La ejecución de proyecto inició su primera fase en 2012, cuando empezó el diseño del plan y la realización de las primeras actividades. Según Claudia Zea Restrepo, coordinadora de Proyecto 50, desde el primer momento pudo verse el gran potencial de la iniciativa, debido a la buena dotación tecnológica con la que se contaba.
“Cuando esta Administración empezó a hacer su plan de desarrollo encontró que había mucha infraestructura tecnológica: 11.000
computadores -con una promesa de un niño por computador- y tableros interactivos en todas sus aulas. Pero no encontraron un plan estratégico para hacer un buen uso de esas herramientas”, explica Claudia.
Fue ahí donde entró la Universidad para acompañar el proceso y aportar su experiencia previa. “Llevamos 25 años de trabajo en el
grupo de investigación Línea de I+D en Informática Educativa con diferentes propuestas que vinculan la aplicación de tecnologías
en la educación con diferentes entidades en el país”, agrega la directora de este equipo.
En este primer momento también fue importante la sensibilización de la comunidad, de manera que los docentes empezaron
a explorar posibilidades, los estudiantes a apropiarse de la tecnología, los directivos a comprender lo fundamental del proyecto y los padres de familia a entender lo vital de esta labor, con el fin de que en el futuro puedan alfabetizarse en el tema digital y acompañar a sus hijos en este camino.
Adriana García Grasso, directora del Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (Cice) de EAFIT, dependencia universitaria que administra el proyecto, manifiesta que la iniciativa enfocada en desarrollar las TIC en la educación impacta a 101 directivos docentes, 800 docentes, 995 estudiantes y 100 padres de familia en lo que va corrido de 2013.
Durante este año empezó la segunda fase, que consisteen exploración e implementación. Se trata de un año preparatorio, en el que los profesores continúan formándose, pero empiezan a elaborar sus propias experiencias.
La etapa actual
Durante este año empezó la segunda fase, que consiste en exploración e implementación. Se trata de un año preparatorio, en el que los profesores continúan formándose, pero empiezan a elaborar sus propias experiencias.
Es decir, si antes se informaban y aprendían sobre la tecnología, hoy deben poner en práctica las primeras estrategias elaboradas por ellos mismos: los docentes tienen un desafío, buscan la manera de cumplirlo en el aula y documentan sus resultados en la red, a través del medio que ellos prefieran.
El blog es uno de los más usados, pues todos los participantes del proyecto deben compartir sus actividades con los demás en una
red educativa, donde la idea es intercambiar estrategias y retroalimentarse. También hay videos, libros digitales y muchos otros formatos en línea que hacen posible el intercambio a través de la conectividad.
Elisabeth Salamanca Campillo, docente de la Institución Educativa San José, cuenta cómo halló la manera más amena de que sus
estudiantes aprendieran inglés y francés a través de un programa gratuito en la web, en el que pueden crear sus propias caricaturas e historietas. “Es realmente gratificante ver cómo las alumnas se motivan al implementar el uso de las TIC en la materia”, explica la profesora en el video que utilizó para replicar su experiencia.
Pero existen varias fases para los docentes, según explica Claudia. Los que empiezan y se encuentran en la adquisición del
conocimiento elemental para integrar la tecnología a sus clases; los siguientes son los docentes Teso, que inician en la creación de estrategias y su difusión; y los más avanzados son los que participan en el Encuentro Teso, en donde tratan de documentar sus actividades, pues pese a su gran experiencia no han realizado este proceso.
También existen los monitores Teso, que son profesores de materias como tecnología e informática, encargados de vigilar que la
infraestructura y los programas se mantengan en el estado adecuado en su colegio.
Los estudiantes, por su parte, se encuentran en el proceso de apropiación creativa. El año pasado fue el turno de los alumnos de quinto de primaria. En 2013 los elegidos fueron los de cuarto, de manera que cada uno recibió su computador XO y busca la mejor
manera de aprovecharlo.
Algunos entrevistan a sus profesores como reporteros, otros se dedican a la música, elaboran animaciones y los más imaginativos se lanzan a realizar el video para el himno de su colegio. De hecho la mayoría de las instituciones formaron su banda digital, que en muchas oportunidades acompaña a la banda regular en concierto.
