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Academia / 09/04/2018

Desafíos políticos y socioeconómicos para la administración 2018-2022

El presente artículo pretende abordar esos retos, partiendo del análisis de la evolución reciente del crecimiento y sus determinantes en Colombia. Evalúa así mismo el tema de la estructura productiva nacional, y el impacto del petróleo en la economía, para concluir acerca de las prioridades que de ello resultan para el proceso de transformación estructural que espera al país en los próximos años.

1. Introducción​

Aunque los resultados del PIB en el cuarto trimestre del 2017 resultaron inferiores a lo que en general se esperaba, las condiciones parecen dadas para el inicio de una recuperación, por lo menos modesta, en 2018: la tasa de intervención del Banco de la República se ubica en 4.5%; la inflación continua su proceso de ajuste, ubicándose ahora en 3.14% anual; los precios del petróleo, tanto el WTI con el Brent, se han mantienen por encima de US$60 por barril en la últimas semanas; y las obras de infraestructura mantiene su ritmo, habiéndose concretado nuevos cierres financieros en los últimos tres meses. 

Es ahora tiempo de volver la atención a los factores estructurales que definen el crecimiento de la economía en el mediano y en el largo plazo.  La compleja evolución de la economía en los últimos tres años (ver gráfico nro. 1) muestra la vulnerabilidad de ésta a los precios del petróleo, pero refleja también una caída importante del potencial de crecimiento del PIB, lo que constituye sin duda un enorme reto para el próximo gobierno, que deberá no sólo poner orden en esa evolución, sino también enfrentar los retos del proceso de paz, la urgencia de mejoras de los indicadores de pobreza, y la emergencia de variadas y complejas pugnas sociales, que elevan considerablemente el nivel de exigencia para un gobierno que aspire a representar el muy complejo mapa de fuerzas sociales que integran nuestra sociedad. Todo ello, por lo demás, en el limitado espacio que brinda el manejo de las finanzas públicas, forzadas a ajustar el nivel del déficit fiscal en 2 puntos del PIB entre 2017 y 2020.

Gráfico 1

                                        Gráfico 1.JPG

Fuente: DANE. 

El presente artículo pretende abordar esos retos, partiendo del análisis de la evolución reciente del crecimiento y sus determinantes en Colombia. Evalúa así mismo el tema de la estructura productiva nacional, y el impacto del petróleo en la economía, para concluir acerca de las prioridades que de ello resultan para el proceso de transformación estructural que espera al país en los próximos años.


2. La reducción del potencial de crecimiento

a) La evolución de la productividad

Los episodios recientes de rápido crecimiento (China, India, por ejemplo) se caracterizan por aportes importantes de la productividad, de las Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y el capital. La productividad total de los factores (TFP por sus siglas en inglés) ha aportado, en el promedio del período 2006-2016, 3.2 puntos de crecimiento en China y 1.6 puntos en la India. El capital ha aportado 5 y 3.3 puntos porcentuales, respectivamente, y las TIC, 0.4 y 1.1

En Colombia, el aporte de la productividad ha sido negativo: 0.7 puntos porcentuales entre 2006 y 2016, lo que ha sido parcialmente compensado por mejoras en la calidad del trabajo (que, a menudo, no se distinguen en la descomposición de las fuentes de crecimiento, quedando integrada por ello en la productividad total factorial), que ha aumentado en 0.3. Ello es inferior a lo observado en Perú, que en el mismo período presenta un aporte negativo de la productividad al crecimiento del 0.3, compensado también parcialmente por la calidad del trabajo (que aporta 0.2 p.p).

Gráfico 2

Gráfico 2.JPG

Fuente: Conference Board.

Este es el más importante reto del país en el presente: el potencial de crecimiento depende fundamentalmente de la evolución de la productividad.

¿Por qué la evolución negativa de la productividad en Colombia?

La productividad total depende de tres factores esenciales: la productividad interna de las firmas, que a su vez exhibe dos componentes, eficiencia en los procesos y nuevos productos; la dispersión de productividades entre firmas, al interior de cada sector; y la reasignación de recursos entre sectores.

