Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

Opinión / 09/06/2017

Desempeño laboral colombiano: Primer trimestre 2017

​​​​​​​​​​​​​Por Hugo López Castaño*​​

​El crecimiento anual del PIB real se ha venido desacelerando progresivamente en los últimos tres años: 4.4% (2014); 3.1% (2015); 2.0% (2016). Para el primer trimestre del año en curso el DANE ha estimado un crecimiento del 1.1% y para el año en su conjunto el Banco de la República prevé uno del 1.8%​

​Como veremos, durante el primer trimestre, en las zonas rurales el auge de la economía cafetera  ha permitido la recuperación del empleo asalariado y la reducción del no asalariado. Pero en las trece principales ciudades, el menor dinamismo del PIB está  poniendo en riesgo la expansión del empleo moderno y eso, a pesar de que la caída en la participación laboral ha mantenido a raya la informalidad del empleo y evitado que el desempleo se dispare.

A. Zonas rurales: recuperación del empleo asalariado gracias al cultivo del café​

En las zonas rurales el empleo asalariado, el de mejor calidad, había caído considerablemente en 2015 (gráfico 1, panel A). Durante el año 2016 recuperó para junio-agosto el 70% de las pérdidas del 2015. Sin embargo volvió a caer en el tercer trimestre 2016 antes de comenzar a recuperarse otra vez desde octubre alcanzando en enero-marzo de este año un nivel similar al máximo de comienzos de 2015. Estas variaciones han sido lideradas por el cultivo del café, cuyo valor agregado real se elevó en los dos primeros trimestres de 2016, cayó en el tercero y se ha recuperado desde entonces.

Gráfico 1. Zonas rurales: empleo asalariado y no asalariado; tasas de desempleo​​​

DANE, gran encuesta integrada de hogares; datos publicados. Notas: 1. Empleo asalariado (obreros y empleados particulares y del gobierno); empleo no asalariado (resto del empleo). 2. Tasa de desempleo total (desempleados vs. ocupados más desocupados). Tasa asalariada de desempleo (desempleados vs. ocupados asalariados más desempleados); esta medida alternativa se justifica pues casi todos los desempleados buscan un trabajo asalariado. 4. La tasa desestacionalizada de desempleo total es la estimada por el DANE; las demás series han sido desestacionalizadas usando el método C​ensus X-12.


Por su parte, el empleo no asalariado (panel B), el de peor calidad, que había subido el año pasado ha disminuido este año. Y las tasas rurales de desempleo corregidas por variaciones estacionales (la total y la asalariada: panel C), que se habían vuelto a elevar hasta mayo 2016 y habían caído en el resto del año, han tendido a subir en 2017 como fruto del alza en la participación asalariada y del desplazamiento poblacional desde los empleos malos a los buenos; para el tercer trimestre de este año se situaban en el en 5.9% y 23.5% respectivamente.

B. Las 13 ciudades principales: crecimiento anual de cero al primer trimestre ​

 Empleo formal total y por nivel educativo.


Gráfico 2. Trece ciudades principales: empleo formal, total y por nivel educativo e índice de la productividad del empleo formal urbano.

​​​​

Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12. Empleo formal: ocupados privados en empresas de más de cinco ocupados (salvo trabajadores sin remuneración en empresas o negocios de otros hogares), más técnicos y profesionales independientes, más ocupados del gobierno. Sin educación superior (sin ningún año aprobado en este nivel); con alguna educación superior (con al menos un año aprobado en el nivel superior).  La productividad del trabajo formal urbano es el cociente entre el valor agregado urbano (el total menos el de los sectores agropecuario y minero) y el empleo formal de las trece ciudades


En las 13 ciudades (gráfico 2, panel A), el empleo formal dejó de crecer el año pasado: frente al nivel alcanzado en el cuarto trimestre 2015, para octubre-diciembre 2016 se redujo incluso ligeramente (-0.2%). Entre los primeros trimestres de 2016-2017 su crecimiento anual ha sido nulo (0%); no obstante como la población en edad de trabajar ha seguido elevándose, la tasa de ocupación formal cayó 1.4%

