Eucu.net, en Ankara (Turquía) en el año 2011, y según la coordinadora estratégica, la elección de su pregrado la hizo con el propósito de dar a conocer aquellos procesos de investigación que tienen el potencial de impactar en su entorno rural.
Tres iniciativas diferentes, tres formas de aportar, tres vías para comprometerse con el entorno. ¡En EAFIT la responsabilidad social beneficia a los niños y los jóvenes!