Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co

El Eafitense / Edición 109 Campeón de América: ¡Pero en China... Y en chino! El Eafitense - Edición 109

EAFITMedios institucionalesEl EafitenseEl Eafitense / Edición 109Campeón de América: ¡Pero en China... Y en chino! El Eafitense - Edición 109

Campeón de América: ¡Pero en China... Y en chino!

​​Su nombre es Mateo Maya, es estudiante del Instituto Confucio de Medellín (del que es socio EAFIT) y en agosto de 2015 se ubicó entre los cinco primeros de la edición número 14 del Concurso Universitarios Mundial Puente Chino, que se desarrolló en Changsha, provincia de Hunan (China). El alumno colombiano sobresalió entre 133 participantes procedentes de 97 países del mundo.


​Catherine Márquez Marín
Instituto Confucio de Medellín

De todo ha hecho en su vida Juan Mateo Maya López: negociante, nadador profesional, estudiante de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT y, más adelante, de Diseño Industrial. Pero también ha sido emprendedor, actor, mesero, traductor ​y, ahora, estrella de la televisión china. Él se describe como un montañero, aunque viva con su novia japonesa y pase más tiempo en China que en Colombia. Se trata del estudiante del Instituto Confucio de Medellín que, en agosto de 2015, se ubicó entre los cinco primeros del Concurso Universitarios Mundial Puente Chino, que se hizo en Changsha, provincia de Hunan (China).

Pero, ¿qué es eso de estrella de la televisión de este lejano y gigante país del Oriente lejano? Por ahora debe decirse que el aprendizaje del chino mandarín y su perseverancia en los estudios lo prepararon para desarrollar su proyecto profesional y personal en China.

Su primer encuentro con China fue a través de su padre. Además, en la década de los años noventa del siglo pasado conoció a un oriundo de este lejano país, quien arribó a Medellín como entrenador de la selección colombiana de tenis de mesa, con quien entabló una buena amistad y con quien se unió para importar mercancías desde China, como elementos decorativos tradicionales: jarrones de porcelana, cloisoné, abanicos, seda y papel de arroz.

En su momento esta fue una decisión innovadora, pues de la nación oriental, en aquella época, se conocían otros productos de menor valor que también eran importados de Taiwán. No obstante, de las muestras que trajeron en el momento todo se vendió y el negocio fue un éxito. Este fue el inicio de una sociedad comercial y de una relación de amistad con los chinos que sentó las primeras bases de encuentro con esta cultura para este estudiante colombiano.

En esta entrevista, Mateo narra algunas de sus vivencias alrededor de esta cultura y habla del reciente premio, el que lo hizo convertirse en figura de la televisión china.

¿Cómo fueron esos primeros acercamientos con China?

“Cuando se van a hacer negocios, los chinos primero te invitan a comer. Ellos desean, antes que nada, comenzar una relación de amistad y propiciar un conocimiento del otro antes que abordar los negocios. Y si lo piensas bien, en la mesa se puede conocer mucho de una persona: sus maneras, su forma de ser, si es o no alguien que inspira confianza. De alguna forma, yo me crie entre chinos. Nunca se hablaba en chino, salvo entre ellos. Pero eso, definitivamente, me marcó. La sociedad finalmente se disolvió y de China, en mi casa, no se volvió a saber nada”.

Entonces, ¿cómo vuelve el tema de China?

“Comencé a estudiar el pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto en EAFIT, sin mucha ilusión, por lo que complementé mis estudios con otros cursos, como actuación y mecánica. Además, pertenecía también a la selección colombiana de natación y, finalmente, empecé a estudiar chino mandarín en 2011, algo que luego descubrí que anhelaba hacer desde niño. Lo hice con todo el miedo del mundo, pero me arriesgué.

Empezar fue duro. Aprender los caracteres e ir formando las palabras, practicar los tonos y la pronunciación, horas de hacer planas como un niño de primaria… Fue toda una experiencia y un ejercicio de paciencia. Las profesoras siempre me decían que “一步一 步”(pinyin yībùyībù “paso a paso”). Y ahora creo que este es uno de los más grandes aprendizajes, no solo del idioma, sino también algo cultural: todo tiene su tiempo y su lugar”.

Las profesoras siempre me decían que “一步一步”(pinyin yībùyībù “paso a paso”). Y ahora creo que este es uno de los más grandes aprendizajes, no solo del idioma, sino también algo cultural: todo tiene su tiempo y su lugar: Mateo Maya.​

Luego de estudiar durante un año y medio usted volvió a China -otro año- con una beca del Instituto Confucio de Medellín. Regresa a
su ciudad y decide participar en el Concurso del Puente Chino. ¿Cómo fue esa experiencia?

“Ha sido simpático cómo la vida me ha cambiado varias veces desde que comencé a estudiar en el Instituto. Realmente he tenido grandes oportunidades y he alcanzado grandes logros.

El Puente Chino es un concurso internacional que premia los talentos y habilidades en chino mandarín y conocimientos de cultura china, en el que participan estudiantes de los Institutos Confucio del mundo. Primero se hacen eliminatorias por país y luego se pasa a otra fase del concurso en China, donde solo quedan los mejores de cada nación. Una de mis
profesoras, llamada Niu Xiaomeng (牛晓萌), me animó a participar y a prepararme para el Concurso. Me presenté a las eliminatorias y me fui a representar a Colombia en el Concurso mundial en China, donde participaron 97 países y más de 140 estudiantes, entre concursantes y observadores.

Una vez en China nos dimos cuenta de que el formato era otro: ¡Era un reality show por televisión! Todo el tiempo estábamos siendo grabados: hicimos coreografías, discursos, propagandas, introducciones, más las pruebas y competencia individual, y en equipos… ¡Y todo en mandarín! Fue un mes intenso, en un trayecto de tres ciudades  en China (Pekín, Changsha y Kunming), en el que el grupo se fue mermando: los mejores 30 del mundo, luego los mejores 15 y yo seguía ahí. La verdad, no me lo creía: conocer a tanta gente de la televisión y que la gente te vea en la calle y te reconozca es asombroso. Finalmente fui elegido como el campeón continental de América, entre los cinco mejores del mundo.​

Todo el tiempo estábamos siendo grabados: hicimos coreografías, discursos, propagandas, introducciones, más las pruebas y competencia individual, y en equipos… ¡Y todo en mandarín! Fue un mes intenso, en un trayecto de tres ciudades en China (Pekín, Changsha y Kunming): Mateo Maya.​


Como experiencia, competir con estudiantes de los Estados Unidos y de Europa fue difícil, ya que estos países tienen una mayor influencia china y hay más oportunidades de intercambio y con quién practicar a diario el idioma. Pero, definitivamente, no hay barreras para alguien con pasión, paciencia y perseverancia”.

¿Qué será ahora de su proyecto de vida?

“哎呀! (pinyin Āiyā, “¡ay!” en chino mandarín) Primero disfrutaré de mi premio como campeón continental: una beca de estudios por tres años en la universidad en China de mi preferencia y continuar con mi proyecto de vida en en este país oriental o, al menos, en Asia. Tengo muchas ideas de negocio que irán más allá de solo un plan de importaciones o exportaciones. Mi vida volverá a cambiar, sí, pero esas son las oportunidades que hay que aprovechar, y mucho más ahora después tener un nombre en China; y que así haya más chinos que conozcan a Colombia, ya que, finalmente donde uno ​vaya, sigue siendo representante de su país”.​​
Última modificación: 27/02/2017 12:40