Los pronósticos revelados en enero por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, revelan una actitud cautelosa de sus analistas económicos. Como lo muestra el cuadro 1, ambas entidades reducen ligeramente sus pronósticos de crecimiento para 2020, respecto a sus informes anteriores: el FMI, aunque prevé que la economía mundial se recupera respecto a 2019, pasando de un crecimiento del 2.9% al 3.3%, percibe también que la recuperación va a ser más lenta de lo que esperaba en el informe anterior, en el que proyectaba un crecimiento del 3.4% para 2020. El Banco Mundial, así mismo, reduce en 0.2% su pronóstico para 2020 respecto al pronóstico de junio pasado. En ambos casos, se reconoce el avance de las conversaciones entre Estados Unidos y China, y el impacto positivo de las políticas expansivas en los países desarrollados, pero se mantienen prevenciones acerca de posibles recrudecimientos de las tensiones comerciales, de riesgos geopolíticos, y de posibles disrupciones en países emergentes, cuyas perspectivas de crecimiento parecen haberse debilitado.
Sin embargo, la sensación general que transmiten los informes es una sensación de una prudente confianza en que, si no se materializan otros riesgos, la economía mundial estaría entrado en una senda de recuperación que, aunque débil, es, sin embargo, positiva.
Pero los riesgos son de variada naturaleza: la concreción, por fin, del Brexit, conlleva incertidumbres en el área europea. El coronavirus en China puede afectar el crecimiento, y especialmente, los flujos de bienes y personas en la economía global. Las tensiones geopolíticas, siguen teniendo un poder perturbador, aunque es de esperar no se concrete en acciones ofensivas. Y hay aún temores acerca de recesiones futuras, en un entorno de liquidez excesiva con vulnerabilidades en las hojas de balance de algunos gobiernos y agentes privados.
Además, ganan terreno otras preocupaciones, las de carácter distributivo o ambiental, que parecen estar socavando la confianza de los ciudadanos en el sistema económico.
La economía de los Estados Unidos, cuyo primer estimativo del crecimiento del PIB en el cuarto trimestre fue revelado el pasado 30 de enero, mantiene su resiliencia: con un crecimiento del 2.1% tanto en el tercer como en el cuarto trimestre, el crecimiento anual habría llegado al 2.3%. La firma de la primera fase del acuerdo con China ayudará a mantener ritmos de crecimiento superiores al 2% en 2020, lo que además será decisivo en el proceso electoral que vive el país en el presente año.
Así las cosas, el entorno internacional puede considerarse que empieza a ser positivo, aunque los riesgos siguen siendo a la baja, alimentados además por preocupaciones profundas acerca de la sostenibilidad futura del sistema y el impacto, todavía incierto, el coronavirus en la China.
La economía colombiana.
La economía colombiana, por su parte, parece mantener una dinámica de crecimiento superior al 3%. El índice de confianza del consumidor de Fedesarrollo, aunque se mantiene en terreno negativo, mostró en diciembre una recuperación respecto al mes anterior (-9.5 vs. -14.4). El índice de confianza comercial (ICCO) mejoró, por su parte, tanto respecto al mes anterior, como a diciembre de 2018. Y el índice de confianza industrial (ICI) revirtió la tendencia decreciente observada en los dos meses anteriores.
Gráfico 1. Encuenta de opinión empresarial, ICCO e ICI. Diciembre 2019
Fuente: FEDESARROLLO.
Siguen siendo preocupante la cifra de desempleo, que cerró el año en promedio en 10.5%, por encima del año 2018 (9.7%). Y aunque el mes de diciembre, en particular, mostró una tasa de desempleo inferior a la de diciembre de 2018, ella se explica más por la caída de la tasa de participación, que por un aumento de la tasa de empleo.
Tanto el balance comercial como la cuenta corriente de la balanza de pagos se han deteriorado, lo que podría generar vulnerabilidad en un entorno económico complejo, tanto por las tensiones comerciales que se observan, como por la expansión del coronavirus, que podría agudizar tendencias aislacionistas en los países.
Aún así, estimamos que la cifra de crecimiento del PIB en 2019, que se divulgará el próximo 15 de febrero, mostrara un crecimiento del orden del 3.2%, mientras que nuestras proyecciones para 2020 se mantienen en el 3.4%, aunque con sesgos a la baja, por la pérdida de confianza de los consumidores (alimentada por movimientos a nivel mundial), el desbalance en la cuenta corriente, y los posibles shocks negativos en la economía mundial.
Cuadro 2. Pronósticos de crecimiento. 2020-2021.
Un año, pues, de transición en la economía mundial hacia una recuperación más sólida, y de consolidación de la tendencia creciente de la economía colombiana. Todo ello, en medio de riesgos a la baja, que exigen prudencia en el manejo económico.