  • En 2015 su componente menos educado (panel B), con bachillerato o menos, se había elevado sustancialmente (7.3%). En 2016 redujo: -3.2% en oct-dic frente al pico de diciembre-febrero. Durante el primer trimestre del año en curso esta clase de empleo, aunque cayó en términos anuales (0.1%), ha repuntado frente al trimestre anterior (2.3%)
  • Por su parte, su componente más educado (panel C), con alguna formación superior, había experimentado en 2015 una caída media del 1.6%,  Pero durante 2016, terminó creciendo durante el año completo (0.8%).  Con todo para el primer trimestre de 2017 había dejado de crecer y se había estabilizado tanto frente al trimestre anterior como en términos anuales
  • El alza del componente más educado del empleo formal y la baja del menos educado generó el año pasado un alza en la productividad del trabajo formal urbano (panel D) que había estado estancada desde 2010: el empleo formal total se estancó pero el valor agregado urbano real, aunque a un ritmo menor, siguió creciendo. Este año ha comenzado a pasar lo contrario (el alza del componente menos educado y la estabilidad del más educado ha comenzado a reducir la productividad del trabajo formal. 
Empleo formal por ramas. Caída en la industria, en la construcción y en las finanzas; pobre desempeño en el comercio.

Gráfico 3. Trece ciudades principales: empleo formal en algunas ramas y variación anual hasta el primer trimestre de este año

​​Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.


Sumando los datos desestacionalizados por ramas, entre los cuartos trimestres 2015-2016 se habían destruido 15.219 plazas formales en las trece ciudades. En el primer trimestre del año en curso el empleo formal parece haberse recuperado parcialmente (5.069 nuevos empleos frente al mismo trimestre de 2016; un crecimiento anual del 0.1%). Pero las cifras por ramas hacen dudar de la solidez de esa recuperación,  

Gráfico 4. Trece ciudades: salarios reales e ingresos laborales reales por hogar

​​

​Panel A: para estimar la inflación y el salario mínimo real se usó el índice nacional de precios al consumidor Panel B: los salarios de los trabajadores formales (en realidad sus ingresos laborales, porque incluyen tanto los de los asalariados como los de los no asalariados) han sido obtenidos procesando las cintas de las encuestas del DANE (las que disponemos llegan, a la fecha, hasta diciembre 2016-febrero 2017). Se trata de las medianas por trimestres móviles estimadas a partir de los datos que ofrecen los informantes y que incluyen remuneraciones en dinero y en especie y diversas prestaciones por las que indagan las encuestas. Se deflactaron por el IPC nacional. Panel C: los ingresos laborales reales por hogar son el producto del empleo x los salarios reales medios (no los medianos) deflactados por el IPC nacional. 


  • Entre los primeros trimestres 2016-2017 el empleo formal se elevó en dos ramas que, en conjunto, generaron 104.706 nuevas plazas. Los servicios sociales comunales y personales, que son impulsadas por el gasto público, contribuyeron con la mayor parte (el 54.5%) y los inmuebles y servicios a las empresas –un empleo que se expande para ahorrar gastos salariales mediante la subcontratación con firmas pequeñas- aportaron el 45.5% restante de ese incremento bruto.
  •  En cambio, las demás ramas destruyeron 99.636 plazas formales. De ellas, las pérdidas de la industria  representaron el 37.5%; las del comercio-hotelería el  36.8%; las de las finanzas el 15.1%; las de la construcción el 7.7%, las de las otras ramas (agricultura y minería suburbanas, electricidad, gas y agua) el 2.8% de la pérdida total; el empleo formal del transporte-almacenamiento-comunicaciones no varió en el último año


Esta evolución laboral se acompañó el año pasado con una caída en los salarios reales. Pero este año los salarios formales de los menos educados han comenzado a repuntar. 

Por la aceleración de la inflación, el salario mínimo real (gráfico 4, panel A) sufrió algo durante 2015 y hasta agosto 2016, pero terminó el año pasado con un índice (102.2) incluso mayor al de 2015 (101.0). Las alzas nominales del año en curso  han vuelto a elevar el índice de su valor real a 104.0 en marzo, cifra muy superior a la de diciembre 2008  (91.2). Pero el salario mínimo, aunque pone un piso mínimo a los salarios formales no rige enteramente su evolución que, por nivel educativo, depende principalmente de la oferta y la demanda laboral.
 

