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Academia / 18/02/2019

Grave crisis del empleo formal urbano en el último trimestre del 2018

​Foto: Róbinson Henao.

Durante el cuarto trimestre se produjo una grave recaída que lo situó en 30.9% como porcentaje de la población en edad laboral, la cifra más baja desde 2014/1015. El auge de la construcción urbana evitó que la crisis fuera peor: generó nuevos empleos formales (58.508). En cambio, todas las ramas restantes lo redujeron (en conjunto 175,654 plazas menos). La caída en la tasa de participación, sin embargo, ha evitado que el desempleo urbano (que se ubicó en 11.3%) se disparase aún más.


Autor


1. Grave recaída del empleo formal en las principales ciudades en el cuarto trimestre 2018

En el conjunto de las 13 ciudades principales el volumen del empleo formal (gráfico 1, panel A) se había elevado considerablemente durante el primer semestre de 2017 (1.6%), pero se derrumbó durante el segundo (-1.8%). El segundo y tercer trimestre del año pasado fueron de recuperación. Desestacionalizado y calculado como porcentaje de la población en edad laboral el empleo formal pasó del 31.2% a finales de 2017 al 31.8% en el tercer trimestre 2018. Pero durante el cuarto trimestre se produjo una grave recaída que lo situó otra vez en 30.9% en octubre-diciembre, la cifra más baja desde 2014/1015. 

Gráfico 1. Empleo formal total en las principales ciudades, 2015-2018.


DANE, gran encuesta integrada de hogares, datos publicados hasta octubre-diciembre 2018. Empleo formal: ocupados privados en empresas de más de cinco ocupados (salvo trabajadores sin remuneración en empresas o negocios de otros hogares), más técnicos y profesionales independientes, más ocupados del gobierno. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

Todas las ciudades experimentaron en mayor o menor medida el choque recesivo del cuarto trimestre del año pasado. Bogotá (panel B); Cali (panel C); Barranquilla (panel D) donde la tasa formal de ocupación se había derrumbado desde comienzos de 2017 y donde la crisis del cuarto trimestre del año pasado borró los tímidos signos de recuperación;  Medellín (panel E); y las nueve ciudades intermedias (panel F).

2. El auge de la construcción urbana evitó que la crisis fuera peor.

En las 13 ciudades principales, y teniendo en cuenta la suma de las cifras desestacionalizadas, por ramas, durante los tres primeros trimestres de 2018 (hasta septiembre) se crearon 149.544 plazas formales de trabajo. Entre septiembre y diciembre se destruyeron, en cambio 117.147 (el 2.0%).


Gráfico 2. Trece ciudades principales: empleo formal en algunas ramas y variación anual.

 


DANE, gran encuesta integrada de hogares, módulo informalidad (datos publicados para oct-dic 2018). Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12.

En el cuarto trimestre, solo una rama (la construcción) generó nuevos empleos formales (58.508). En cambio todas las ramas restantes lo redujeron (en conjunto 175,654 plazas menos). Los “servicios comunales, sociales y personales” perdieron 56.720 plazas; la “industria” 54.705, las “finanzas” 16.238; el “transporte, almacenamiento y comunicaciones” 9.537; los “inmuebles y servicios a las empresas” 8.401; el “comercio y hotelería” 2.713 y las “otras ramas” (agropecuaria, minería y “electricidad gas-agua”) 27.340. 

El gráfico 2 visualiza el comportamiento del empleo formal por ramas entre 2015 y 2018. Resulta claro que, a partir del tercer trimestre del año pasado, el empleo formal en la “construcción urbana” experimentó un auge extraordinario y el generado por el “comercio-hotelería” mantuvo su nivel pero perdió dinámica. El de los “inmuebles y servicios a las empresas” cayó abruptamente en 2018. Y el de las demás ramas, particularmente el de la industria, se redujo considerablemente durante el tercer trimestre de ese año.


3. El empleo formal menos educado siguió bajando el año pasado; el dotado de alguna educación superior ha comenzado a caer recientemente.

En las trece ciudades, y calculado frente a la PET total, el empleo formal menos educado, que venía bajando desde el segundo trimestre de 2016, prosiguió su caída durante 2018 (gráfico 3, panel A). Por su parte, el dotado de algún año de estudios superiores, que había caído en el segundo semestre de 2017 volvió a elevarse hasta el tercer trimestre de 2018, antes de caer otra vez en el cuarto. 

Gráfico 3. Trece ciudades: empleo formal y salarios por nivel educativo 


DANE, gran encuesta integrada de hogares. Panel A (datos publicados hasta octubre-diciembre 2018). Panel B (salario mínimo mensual hasta diciembre 2018, deflactado por el IPC y desestacionalizado). Paneles C, D, E y F (microdatos DANE hasta sept-nov 2018; salarios medianos). En todos los casos se usó el IPC como deflactor. Series desestacionalizadas con el método census X-12. 

4. Los salarios formales reales, sobre todo los de la población más educada, se dispararon hasta mediados del año pasado.

