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Opinión / 15/08/2017

Política salarial y empleo moderno

 
Política salarial y  empleo moderno hace parte de la serie de informes "La coyuntura económica colombiana" del Grupo de Coyuntura económica 
de la Escuela de Economía y Finanzas de la Universidad EAFIT. Otros informes pueden ser consultados haciedo clic aquí

​Calculado como porcentaje de la población total en edad laboral, para aislar el crecimiento poblacional, el empleo formal en las trece ciudades principales, que había caído el año pasado, se ha recuperado parcialmente este semestre y eso, paradójicamente, en el mismo momento en que el PIB real se ha desacelerado peligrosamente.

​El componente dotado de alguna educación superior se ha elevado considerablemente; el carente de ella, a pesar de sus oscilaciones, ha caído (gráfico 1, panel A). 

Explicación: los salarios reales de los trabajadores formales más educados se redujeron; los de los menos educados subieron mucho (panel B), fomentando con ello una oleada de sustitución del empleo formal menos calificado por el más calificado. De hecho entre los segundos trimestres 2016-2017 el volumen del empleo formal en las 13 ciudades aumentó 1.9% (vs -0,2% en 2016). Se generaron 105.000 nuevas plazas formales; la creación anual bruta (147.000), fue originada en un 49.5% en los “inmuebles y (sobre todo) servicios a las empresas” (firmas subcontratistas, en mucho las encargadas de sustituir trabajo simple por trabajo profesional); un 39.5% en los servicios (cuyo empleo formal se está reduciendo); un 10.1% en el comercio (que apenas repuntó ligeramente) y un  0.8% en la industria (que sigue en crisis). Las demás ramas (construcción, transporte, finanzas y otras) destruyeron 42.000 plazas formales de trabajo.
   
El mínimo real ha liderado este año los salarios reales que deben pagar las empresas formales al personal menos educado. El mínimo nominal se elevó desde enero en 7%; pero como la inflación ha venido bajando, sobre todo a partir del segundo trimestre, la variación anual del mínimo real, terminó por ser 2.2% a marzo y 3.5% a julio. En este último mes, su valor real desestacionalizado es el mayor desde 2007 (panel C).

Gráfico 1: trece ciudades: empleo formal por nivel educativo y salarios reales formales. 

grafico-1-hl.PNG

DANE, Gran encuesta integrada de hogares. Panel 1A: Empleo formal como porcentaje de la población total en edad laboral (datos publicados, hasta abril-junio 2017). Panel B: Salarios medianas (micro datos disponibles hasta marzo-mayo 2017), deflactados por el IPC. Panel C: salario mínimo mensual deflactado por el IPC (DANE, hasta julio 2017). Series desestacionalizados mediante el método Census X-12.

El alza salarial real ha terminado por reducir la tasa de ocupación formal específica de los menos educados (gráfico 2, panel A). Dada la gran caída de los ingresos informales reales, esta población ha rehuido la informalidad y, en cambio, se ha decidido en parte por la inactividad (panel B) y en parte por el desempleo (panel C).

Gráfico 2. Trece ciudades, población sin educación superior: tasas de ocupación, participación y desempleo.

Grafico-2-hl.PNG
Gran encuesta integrada de hogares, microdatos disponibles hasta marzo-mayo 2017. Paneles 2A y 2B: el empleo formal, informal y la PEA: porcentajes de la población en edad laboral carente de educación superior. Panel 2B: los ingresos laborales informales son las medianas deflactadas por el IPC. Panel 2C: tasa de desempleo de la población sin educación superior. Serie desestacionalizadas mediante el método Census X-12

En las principales ciudades la población carente de educación superior ha disminuido en el largo plazo (76% de la de 12 años y más en 2007) pero todavía representa el 71%. Por eso la evolución reciente del empleo urbano contiene un mensaje para la política salarial: elevar los costos salariales (el mínimo anual, pero también: una prima adicional para los domésticos y asimilados, ampliación de la jornada nocturna, que tiene recargos del 35%, etc.) terminará por afectar el empleo formal menos educado. Para que no se trate sólo de buenos propósitos, para que sus salarios reales y su empleo puedan elevarse a la vez, es preciso no solo impulsar un crecimiento económico sano sino también mejorar el nivel de calificación de esta población que, de hecho, poco sabe hacer.



HUGO LÓPEZ CASTA​​ÑO

Profesor Departamento de Economía, Universidad EAFIT 







Última modificación: 15/08/2017 8:31

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