  • En el caso de los trabajadores formales sin educación superior (panel B)  la reducción del empleo durante el año pasado hizo caer sus salarios nominal​es y, dada la inflación, comprimió aún más sus salarios reales que, para octubre-diciembre 2016 eran 4.9% menores frente al mismo trimestre 2015. Durante el año en curso esos salarios han repuntado, a pesar de lo cual para diciembre-febrero la caída anual seguía siendo del 3.2%.
  • Los salarios reales formales de los trabajadores dotados de educación superior (panel B) se redujeron hasta mayo-julio; se recuperaron parcialmente el resto del año con el mayor dinamismo del empleo, pero vienen cayendo otra vez en 2017. Para diciembre 2016-febrero  2017 su caída anual fue del 3.9%.
  • Por su parte (panel C), los ingresos reales de los informales carentes de educación superior (que representan el 83% de todos los trabajadores informales) han venido cayendo desde mayo-julio 2015 y siguen bajando este año. Entre aquel trimestre y diciembre 2016-febrero 2017 se redujeron 7.9%


 Durante 2016, los ingresos laborales reales totales por hog​ar, provenientes de trabajadores formales e informales, cayeron (gráfico 4, paneles D, E. F). Pero los provenientes de trabajadores poco educados (panel E) se redujeron más que los provenientes de trabajadores con alguna educación superior (panel F) y han seguido cayendo este año.

Dado que los hogares más pobres dependen más de los ingresos aportados por sus miembros poco educados, la pobreza monetaria, ha comenzado  a elevarse desde el año pasado en las trece ciudades (gráfico 5, panel A). En promedio en 2016 según el DANE: 15.9% vs 15.4% en 2015; pero hubo ciudades donde subió mucho más: Montería (5.8 puntos); Villavicencio (3.2); Cartagena (2.9); Bucaramanga (1.5); Bogotá (1.2). 

Por su lado la pobreza monetaria extrema pasó del 7.9% al 8.5% en el nivel nacional y del 2.7% al 2.9% en las trece ciudades (panal B), En cambio la pobreza multidimensional, que recoge variables más estructurales como condiciones de la vivienda, acceso a servicios públicos, analfabetismo y educación, responde menos a las coyunturas  y ha tendido a bajar continuamente (panel C).

 El DANE  publica adicionalmente otros indicadores de pobreza. Uno de ellos es recogido por la encuesta de calidad de vida y se refiere al porcentaje de hogares que declaran que sus ingresos son insuficientes para atender sus gastos mínimos (panel D). En el nivel nacional este indicador pasó del 23.1% en 2015 al 32.1% en 2016, es decir aumentó 10 puntos porcentuales. A pesar de la evolución contradictoria de estos diversos indicadores el hecho es que la caída en la pobreza que se había observado desde 2010/20111 se ha detenido.

Gráfico 5. Varios indicadores de pobreza en Colombia


Fuente DANE. Paneles A, B, C: Con base en las encuestas integradas de hogares.Panel D: con base en las encuestas de calidad de vida.


Caída en la participación laboral. 

Quizá el mayor interrogante que plantea la evolución del mercado laboral urbana durante el año 2016 y durante lo corrido de 2017 es porqué, a pesar de la desaceleración económica y de la caída en el empleo formal, en el valor real de los salarios formales y en el ingreso laboral de los hogares, el desempleo –aunque ha venido subiendo desde abril-junio- no se ha disparado ni tampoco el porcentaje medio de informalidad, que sigue estando muy por debajo frente al año 2015 (gráfico 6, panel A). La respuesta está en la reducción de la participación laboral y en el aumento de la inactividad.  

