Beatriz Elena García Nova
Colaboradora / Egresados en la Ciencia
¿Existe vida en Europa, una de las lunas del planeta Júpiter? Hipótesis como esta impulsan el trabajo de Luz María Martínez y su equipo en el Departamento de Ambientes Naturales Espaciales del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la Nasa.
El desafío actual de esta ingeniera física de EAFIT es modelar el ambiente de Júpiter simulando y determinando la radiación y los micrometeoritos con los que se encontrarían las naves en la misión hacia ese gran planeta.
Ella tiene claro que son preguntas que podrían tardar años en resolverse, pues cuando de misiones espaciales se trata, “se necesita asegurar que todo va a salir 99.9999 por ciento perfecto”, asegura. A pesar de muchas teorías que hasta ahora no se han podido superar, como viajar en el tiempo, o alcanzar velocidades mayores a la de la luz, la sorprende ver cómo la ciencia evoluciona y cómo muchas ideas que antes parecían ciencia ficción se hacen realidad más rápido de lo imaginado. Por ejemplo, “recibir datos desde Marte, si se tiene en cuenta que la carrera espacial es muy joven –en 1961 fue el viaje del primer humano que orbitó la Tierra– y pensar que apenas a principios del siglo pasado estábamos aprendiendo a volar”.
Otra idea platónica, que con el tiempo se convirtió en realidad, fue para ella llegar a trabajar en la Nasa. Desde los paseos al planetario con sus padres cuando era niña y los libros con ilustraciones del espacio que ellos le regalaban, siempre la impulsó encontrar respuestas a ¿por qué pasan las cosas?, ¿de qué están compuestas?, ¿cuál es su origen?, ¿las características?
“Siempre fueron las estrellas y las constelaciones lo que más me interesaba”.
El amor de Luz María por la naturaleza y su curiosidad la llevaban a cuestionar todo lo que veía, pero una conexión especial había con el espacio. Hoy forma parte del Departamento de Ambientes Naturales Espaciales del JPL de la Nasa y trabaja en la misión a una de las lunas de Júpiter (Europa), que tiene un alto valor científico por la posibilidad de que allí exista vida, debido a que –explica– en teoría en su interior hay un océano de agua líquida.
Al mismo tiempo adelanta su doctorado en Ingeniería Nuclear en la Universidad de Texas A&M y, en 2015, ya cumple 6 años de trabajar y estudiar en Estados Unidos, donde ha logrado ampliar la experiencia en su área.
Lo necesario para despegar
Su familia la apoyó incondicionalmente en la decisión de estudiar algo “tan fuera de lo común”, dice Luz María. Su madre le explicaba que las matemáticas eran necesarias para la vida y, poco a poco, se dio cuenta de que no eran tan difíciles como parecían. Más adelante sería ella quien ayudaría a su hermana en temas de física y astronomía.
Sin duda esta ingeniera se ha tomado en serio la ciencia, que además de interesante califica de divertida. Para ella lograr construir algo desde el papel hasta convertirlo en un instrumento, ver los mecanismos funcionar, programar en un computador y ver los resultados, es como jugar con plastilina o Lego. “A mi parecer es divertido cuando todo esto funciona y te das cuenta de que con tus manos lograste hacerlo. Sigue siendo en principio lo mismo, ‘jugar’ y experimentar, eso sí, con otras tecnologías, con otros
materiales y con otros propósitos”.
De su colegio, La Enseñanza, recuerda a la profesora con la que descubrió su amor por la física, Claudia González. Aprender que una ecuación podía describir cómo se mueven los trenes o cómo caen los objetos a la Tierra le fue aclarando cada vez más que
la ciencia podría ayudarla a resolver sus inquietudes.
“La ciencia no es algo de otro mundo”.
En noveno estudió los cursos de extensión de astronomía y astrofísica en la Escuela Local de Astrofísica (Elda) de la Universidad de Antioquia y, gracias
a las enseñanzas del profesor Jorge Iván Zuluaga, dice haberse dado cuenta de “que era mucho más, que todo estaba relacionado y que el mundo estaba
lleno de posibilidades en ciencia, en entender las galaxias y los planetas, en ir y explorarlos”. Así decidió seguir su pasión y estudiar Ingeniería Física en EAFIT. Recuerda esa experiencia con agrado, como una relación familiar entre profesores, compañeros y directivos. La suya fue la primera promoción de Ingeniería Física de la Universidad, todos se apoyaban para lograr que la carrera saliera adelante y así fue, afirma.
Asumir la misión
El sueño de trabajar en la Nasa lo cumplió al vencer el miedo que socialmente se tiene hacia los temas científicos, por la idea de que son difíciles o solo para personas muy inteligentes. Ella dejó ese imaginario a un lado, se dedicó a lo que realmente le apasionaba y en el recorrido de su carrera confirmó que con ganas, dedicación, paciencia y esfuerzo podría lograrse.
“Es por medio de pequeños pasos como se logran este tipo de objetivos, uno tiene que tomar decisiones en la vida que puede que en su momento parezcan un paso hacia atrás, o que haya una barrera gigante. No se puede quedar uno siempre pensando en el futuro sin tomar acciones en el presente”, manifiesta.
Ella valora el hecho de poder animar a jóvenes estudiantes y a los niños a perseguir sus metas; ha sido tallerista de la Universidad de los Niños en EAFIT y en Estados Unidos también participa en voluntariados con diferentes museos de ciencia (semejantes al
Parque Explora). “Es muy importante para mí mostrar a niños y niñas cómo pueden encontrar algo gratificante y entretenido en estas materias que, por lo general, tienen fama de ser aburridas”, explica.
Por eso su objetivo es demostrarles que no son solamente teorías en los libros, sino que todo se puede aplicar al mundo en el que vivimos y a cómo interactuamos con todo lo que nos rodea. “Creo que en Colombia sí se necesita mucha más labor para quitarle
ese tabú a nuestra sociedad de que la ciencia es algo de otro mundo”, concluye.
Investigadora
Luz María Martínez Sierra
Graduada con tesis de honor de Ingeniería Física de la Universidad EAFIT y ganadora del premio Otto de Greiff al tercer mejor trabajo de tesis de pregrado. Es magíster en Ingeniería Física con énfasis en Ciencias del espacio, de la Embry-Riddle Aeronautical University en Daytona Beach, Florida.
Actualmente realiza su doctorado en Ingeniería Nuclear en la Universidad de Texas A&M. Forma parte del Departamento de Ambientes Naturales Espaciales del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la Nasa, ubicado en California, Estados Unidos.
Más información sobre el investigador