Los dos primeros factores los resume Eslava et al (2017), para la industria manufacturera, en el siguiente gráfico:


Gráfico 3

Gráfico 3.JPG

Fuente: Eslava et al (2017)

La productividad interna ha pasado de crecimientos negativos en la década de los noventa, a crecimientos del orden del 0.2% en el nuevo siglo, 38.7% de ello por esfuerzos internos de eficiencia productiva, 26.6% por innovación de productos, y 34.7% por efectos externos. La eficiencia asignativa, por su parte, ha aportado cerca del 0.2%. Pero, como lo señalan los autores, "hay alguna evidencia de que esto sucede en menor grado que en países desarrollados" (pag. 51).

Pero quizás el problema fundamental está en el tercer componente: la reasignación de recursos entre sectores. Aunque no hay evidencia concluyente, si hay indicios acerca de su magnitud: en un reciente estudio de EAFIT y FEDESARROLLO, se concluye que la protección arancelaria y no arancelaria al sector agropecuario le cuesta al país cerca de 1.5 del PIB (cuadro nro. 1), y a los consumidores, entre 0.9% y 3.5% de su ingreso (gráfico nro. 4). Y ello, fundamentalmente, por efectos de la distorsión en la asignación de recursos que propicia. La negativa contribución de la PTF al crecimiento indicaría pues que el efecto global de esa reasignación es negativo, y que compensa incluso los efectos intra-sectoriales.

Cuadro 1

                                                  Cuadro 1.JPG

Fuente: DANE. Modelo EAFIT. Cálculos propios.

El costo para los hogares ha sido, así mismo, elevado (ver gráfico nro. 4).

Gráfico 4

            Gráfico 4.JPG

Fuente: Modelo EAFIT

Como lo veremos en la sección 3, la economía colombiana ha evolucionado poco en términos de complejidad. La reasignación sectorial es el mecanismo por el cual las economías modifican su productividad, trasladando recursos de sectores tradicionales poco productivos, a sectores más complejos. Es esa reasignación de recursos la que permitiría elevar la productividad general de la economía, propiciando mejores tasas de crecimiento. Y es justamente la que no ha operado de manera adecuada en Colombia.

b) La contribución de otros factores

Ahora bien: tenemos problemas en otros frentes: la inversión productiva (que determina el aporte del capital al crecimiento) ha tenido, por su parte, una evolución preocupante: entre 2015 y 2017, el coeficiente de inversión ha caído 3.5 puntos del PIB, pasando de 26.4% a 22.9%. Esta caída está camuflada por el uso de una base ya obsoleta de precios en Cuentas Nacionales, que muestra un deterioro de apenas 1.8% en el indicador: en efecto, lo que hoy se compra con ese 22.9% del PIB, compraba a precios de 2005 el equivalente a 26.4% del PIB. La devaluación experimentada ha afectado la capacidad de nuestro ahorro para acumular capital.

Gráfico 5

                     Gráfico 5.JPG

Fuente: DANE. Cálculos propios.

Un coeficiente de inversión como éste no es ya un dinamizador de crecimiento futuro, y empieza a gravitar como una restricción en el crecimiento potencial de la economía.

En cuanto al factor "trabajo", dos fenómenos son notorios: de una parte, el menor crecimiento de la oferta laboral, que se ha venido desacelerando desde principios del siglo (ver gráfico nro. 7), y la reciente desaceleración de su componente formal calificado, como lo ilustra el gráfico nro. 8, que presenta las tasas de crecimiento de la PEA apta para empleo formal y la PEA con alguna educación superior, en las 13 mayores ciudades.

Gráfico 6

                                Gráfico 6.JPG

Fuente: GEIH. Cálculos propios.

Gráfico 7

Gráfico 7.JPG

Fuente: GEIH. Cálculos Grupo de Coyuntura Económica.

Así las cosas, las perspectivas de crecimiento del país, en el largo plazo, tienden a deteriorarse. Serán necesarias acciones enérgicas, que permitan impulsar una transformación profunda del sector productivo colombiano, que impulsen la inversión productiva y que revigoricen el proceso de acumulación de capital humano.