En las trece ciudades (panel B) la tasa desestacionalizada participación laboral en las trece ciudades principales se redujo sustancialmente desde enero-marzo 2016 y no ha podido recuperarse en lo corrido de este año. La PEA se trasladó hacia la inactividad (panel C), y apenas ha venido refluyendo paulatinamente. En cambio, la población inactiva que subió en enero-marzo 2016 no ha variado casi desde entonces. Entre los primeros trimestres de 2016 y 2017 las personas inactivas se elevaron en 224.000; las dedicadas a los oficios del hogar (panel D) en 116.000 (casi todas mujeres) y los estudiantes inactivos (probablemente casi todos vinculados a la educación superior) en 49.000; mientras tanto los otros inactivos aumentaron en  58.000.  De manera que el flujo absoluto de los inactivos a los activos se detuvo. 

La causa de la caída que se produjo en la PEA y del aumento de nivel en la población inactiva fue el desaliento que algunos creíamos pasajero pero parece duradero, que ha producido la caída del empleo formal, en los salarios formales reales y en los ingresos reales de los trabajadores informales que ha sido tal que los hogares han descartado el aumento de la informalidad como alternativa laboral y han preferido retirarse parcialmente del mercado laboral.


Gráfico 6 Informalidad, desempleo, participación e inactividad en las trece ciudades (trimestres móviles).

Estimaciones con base en DANE, gran encuesta integrada de hogares.


D. Las cuatro ciudades principales:

 el empleo formal de Bogotá no se recupera de su caída del finales del año pasado; en Barranquilla se ha derrumbado en el trimestre

Entre los primeros trimestres de 2016 y 2017, el empleo formal cayó considerablemente en Bogotá (-2.5%) y algo menos en Barranquilla (-1.7% en el año; -9.5% frente al cuarto trimestre 2016), pero se elevó en Medellín (2.5%) y considerablemente en Cali (5.2%), donde la dinámica expansiva se ha detenido, sin embargo, este año. 

Bogotá

El empleo formal de la ciudad (gráfico 7,  panel A), se derrumbó entre el cuarto trimestre 2016 y el primero de 2017, arrastrado hacia abajo por su componente carente de educación superior (panel B) que, aunque ha repuntado parcialmente este año no ha sido capaz de compensar la caída reciente del más educado (panel B). En el primer trimestre del año en curso la variación anual del empleo formal de Bogotá fue negativa (-2.5%). Los datos desagregados por ramas a diciembre 2016-febrero 2017, sugieren que su crecimiento anual seguía cayendo, pero más moderadamente, en la industria (-0.9%) y en el comercio (-0.1%); de manera más acentuada en la construcción (-10.3%) y que comenzó a caer en las finanzas (-13.9%) y en el sector de servicios (-3.7%)

Esta evolución del empleo formal se reflejó en el comportamiento salarial (panel C).  Los salarios reales de los trabajadores formales menos educados cayeron durante todo el año pasado y solo han dado signos de una recuperación muy parcial este año; los de los trabajadores formales más educados también bajaron, particularmente durante el primer semestre y, aunque fluctuaron durante el segundo semestre, han terminado por  estabilizarse.

La grave caída del empleo formal desde fines del año pasado elevó en Bogotá la tasa de desempleo, que desestacionalizada pasó del 8.6% en marzo-mayo 2016 al 10.3% en enero-marzo 2017 (panel D) Sin embargo el porcentaje de informalidad del  empleo, que se había elevado en el cuarto trimestre 2016 volvió a bajar durante el año en curso  pues ante los bajos ingresos informales la población optó por retirarse del mercado laboral haciendo caer la tasa de participación laboral.

Gráfico 7. Principales indicadores laborales en Bogotá


​​Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.


 Medellín.


El empleo formal de la ciudad (gráfico 8, panel A), que había crecido sostenidamente durante el segundo semestre de 2015 y hasta el mes de abril 2016, se redujo posterior y fuertemente hasta julio arrastrado hacia abajo por su componente carente de educación superior (panel B) Sin embargo, empleo formal comenzó a recuperarse desde el cuarto trimestre del año pasado gracias al auge del más educado (que habiendo experimentado grandes fluctuaciones se volvió a elevarse. En el primer trimestre del año en curso el crecimiento anual del empleo formal de la ciudad fue del 2.0%. Los datos desagregados por ramas de que disponemos llegan hasta diciembre 2016-febrero 2017. Sugieren que su crecimiento anual seguía cayendo en la industria (-4.7%), en la construcción (-9.5%); en el comercio (-1.6%) y en las finanzas (-7.1%). En cambio venía creciendo muy rápidamente en el sector de servicios (21.1%). Este comportamiento por ramas pone en cuestión la solidez de la recuperación reciente.

