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Opinión / 26/08/2019

Desempeño laboral hasta mayo-junio 2019

​Continúa el auge del empleo asalariado rural; pero el empleo formal en las ciudades se redujo en el segundo trimestre del año.

​1. Sigue subiendo el empleo asalariado en las zonas rurales, pero cae en las cabeceras y se estanca en el nivel nacional. Reducción del empleo no asalariado y del desempleo.

A juzgar por el comportamiento de la tasa asalariada de ocupación (porcentaje del empleo asalariado, el de mejor calidad, en la PET), la coyuntura laboral nacional durante el primer semestre de 2019 es la combinación de un excelente desempeño en las zonas rurales y, en las cabeceras municipales, de un auge en el primer trimestre y de una caída importante durante el segundo (gráfico 1, panel A). Por eso en el nivel nacional se produjo un alza en el primer trimestre y un estancamiento durante el segundo, cuyo nivel en mayo-junio resulta inferior al observado a fines de 2015 (panel B) 

Gráfico 1. Ocupación asalariada, desempleo e importancia del empleo no asalariado. 


DANE, Gran encuesta integrada de hogares (datos publicados hasta junio 2019). Empleo asalariado (obreros y empleados particulares y del gobierno); empleo no asalariado (resto). Tasa de desempleo total (desempleados vs. ocupados más desocupados).

Paralelamente (panel C), el porcentaje que representa en el empleo total el no asalariado, el de menor calidad, se ha reducido este año, sobre todo en las zonas rurales (por el alza del empleo asalariado y la caída en la participación laboral), pero también en las cabeceras (por la menor participación engendrada por el desánimo creado por la caída en el empleo asalariado) y, por tanto, en el nivel nacional. Esta reducción coincidió inicialmente con un alza del desempleo (hubo un traslado del empleo no asalariado al desempleo) y más recientemente con una reducción del mismo (hubo un traslado hacia la inactividad). En efecto, desestacionalizado, el desempleo (panel D) que venía elevándose este año ha vuelto a caer en abril-junio tanto en las zonas rurales como en las cabeceras y en el nivel nacional (10,5% en el primer trimestre; 10.3% en el segundo).

2. Continúa el auge del empleo asalariado rural. 

En las zonas rurales el empleo asalariado (gráfico 2, panel A) se ha disparado durante el año en curso: en el primer trimestre estaba creciendo al 6.7% anual y en el segundo al 16.9%. Este notable incremento del empleo asalariado rural, el mayor en la historia reciente es atribuible en parte (24.2%) a las ramas agropecuarias tales como café y otros productos agrícolas y a la cría de vacunos y otros animales. Y también en su mayoría (75.8%), a las ramas no agropecuarias. Entre estas últimas sobresalen la construcción (24.2%); el comercio (19.9%) y los “servicios comunales, sociales y personales” (38.0%)1.  
El panel B muestra la evolución de las tasas de participación asalariada (empleo asalariado más desempleados, frente a la PET rural) y no asalariada (empleo no asalariado frente a la PET, que es igual a su tasa de ocupación). Debe destacarse el alza pronunciada de la tasa asalariada de participación (que sin embargo se detuvo en abril-junio) y la caída brusca en marzo-mayo de la tasa no asalariada de participación -o de ocupación -que sin embargo dejó de bajar en abril-junio. Se ha presentado este año un traslado masivo de trabajadores no asalariados -ayudantes familiares no remunerados, trabajadores por cuenta propia y servidores domésticos- hacia el mercado asalariado (ocupados y desempleados) y hacia la inactividad (la tasa de participación viene cayendo desde marzo).    

Gráfico 2. Empleo asalariado y no asalariado rural, participación laboral y desempleo.


DANE, Gran encuesta integrada de hogares (datos publicados hasta abril-junio 2019). Empleo asalariado (obreros y empleados particulares y del gobierno); empleo no asalariado (resto). Tasa de desempleo total (desempleados vs. ocupados más desocupados). Tasa asalariada de desempleo (desempleados vs. ocupados asalariados más desempleados); esta medida alternativa se justifica pues casi todos los desempleados buscan un trabajo asalariado. Series desestacionalizadas con Census X-12.

Corregidas por variaciones estacionales, las tasas rurales de desempleo, la total y la asalariada (panel C), habían vuelto a subir desde fines de 2018 y, en 2019, prosiguieron su alza hasta abril. Pero desde entonces, han comenzado a reducirse: la tasa total de desempleo pasó del 6.4% en abril al 6.2% en junio) y la asalariada del 25.0% al 22.9%. El auge del empleo asalariado primero eleva el desempleo, pero si se prosigue, termina por hacerlo bajar.