Yoshiro Yi Cardona, alumno de la Institución Educativa Antonio José de Sucre, interpreta El himno a la alegría en su XO en un video de la Red Educativa y asegura que participar en este plan ha sido una gran oportunidad para él. “Esto ha sido muy divertido, gracias a que aprendo mucho más y puedo juntar las dos cosas que me gustan más, la música y el XO”, dice el estudiante.
Otros niños y jóvenes se inclinaron por la investigación, participan en Teso Lab y conforman los semilleros piloto, en los que se
trata de hallar nuevas formas de enseñar y de aprender a través de temas específicos y prioritarios para el municipio, en este caso
robótica, narrativas transmedia y necesidades educativas especiales.
Y también continúa el trabajo con directivos
docentes y padres de familia, en el que se quiere que exista una integración completapara que haya mejores resultados.
En 2014 continuará el trabajo y los retos son mayores, pues llegará la hora de empezar a demostrar el conocimiento adquirido a lo largo de estos dos primeros años con actividades en el aula todos los días.
“Si se hace una metáfora con un barco, en este momento preparo toda la infraestructura que necesito, preparo a todos los marineros, los capitanes y el mapa de navegación, que es empezar a diseñar los planes de estudio de las
instituciones. Es una primera fase de exploración y diseño de unas prácticas de aula con el uso de la tecnología”, señala Claudia.
Con visión de futuro
En 2014 continuará el trabajo y los retos son mayores, pues llegará la hora de
empezar a demostrar el conocimiento adquirido a lo largo de estos dos primeros
años con actividades en el aula todos los días. También se fortalecerán los semilleros para que empiecen a evidenciarse
las propuestas de la transformación, dentro y fuera de la escuela.
Ese es justo el fin de este proyecto, tal como lo asegura Carlos Andrés Trujillo González, alcalde
de Itagüí. “El resultado va a ser la renovación de la educación en nuestro territorio, donde queremos que la educación sea ese motor de transformación de la sociedad itagüiseña a través de la estrategia que estamos diseñando”.
Dentro de la visión de futuro existen varias metas a mediano y largo plazo: para 2015 se espera que, una vez adquiridos los conocimientos necesarios para aprovechar la tecnología en los salones de clase, sea posible empezar a desarrollar las competencias propias de un estudiante y un docente del siglo XXI, las que van más allá del aprendizaje básico en matemáticas, lenguaje o ciencias, y tienen que ver con la creatividad, el pensamiento crítico y la innovación.
También se espera contar con una plataforma estable de acceso a la información y registro de experiencias, así como con un modelo de gestión que permita garantizar la sostenibilidad del proceso, pese al cambio de Administración.
Los objetivos a largo plazo también están bien definidos, así que para 2025 este municipio tendrá toda una cultura de aprendizaje
e innovación, en la que la tecnología habrá salido de las aulas de clase y empezará a implementarse en distintos espacios. Así se
dará pie a la existencia de diferentes escenarios donde se analizará la manera de responder a los problemas más urgentes de la
población, lo que llevará a una mejor calidad de vida de sus habitantes.
Claudia Zea insiste en las enormes posibilidades que tiene la educación de hoy, gracias a la conectividad, pues los nuevos formatos como el video o el audio digital ofrecen mil posibilidades a los maestros actuales, que no tienen que esperar a la edición del último libro especializado en pedagogía para conocer experiencias innovadoras para implementar en sus clases.
Los objetivos a largo plazo también están bien definidos, así que para 2025 este municipio tendrá toda una cultura de aprendizaje e innovación, en la que la tecnología habrá salido de las aulas de clase y empezará a implementarse en distintos espacios.
Por último, resalta el aprendizaje del equipo de la Universidad en el proceso y el valor de este intercambio para ambas partes. Mientras que el equipo eafitense se nutre con la experiencia, los niños que tienen un lazo con la Universidad (como los que van a los semilleros al campus, por ejemplo) empiezan a tener
un proyecto de vida más definido y a orientarse hacia el conocimiento.
El grupo de investigación Línea de I+D en Informática Educativa trabaja en la aplicación de tecnologías en la educación desde hace más de dos décadas. Ha participado en proyectos con el Ministerio de Educación Nacional, como
la implementación del programa Colombia Aprende, del programa nacional de Uso de medios y más tecnologías, y cuenta con experiencias
internacionales como Conexiones.