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Opinión / 19/06/2020

El Indicador de Seguimiento a la Economía y el empleo

​El indicador de Seguimiento a la Economía ISE del mes de abril, confirma la magnitud del impacto negativo que ha experimentado la economía colombiana a raíz del COVID-19: la actividad económica se contrae en un 20.06%, respecto a abril de 2019. La cifra es consistente con la caída del 24.5% en el empleo, que ya había mostrado el informe de mercado laboral.

​Por: Jesús Botero García

El Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) muestra una caída de la actividad económica en abril del 20.06%, reflejando el profundo impacto que el COVID-19 y la política de contención han tenido sobre el país. El cuadro 1 muestra el aporte de las grandes ramas de actividad en el resultado.

Cuadro 1


Se destaca la caída del 50.12% de las actividades secundarias (industria y construcción), que contribuyeron con el 9.12 puntos porcentuales al resultado, lo que justifica la prioridad que se les dio a esas actividades en la reactivación inteligente. Las actividades terciarias, por su parte, contribuyeron con 9.2 puntos porcentuales al resultado general, pero su caída fue la menor de los tres grupos: 13.3%. En efecto, aunque el comercio cayó de manera importante (las ventas del comercio minorista, incluyendo vehículos, por ejemplo, cayeron el 42.9%1), la alta participación de los servicios del gobierno en el sector (cercana al 25%) y el buen desempeño de algunos sectores de servicios, como “desarrollo de servicios informáticos y procesamiento de datos”, y “actividades de centros de llamada”, que se ilustran en el cuadro 2, compensaron parcialmente ese efecto.

Las actividades primarias, por su parte, cayeron el 13.75%, seguramente jalonadas a la baja por las actividades mineras, contribuyendo con 1.74 puntos porcentuales a la caída general. Un panorama, sin duda, complejo, que anticipa una caída importante del PIB en el segundo trimestre del año, del orden del 15%, y explica las previsiones de crecimiento negativo para 2020, sobre las que hay consenso entre los diversos analistas, y que los recientes informes de proyecciones del Banco Mundial y de la OECD sitúan entre un 4.9%, en el escenario básico del Banco Mundial y un 7.9%, en un eventual escenario de rebrote de la enfermedad, considerado por la OECD.

Cuadro 2


Ahora bien: la magnitud del choque analizado ya había sido anunciada por los datos de empleo, divulgados a finales del mes de mayo. El cuadro 3, que resumen los grandes indicadores del mercado laboral para abril, muestra que la caída del empleo fue 24.5%, lo que resulta congruente con el dato de caída de la actividad económica del ISE, si se considera que muchos de los empleos perdidos, por efecto de la cuarentena, fueron empleos informales de baja calidad y de poco valor agregado.

Cuadro 3


Las dos grandes incógnitas que surgen de estos datos son las siguientes:

1. ¿Qué tan efectivas han sido las medidas de reactivación inteligente y de apertura con protocolos, que se han implementado desde mediados de mayo? 

2. ¿Cómo han evolucionado la tasa de desempleo y el empleo, después de la cuarentena inicial? 

En lo primero, la estrategia del gobierno ha sido consistente: abordar prioritariamente las actividades denominadas secundarias (industria y construcción), no sólo por el impacto negativo que experimentaron, sino también por su incidencia en el empleo, para después reactivar el comercio y las actividades de servicio, como está ocurriendo ya ahora. En lo segundo, lo decisivo será la interacción entre población inactiva y población ocupada. Una parte importante del empleo perdido no generó un aumento de la tasa de desempleo, porque, en la fase inicial de la cuarentena, la posibilidad de buscar empleo era muy limitada, así que los no ocupados hicieron tránsito a la población inactiva. Conforme va pasando el tiempo y se modera el efecto de las medidas de aislamiento, algunos desocupados se reintegran a sus actividades originales, otros empiezan a buscar un trabajo alternativo (y se convierten por ello en desempleados), y algunos empleados formales pierden su empleo, conforme se implementan medidas de ajuste en las empresas. El efecto neto de esos movimientos probablemente lleve la tasa de desempleo a niveles superiores al 20%, para después (y dependiendo del éxito de las políticas públicas para proteger el empleo y evitar el cierre de empresas), reemprender el camino hacia una reducción del desempleo, que nos lleve pronto a niveles del orden del 10%, como los observados antes de la crisis. El mayor reto, sin duda, que enfrentaremos en el inmediato futuro.




1 https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/comercio-interno/encuesta-mensual-de-comercio-emc
Última modificación: 19/06/2020 15:51

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