3. Grave recaída en el segundo trimestre del empleo formal en las principales ciudades.  Había comenzado en Bogotá (donde ha dejado de bajar) y en Barranquilla (cuya caída se acentúa) y comienza a extenderse a otras ciudades.

En el conjunto de las 23 y de las 13 ciudades principales, el volumen del empleo formal se había derrumbado durante el cuarto trimestre del año pasado. En 2019 se produjo una notable recuperación durante el primer trimestre, y una grave recaída durante el segundo (gráfico 3, paneles A y B). En el segundo trimestre 2009 (entre enero-marzo y abril-junio), y desestacionalizando los datos, 12 de las 23 ciudades redujeron su empleo formal en 162.200 plazas. Bogotá (que dejó de caer en junio) perdió 95.700 plazas formales y Barranquilla (cuya crisis se ha agravado) 37.400; otras 10 ciudades perdieron 29.200. En cambio, las 11 ciudades restantes elevaron su empleo formal, en total en 52.600 plazas. 

Gráfico 3. Empleo formal en las principales ciudades; datos hasta abril-junio 2019.


DANE, gran encuesta integrada de hogares, datos publicados hasta abril-junio 2019. Empleo formal: ocupados privados en empresas de más de cinco ocupados (salvo trabajadores sin remuneración), más técnicos y profesionales independientes, más ocupados del gobierno. Series desestacionalizadas con census X-12.

Así, la nueva crisis del segundo trimestre afectó sobre todo a Bogotá (panel C) y a Barranquilla (panel D), y por esa vía al conjunto de las 13 y 23 ciudades. El empleo formal siguió recuperándose, considerablemente en Cali (panel E) y ligeramente en Medellín (panel F); en las nueve ciudades intermedias (panel G) siguió creciendo hasta mayo, antes de mostrar una ligera caída en junio. Sin embargo, la caída del empleo formal sigue extendiéndose a las demás ciudades y en particular a las que lo habían elevado en el primer trimestre (ver panel H): durante el primer trimestre sólo 5 de las 23 ciudades habían experimentado reducciones en su empleo formal; durante el segundo la cifra fue ya de 12. Además de Bogotá y Barranquilla, entre ellas se cuentan Valledupar (caída del 10.3%); Cúcuta (caída del 7.9%); Armenia (4.7%); Neiva (4.7%); Montería (2.5%); Ibagué (2.2%); Santa Marta (2.1%) y Quibdó, Pasto y Riohacha. 

4. Veintitrés ciudades: después de haberse elevado en las principales ramas durante el primer trimestre, el empleo formal en casi todas ellas se redujo en el segundo.

En las 23 ciudades principales, y teniendo en cuenta la suma de las cifras desestacionalizadas, por ramas, en el primer trimestre de este año (entre octubre-diciembre 2018 y enero-marzo 2019) se habían creado 163.400 plazas formales de trabajo (un alza del 2.7%). Durante el segundo trimestre (entre enero-marzo y abril-junio) se destruyeron, en cambio 114.600 (una reducción del 1.8%). En promedio, en el primer semestre de este año (entre octubre-diciembre 2018 y abril-junio 2019) se crearon 48.700 empleo formales (un alza del 0.8%) 

Gráfico 4. Veintitrés ciudades: empleo formal por ramas hasta abril-junio 2019.


  DANE, gran encuesta integrada de hogares, módulo informalidad (datos publicados hasta abril-junio 2019). Series desestacionalizadas con el método census X-12.

En el segundo trimestre del año en curso (entre enero-marzo y abril-junio) solo dos ramas elevaron el empleo formal en las 23 ciudades: la construcción en 45.200 y los servicios en 50.400. Se trató de una creación bruta de 95.600 plazas. Las seis ramas restantes perdieron 210.200 empleos formales: el “comercio y hotelería” 92.800; los “inmuebles y servicios a las empresas” 68.700; las “finanzas” 18.500; la “industria” 20.500; las “otras ramas” (agropecuaria, minería y “electricidad gas-agua”) 6.700 y el transporte 2.900.

El gráfico 4 visualiza el comportamiento del empleo formal por ramas en 23 ciudades entre 2015 y junio 2019. A partir del segundo semestre del año pasado, el de la “construcción urbana” ha experimentado un auge extraordinario que, después de una pausa, se ha reactivado recientemente; el generado por los “servicios” ha vuelto a crecer rápidamente. En el “comercio-hotelería”, cuyo empleo formal se había expandido velozmente a comienzos del año en curso se ha producido una grave recaída. En el sector financiero el empleo formal que fue poco afectado por la crisis de la segunda mitad del año pasado, está experimentando recientemente una caída. El de los “inmuebles y servicios a las empresas” ha venido bajando continuamente desde comienzos del año pasado. El de la industria que se redujo abruptamente en el segundo semestre 2018 no acaba de salir de su marasmo. En el transporte y comunicaciones se ha producido este año una caída en picada del empleo formal, de la que apenas está dando muestras de comenzar a salir en abril-junio. 