Los salarios reales (panel C) de los trabajadores formales poco educados había subido mucho durante el segundo semestre 2015 se redujeron otra vez el año pasado y los de los más educados  que habían caído volvieron a repuntar a fines del año antes de terminar estabilizándose este año. 

Gráfico 8. Principales indicadores laborales en el área metropolita de Medellín.​​


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.3. 


El desempleo de la ciudad experimentó el año pasado grandes fluctuaciones (panel D). Desestacionalizado, subió en el primer trimestre (11.5%); bajó en el segundo (9.9%); volvió a elevarse en el tercero (11.3% en junio-agosto) y volvió a caer en el cuarto (10.3% en octubre-diciembre) para terminar en el 10.5% en enero-marzo de 2017. Por su lado,  el porcentaje de informalidad que había alcanzado un mínimo en el primer trimestre (40.7%) ha vuelto  a elevarse desde entonces alcanzando un valor de 43.0% en el primer trimestre del año en curso. La población más afectada con esta evolución ha sido la que carece de educación superior cuyo desempleo ha terminado por colocarse este año en el 10.6% (vs. 10.0% para la dotada de estudios superiores), cuyo porcentaje de informalidad subió del 54.6% en enero-marzo 2016 al 57.1% en diciembre 2016-febrero 2017 mientras que los ingresos informales (panel E) ha caído situándose en diciembre-febrero últimos en 0.80 salarios mínimos.

Cali. 

Después de haber caído en el primer semestre del año pasado, el empleo formal en el área metropolitana de Cali se había recuperado vigorosamente durante el segundo semestre (gráfico 9, panel A), superando a fines del 2016 todas las cifras anteriores. Sin embargo esa expansión se ha detenido en 2017 (la cifra de marzo es incluso menor a la de enero). El componente del empleo formal carente de educación superior, el principal responsable de la expansión del segundo semestre 2016 viene cayendo desde fines del año pasado y el dotado de ella ha dejado de crecer este año   (panel B).  

Los datos desagregados por ramas de que disponemos sugieren que, para diciembre 2016-febrero 2017, el crecimiento anual del empleo formal en la industria que había sido excepcionalmente elevado en los tercero y cuarto trimestres de 2016, se ha venido desacelerando progresivamente hasta volverse negativo en el trimestre diciembre 2016-febrero 2017 (-9.0%).También en el comercio el auge de la segunda mitad del año viene moderándose aunque sigue siendo positivo y elevado (6.2% en dic-febrero). En la el transporte y en la construcción fue negativo desde el tercer trimestre del año pasado aunque su baja se viene moderando sobre todo en el segundo de ellos (entre diciembre y febrero: -1.9%); y en las finanzas fue negativo durante el segundo semestre del año pasado pero está dando signos de repuntar  (8.6% en diciembre-febrero). En cambio se está presentando un auge en las actividades inmobiliarias y en el sector de servicios.

Gráfico 9. Principales indicadores laborales en el área metropolitana de Cali.

lculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

Por el lado de los salarios formales reales (panel C) los de los trabajadores con alguna educación superior, se estabilizaron a alto nivel durante 2016 y lo corrido de 2017. Pero los de los trabajadores carentes de educación superior vienen subiendo desde el segundo del año pasado, lo que sugiere que la ciudad experimenta una escases de trabajadores diestros de este tipo y que  ese repunte salarial podría entrabar, como está ocurriendo la continuidad de la expansión del empleo formal menos educado.

En fin (panel D) la rápida expansión del empleo formal, sobre todo del menos educado, de fines del año pasado le permitió temporalmente a la ciudad reducir considerablemente la informalidad. En cambio el desempleo desestacionalizado (11.2% en marzo) apenas ha subido moderadamente este año.


Barranquilla.


