La corrupción es una de las preocupaciones más grandes en la actualidad dada la fortaleza y magnitud de sus efectos sobre el desarrollo económico y social de los diferentes países.
En Colombia ha sido siempre un tema de debate y es, quizás, uno de los mayores obstáculos para un desarrollo próspero y sostenible de la economía y de las condiciones sociales. Con la corrupción todos pagamos un precio muy alto, no solo en materia económica; las instituciones, que son base de una sociedad justa y equitativa1 , se ven debilitadas y esto amenaza nuestros derechos económicos, sociales y culturales.
Dentro de las herramientas que existen para analizar la extensión de la corrupción, Transparencia Internacional realiza anualmente el Índice de Percepción de la Corrupción que para el año 2014 ubicó a Colombia en el puesto 94 de 175 países. El puntaje obtenido, entre 0 y 100, siendo 0 el puntaje otorgado a los países más corruptos, fue de 37.
Pese a que esto representa una mejora con respecto a puntajes de años anteriores (36 para el año 2013 y 2012), los resultados de políticas anticorrupción no han sido los esperados y el Barómetro Mundial de Corrupción (también desarrollado por Transparencia Internacional) lo confirma. En el año 2013, el 43% de los encuestados en Colombia opinan que la corrupción ha aumentado mucho, 57% dicen que los esfuerzos del gobierno en contra de la corrupción no han sido efectivos. El 62% opina que es un problema muy serio en el sector público y que éste es manejado por personas u organizaciones que buscan el bienestar propio por encima del común.
Estos resultados son alarmantes y son la razón por la cual es pertinente realizar una evaluación que permita re-direccionar los esfuerzos de campañas y políticas anticorrupción hacia sectores específicos como el ejecutivo, legislativo y oficiales del sector público (percibidos, según los encuestados, como los más vulnerables y en los que mayor presencia de corrupción hay).
Recientemente se han tomado medidas para combatir este fenómeno, Colombia ha firmado una cantidad considerable de tratados con diferentes sociedades de países, ha tomado iniciativas a nivel nacional y se ha unido a organizaciones internacionales en contra de la corrupción para mostrar su compromiso con la causa, sin embargo, un cambio de mentalidad y un enfoque más integral, con transparencia, rendición de cuentas y sobre todo una participación activa de todos los agentes de la sociedad, son la clave para lograr combatir y prevenir en mayor medida los efectos destructivos de la corrupción.
1 Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC). 2014. Corrupción y Desarrollo. Tomado de: http://www.anticorruptionday.org/actagainstcorruption/es/print/index.html
Susana Berrío Montoya
Auxiliar de investigación