5. La crisis del empleo formal del segundo trimestre afectó exclusivamente su componente menos educado.

Después del auge del primer trimestre, en las veintitrés y en las trece ciudades, en Bogotá y en Barranquilla, que fueron las ciudades que lideraron la caída, la crisis del empleo formal del segundo trimestre se originó exclusivamente en la reducción de su componente menos educado. El más educado (con alguna formación superior) siguió creciendo (23 y 13 ciudades) o se estabilizó (Bogotá), salvo en Barranquilla donde se redujo ligeramente. Ver gráfico 5.    

Gráfico 5. Veintitrés y trece ciudades; Bogotá y Barranquilla: empleo formal por nivel educativo. 


DANE, gran encuesta integrada de hogares. Panel A (datos publicados hasta abril-junio 2019). Paneles B, C y D (microdatos DANE hasta marzo-mayo 2019. Series desestacionalizadas con el método census X-12. 

6. La caída del empleo formal del segundo trimestre no refleja un menor crecimiento sino un problema salarial.

De acuerdo con la nueva entrega por el DANE de las cuentas nacionales coyunturales, el PIB real nacional habría crecido a una tasa anual del 3.1% en el primer trimestre de este año y al 3.0% en el segundo trimestre. Por su parte el valor agregado real urbano (el total menos el agropecuario y minero) lo habría hecho al 2.9% y al 3.1%, respectivamente. De tal manera que la caída en el segundo trimestre del empleo formal (de su componente menos educado en particular) no refleja un menor crecimiento económico sino un problema salarial ligado a las alzas del salario mínimo. 
El salario mínimo real se elevó 2.8% en 2017 y 2.63% en 2018. En 2019 el alza en el mínimo nominal fue del 6.0%. En julio 2019, a pesar de aceleración de la inflación (3.79% anual), su valor real desestacionalizado fue el mayor desde 2008: índice 120.0 vs. 100.0 en diciembre 2008 (gráfico 6, panel A). Dada una inflación prevista para este año por el Banco de la República cercana al 3.6% significará un alza real adicional del 2.4% para el año en curso, que está teniendo impactos negativos sobre el empleo formal menos educado.

Gráfico 6. Salarios reales, salario mínimo y salarios formales por nivel educativo, en varias ciudades. 


DANE, gran encuesta integrada de hogares. Panel A (salario mínimo mensual hasta mayo 2019, deflactado por el IPC y desestacionalizado). Paneles B a F (microdatos DANE hasta mayo 2019; salarios medianos). Se usó el IPC como deflactor. Series desestacionalizadas con census X-12. 

Ahora bien, cuando los empresarios modernos deciden elevar el empleo (primer trimestre de este año) se encuentra con el hecho de que la oferta menos educada carece de las habilidades requeridas. Ello genera un alza de sus salarios reales por encima del salario mínimo real, como ha pasado este año en Bogotá (panel B) y en Barranquilla (panel C) pero no, al menos hasta mayo, en las nueve ciudades intermedias (panel D) y todavía no en el conjunto de las trece ciudades (panel E). 
La respuesta empresarial ha sido volver a reducir su demanda por este tipo de personal, como ha ocurrido en el segundo trimestre en Bogotá y Barranquilla y está comenzando a ocurrir en las demás ciudades. En el corto plazo se ha tratado simplemente de aumentar los despidos; a un plazo más largo los empresarios han recurrido al expediente de reemplazar los trabajadores poco educados por trabajadores con educación superior que, en principio, son más productivos, pero que devengan salarios más elevados. Ello ha generado en casi todas las ciudades un alza en el salario real de los trabajadores formales más educados, que es un síntoma de la escasés en muchas de ellas de este tipo de personal y que, junto con el alza en los salarios formales reales de los menos educados, ha terminado por elevar en 2018 y 2019 el salario real del total de los trabajadores formales (ver panel F para el caso de las trece ciudades principales).