El salario mínimo nominal se había elevado 7.0% desde enero 2017; pero como la inflación fue bajando, sobre todo a partir del segundo trimestre, su variación anual real terminó por ser 2.8% en diciembre de ese año. En enero de 2018 el mínimo nominal fue elevado 5.9%, mucho más que la inflación del año anterior y que la inflación esperada, de tal manera que, para diciembre, tuvo una variación anual real del 2.63%. En diciembre de 2018, su valor real desestacionalizado fue el mayor desde 2008 (gráfico 3, panel B). Este año 2019 el alza en el mínimo nominal fue del 6.0%. Dada una meta de inflación cercana al 3.0% significará un alza real adicional del 3.0% para el año en curso, lo que no dejará de tener impactos negativos adicionales sobre el empleo formal menos educado.

En las trece ciudades principales, los salarios reales medianos de los trabajadores formales sin educación superior (regulados en principio por el mínimo) se elevaron en 2017 en tanto en términos reales (panel C) como en términos de salarios minimos (panel D); En 2018 siguieron subiendo en términos reales y, en términos de salarios mínimos, después de  una caída a comienzos del año, se recuperaron parcialmente. 

Por su parte,  la reactivación que experimentó el empleo formal más educado en el segundo y tercer trimeste disparó en 2018 sus salarios reales (alza del 6.4% entre fines de 2017 y junio 2018) y también expresados en SML (panel D); después volvieron a bajar como respuesta a la caída reactiva del empleo formal más educado. El alza en el salario real de los trabajadores formales más educados, que es un síntoma de la escasés de este tipo de personal, elevó en 2018 el salario real del total de los trabajadores formales (panel E) y también expresados en salarios mínimos (panel F). 

5. Participación laboral; informalidad y desempleo.

Gráfico 4. Trece ciudades: participación laboral, informalidad y desempleo.



DANE, gran encuesta integrada de hogares. Paneles A, C y D (datos publicados a oct-dic 2018). Panel B: microdatos hasta sept-nov 2018. Las series han sido desestacionalizadas usando el método census X-12. Panel D: Para estimar la tasa de desempleo desestacionalizada con la participación vigente en el mes T, se aplica esta definición: TD*t=1-(TOt /TPT). Donde TD*t (tasa de desempleo con la participación vigente en el mes T); TOt (tasa de ocupación desestacionalizada en el mes t); TPT (tasa de participación desestacionalizada vigente en el mes T).

En el segundo trimestre de 2016 se había producido una reducción brusca en el nivel de la participación laboral en las 13 ciudades que coincidió con el inicio de la caída en la tasa de ocupación formal sin educación superior. Hasta mediados de 2017 la participación se mantuvo relativamente estable en su nuevo nivel, pero en el segundo semestre se redujo todavía más (bajó del 67.3% al 66.2%). En 2018, hasta mayo-julio, se produjo una inversión de tendencia, pero desde entonces volvió a caer, situándose en 65.8% en octubre-diciembre, el menor nivel desde 2015 (gráfico 4, panel A). Durante el año pasado (panel B) la tasa de participación específica de la población más educada se elevó ligeramente y la de la población menos educada, que había crecido el primer semestre, se redujo sustancialmente durante el segundo semestre ante la caída en su empleo formal. 

La caída en la participación laboral ha brotado del repudio al empleo informal y se ha reflejado por tanto en una menor informalidad: esta se redujo desde 2015 (panel C) aunque volvió a repuntar parcialmente a finales del año pasado. Esa caída ha evitado en todo caso que el desempleo se disparara todavía más. Si la participación hubiera conservado el nivel de enero-marzo 2016 el desempleo en octubre-diciembre pasados hubiera sido del 14.5%. Si hubiera conservado el nivel de diciembre-febrero 2017 el desempleo hubiera sido del 13.6%. Y con la participación de marzo-mayo 2018, hubiera sido en octubre-diciembre del 12.9% en vez del 11.3%. Ver panel D. 


6. ¿Porque viene cayendo la participación laboral?. Respuesta por estudiar.

La participación laboral viene cayendo desde 2016 a pesar de que los ingresos formales reales por persona en la PET se redujeron desde 2015 (bajó la tasa de ocupación formal y también sus salarios reales). Ver gráfico 5, panel A. La caída en la participación no fue responsabilidad de los jefes de hogar (panel B) y tampoco a los cónyuges (panel C) pues en ambos casos, calculada sobre la PET total, ha sido muy estable; tampoco se puede achacar a los “otros miembros del hogar” pues su participación se ha elevado (panel C). Se debe a la participación de los hijos (panel B) que ha venido bajando rápidamente desde 2016, en paralelo con la tasa informal total de ocupación (panel D).
 

Gráfico 5. Trece ciudades: participación laboral total y aporte jefes, hijos, cónyuges y otras miembros


Fuente DANE, gran encuesta integrada de hogares (mercado laboral por parentesco). Jefes, cónyuges e hijos (ambos sexos). Los ingresos reales formales por persona en la PET son el producto de los salarios formales reales por la tasa de ocupación formal. Todas las cifras son promedios anuales; 2018 (promedio hasta sept-nov).

Este fenómeno exige un estudio especial que permita determinar, por nivel educativo, la respuesta de la participación de los hijos al ingreso de los jefes; a sus salarios formales y a la probabilidad de conseguirlos y a los ingresos informales reales que les son ofrecidos por el mercado. En eso estamos.

Última modificación: 19/03/2019 15:46

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