3. La inserción en los mercados internacionales

Como ya se mencionó, el desarrollo de la productividad está vinculado al grado de complejidad de una economía, Éste define, a su vez, la forma de inserción de la economía en los mercados mundiales. El bajo desarrollo exportador colombiano (y la dependencia de productos primarios en las exportaciones) se ilustra en el Gráfico nro. 8, que muestra el grado de concentración de las exportaciones en 1996 y en 2016. En 20 años, en lugar de diversificarse, las exportaciones se han concentrado aún más.

Gráfico 8

Gráfico 8.JPG

Fuente: http://atlas.cid.harvard.edu.

Las diversas políticas que se han implementado para propiciar el desarrollo productivo, han tenido impacto limitado, y han representado más bien cargas importantes para la sociedad, favoreciendo intereses particulares de agentes en la economía.

Hay cierto consenso en el tema de las dificultades que las economías experimentan para el desarrollo de sectores más complejos: hay problemas de "descubrimiento", en el sentido de que hay  costos importantes para descubrir las oportunidades en los mercados mundiales; hay problemas de "falta de complementariedad" o de "mercados incompletos", que impiden el desarrollo de sectores cuando no se da el desarrollo de mercados de bienes complementarios o de factores productivos necesarios para el buen éxito de esos sectores; y hay problemas de "asignación de riesgos". En esos frentes, será necesario perfeccionar las políticas públicas, sin incurrir en los riesgos de "selección de ganadores" o de "captura de rentas", que son prevalentes en las denominadas "políticas industriales".

4. El papel del petróleo en la economía colombiana

Las reservas petroleras de Colombia llegaron a 7.1 años en 2017, según información de Ecopetrol. Ese nivel es, sin embargo, un nivel bajo de acuerdo con estándares internacionales como lo muestra el siguiente gráfico, que recoge información de los veintiún países con mayor producción petrolera y su nivel de reservas, para 2016:

Gráfico 9

            Gráfico 9.JPG

Fuente: BP. https://www.bp.com/en/global/corporate/energy-economics/statistical-review-of-world-energy/oil/oil-reserves.html.

Tener bajas reservas petroleras no es, por supuesto, un problema en sí mismo: si el país simplemente aprovechara las rentas que de ellas se derivan como lo que son, ingresos extraordinarios que se pueden usar sin comprometer las políticas públicas de mediano y largo plazo, ellas representarían una afortunada renta transitoria a las que se sacaría provecho en algunas de las tantas necesidades del país.

Pero los ingresos petroleros gravitan de tal manera en la economía del país, que condicionan profundamente las variables que definen el entorno en el que operan todos los agentes económicos, públicos y privados, como lo muestran el gráfico nro. 10 (que relaciona el precio del BREND del petróleo con el saldo en Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos) y el gráfico nro. 11 (que relaciona el precio del precio WTI con un indicador de riesgo país (el EMBIG) y con la tasa de cambio:

Gráfico 10

                             Gráfico 10.JPG

Fuente: DANE. EIA.

Gráfico 11

Gráfico 11.JPG

Fuente: Banco Central del Perú. 

5. Conclusiones

La prioridad en el futuro estará en la transformación de la estructura productiva del país, a través de la reasignación de recursos. Propiciar el desarrollo de sectores más complejos, que permitan una nueva forma de inserción del país en la economía mundial.

Vigorizar la inversión, permitiendo que se acumule capital productivo en esos nuevos sectores dinámicos, que han de consolidar la transformación productiva.

La inversión en infraestructura y en educación serán elementos cruciales de la transformación productiva. 

Y tendremos que re-diseñar el papel del petróleo en la economía: que los recursos que produce estén asociados siempre a formas alternativas de acumulación de riqueza social, de forma tal que se sirvan para construir un futuro en el que no seamos vulnerables las fluctuaciones de su precio.


Referencias

Eslava, García, Hurtado y Pinzón (2017). Baja productividad en Colombia: ¿Una asunto de empresas o de mercado? En informe del Consejo Privado de Competitividad y Universidad de Los Andes: Productividad. La Clave del crecimiento para Colombia.

Perfetti y Botero, Ed. (2018). Política Comercial agrícola: nivel, costos y efectos de la protección en Colombia. Fedesarrollo.


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Jesús Botero García

Profesor, Departamento de Economía, Universidad EAFIT

jabotero@eafit.edu.co​​


Última modificación: 10/04/2018 9:10

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