7.  Participación laboral; informalidad y desempleo.

Desde el segundo trimestre de 2016 la participación laboral en las 13 ciudades, comenzó a caer con oscilaciones, hasta alcanzar un mínimo a finales de 2018. Durante este año 2019 la participación volvió a subir en el primer trimestre y cayó de nuevo en el segundo, arrastrada por la participación de la población menos educada (gráfico 7, paneles A y B). 
La caída tendencial de la participación laboral hasta fines del año pasado brotó del repudio al empleo informal, cuyo “salario” es muy bajo (de haberse mantenido la participación laboral y de haberse volcado al empleo informal, la ganancia de ingresos laborales por hogar hubiera sido muy baja)2 . En el segundo trimestre del año en curso reflejó la crisis del empleo formal menos educado lo que hizo subir no sólo el desempleo sino también, momentáneamente, la informalidad (panel C y D para el caso de Bogotá y Barranquilla). No ha pasado lo mismo en las demás ciudades donde la informalidad ha bajado o está comenzando a hacerlo. 

Gráfico 7. Principales ciudades: participación, informalidad y desempleo.


DANE, gran encuesta integrada de hogares. Datos publicados a junio 2019. Series desestacionalizadas con el método census X-12. 

8. Conclusiones: la población carente de estudios superiores ha sido la más afectada por la evolución reciente del mercado laboral

La población carente de educación superior ha sido la más perjudicada por la evolución reciente del mercado laboral (gráfico 8). Con oscilaciones, su tasa de ocupación formal (panel A) ha caído desde comienzos de 2016 (cuando era 22.0%) y salvo el repunte de los tres primeros trimestres de 2019, volvió a caer en el segundo trimestre (20.3%). Pero también ha pasado lo mismo con su ocupación informal (panel B). Aunque ha dado un bote hacia arriba en el segundo trimestre del año en curso, venía reduciéndose desde 2015. Esa población ha rehuido la informalidad, cuyos ingresos mensuales son muy inferiores al salario mínimo y se ha retirado a la inactividad, pues su participación ha caído considerablemente desde el segundo trimestre 2015 (panel C) estancándose en 2019. Quienes siguen participando en el mercado de trabajo han soportado un desempleo creciente (panel D) que en las 13 ciudades alcanzó un máximo del 12.1% en mayo pasado (vs. 10.8% para la población con alguna educación superior).

Gráfico 8. Trece ciudades, población con alguna educación superior y sin ella: tasas de ocupación formal; informal, tasas de participación y desempleo.


DANE, gran encuesta integrada de hogares. Microdatos  hasta mayo 2019. Series desestacionalizadas con el método census X-12. 

El alza tendencial en el salario mínimo real ha contribuido sustancialmente a la caída de largo plazo de la tasa de ocupación formal de la población menos educada. Desestacionalizado, el salario mínimo real ha subido 20.0% entre diciembre de 2008 y junio 2019.

Para contrarrestar esa alza, en el mediano y largo plazo, el reemplazo de los trabajadores poco educados por trabajadores con educación superior ha sido el pricipal expediente usado por los empresarios modernos. Pero, en casi todas las ciudades, ello ha generado un alza en el salario real de los trabajadores formales más educados, que es un síntoma de la escasés, en muchas de ellas, de este tipo de personal y que, junto con el alza en los salarios formales reales de los menos educados, ha terminado por elevar en 2018 y 2019 el salario real del total de los trabajadores formales. El país está confiando exclusivamente en impulsar, elevando los subsidios, la educación superior para la población menos favorecida. Sus resultados tomarán tiempo y supondrán costos elevados.
Pero en el corto plazo el incremento en el empleo formal menos educado ha tropezado con el hecho de que la oferta menos educada carece de las habilidades requeridas. Ello ha generado un alza de sus salarios reales por encima del salario mínimo real, La respuesta empresarial ha sido volver a reducir su demanda por este tipo de personal, elevando los despidos como ha ocurrido en el segundo trimestre de este año en Bogotá y Barranquilla y está comenzando a ocurrir en las demás ciudades. Por eso, la capacitación laboral de la población con menor educación formal se ha vuelto una prioridad. Se requiere diseñar e implementar para esa población un plan masivo de capacitación y aprestamiento laboral4.

1 Los porcentajes se refieren a la contribución de cada rama al alza desestacionalizada entre diciembre y abril.  
2 Ver Hugo López; ¿Por qué los hogares vienen reduciendo la tasa de participación en vez de aumentar su empleo informal?. Grupo de análisis de coyuntura económica.  Universidad EAFIT. Economía Colombiana. Análisis de coyuntura. No 11, 2019, abril. http://www.eafit.edu.co/escuelas/economiayfinanzas/coyuntura-economica/Paginas/inicio.aspx
3 Ver Hugo López; Empleo formal para la población más desfavorecida, salario mínimo y educación. Se requiere un plan masivo de capacitación y aprestamiento laboral. Universidad EAFIT; 7 de septiembre 2018. http://www.eafit.edu.co/escuelas/economiayfinanzas/coyuntura-economica/Paginas/inicio.aspx
Última modificación: 23/09/2019 12:50

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