El empleo formal en el área metropolitana de Barranquilla, que en 2016 se había estabilizado en los primeros tres trimestres, se disparó a finales del año. Sin embargo, todas las ganancias del cuarto trimestre se perdieron durante el primero del año en curso (gráfico 10, panel A), principalmente porque su componente menos educado se redujo considerablemente (panel B), particularmente en la construcción y en el comercio, en respuesta al alza que se ha producido en los salarios formales reales del personal carente de  educación superior (panel C). El desempleo que venía cayendo desde junio hasta tocar el 7.0% en noviembre, volvió a elevarse (8.3% en febrero; 7.8% en marzo), pero, sobre todo la informalidad se disparó: 51.2% en noviembre; 56.7% en marzo (panel D)

Gráfico 10 Principales indicadores laborales en Barranquilla

​​ Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.


E. Las nueve ciudades intermedias vistas en su conjunto.

El año pasado el empleo formal en las nueve ciudades intermedias había bajado (-0.6%). Durante el año en curso su variación anual mostró una cierta recuperación en el primer trimestre (1.4%). Ver gráfico 11, panel A. Cayó en las más grandes: Cúcuta (-3.3%), Bucaramanga (-1.3%), Cartagena (-1.3%). Pero aumentó las más pequeñas: Manizales (1.0%), Villavicencio (1.8%), Pasto (2.6%), Ibagué (3.7%), Pereira (5.3%) y, de manera excepcional, en Montería (15.3%). 

Gráfico 11. Principales indicadores laborales en el agregado de las nueve ciudades intermedias


Cálculos basados en el DANE, gran encuesta integrada de hogares. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

El desempeño el empleo formal en la industria de las nueve ciudades había sido negativo durante la mayor parte del segundo semestre del año pasado; este año se ha recuperado (6.8% anual para diciembre 2016-febrero 2017). En el comercio ha sido negativo desde septiembre-noviembre (-0.3% en dic-febrero). En el transporte comenzó a dar signos de reactivación en diciembre-febrero. En la construcción sigue cayendo desde julio-septiembre (entre diciembre y febrero: -6.1%); en el sector inmobiliario y en las finanzas se viene desacelerando y en los servicios comienza a repuntar después de una expansión muy mediocre (2.5% en diciembre-febrero).

En el agregado de esas nueve ciudades y frente al nivel alcanzado en octubre-diciembre 2015, para el cuarto trimestre 2016, el empleo formal  menos educado se elevó ligeramente (1.3%) y, en cambio el más educado se redujo 1.8%. Este año, para febrero, la tendencia se acentuó: el primero aumentó 7.7% y el segundo cayó 3.8% (panel B). Las fluctuaciones del componente menos educado del empleo formal ha servido para evitar que sus salarios reales subieran (el alza del empleo tiende a elevar los salarios reales, lo que se controla con su reducción posterior y permite producir una caída continua de los salarios, que sin embargo han subido ligeramente este año (panel C).      

La informalidad del empleo, que había subido mucho en el primer trimestre 2016 se redujo posteriormente (panel E); mantuvo durante el año pasado un valor medio similar al de 2015. A pesar de la caída en los ingresos informales (panel D) este año está volviendo a repuntar. Por su parte el desempleo en el agregado de las nueve ciudades intermedias ha sido tradicionalmente más alto que el de las cuatro ciudades principales. Había subido (ver de nuevo el panel E) entre septiembre-noviembre 2015 y enero- marzo 2016; bajó otra vez  hasta abril-junio; y luego volvió a elevarse hasta fines del año (11.3% en octubre-diciembre). Duante el año en curso ha vuelto a bajar; para diciembre 2016-febrero 2017 el desempleo del personal más educado se situaba en el 12.0% y la del personal carente de educación superior en el 10.1% (panel F).   

En fin (panel G), la tasa de participación laboral, que se había elevado en el primer trimestre del año pasado volvió a bajar de nivel el resto del año y solo empezó a recuperarse muy parcialmente durante el segundo semestre impulsada por la del personal con alguna educación superior. Durante el año en curso ha caído.



HUGO LÓPEZ CASTA​​ÑO

Profesor Departamento de Economía, Universidad EAFIT 

​​


Última modificación: 16/06/2017 11:08

Escriba su opinión sobre este artículo