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El Eafitense / Edición 110 Unos pocos con mucho, muchos con muy poco - El Eafitense

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Unos pocos con mucho, muchos con muy poco

Según un informe, publicado por la Oxfam, 62 individuos concentran la riqueza de 3.600 millones de personas en el mundo. La entidad, que lucha por combatir la pobreza, ve con preocupación que el poder y los privilegios de unos pocos sean utilizados para afectar el sistema económico al ampliar las diferencias entre ricos y pobres. ¿Cómo se llegó a esta situación? Y, ¿por qué?


Fotos: Róbinson Henao​
​Juliana Henao Gutiérrez
Colaboradora

Quién no ha oído decir que el dinero compra la felicidad? Incluso, los más incrédulos alguna vez han puesto de lado sus dudas y se han dejado seducir por esta frase luego de ver los grandes beneficios de los que disfrutan los millonarios. El dinero, por ejemplo, permite acceder a algunos lujos, pero, sobre todo, otorga poder, esa posibilidad de influir de manera definitiva en las decisiones que se toman en el mundo. 

Así, la creciente acumulación de la riqueza en manos de unos pocos es una realidad que se ha hecho cada vez más tangible. Sin embargo, vale la pena preguntarse qué sucede cuando se llega a datos tan sorprendentes como los revelados por la Oxfam, que asegura que solo 62 individuos concentran la riqueza de más de 3.600 millones de personas en el mundo (la mitad más pobre de la humanidad). Lo llamativo es que no hace mucho, en 2010, eran 388 personas las que gozaban de esta posición. 

En su informe titulado: “Una economía al servicio del 1%”, la confederación internacional que lucha para combatir la pobreza y el sufrimiento, asegura que la desigualdad extrema en el mundo está alcanzando niveles inmensos. La brecha ha venido creciendo de manera alarmante durante los últimos años. 

Según el informe, mientras la riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 45 por ciento en apenas cinco años, hasta alcanzar 1,76 billones de dólares; la riqueza en manos de la mitad más pobre de la población se redujo en más de un billón de dólares en el mismo periodo, un desplome del 38 por ciento. 

Lo más inquietante es que, de acuerdo con cálculos de la Oxfam, desde inicios del siglo XXI, la mitad más pobre solo ha recibido el uno por ciento del incremento total del capital mundial, mientras que el 50 por ciento de la “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del uno por ciento más acaudalado. 

Para Thomas Goda, profesor del Departamento de Economía de EAFIT, más que sumarle importancia al hecho de que, actualmente, sean 62 personas las que concentren la mayor parte de los ingresos en el mundo, se debe dar relevancia a que siguen siendo muy pocos los que perciben un aumento grande en su capital: “Da lo mismo si son 50 u 80, lo importante es que vemos una concentración de riqueza continua y en pocas manos y todos los datos muestran que esto va a seguir así. Hoy en día la riqueza está más concentrada que nunca antes”. 

Evasión de impuestos, enemigo de la igualdad 

Uno de los grandes fenómenos asociados a la concentración de riqueza tiene que ver con la ausencia o flexibilidad de los controles fiscales ejercidos por los gobiernos en el ámbito mundial.​

La mitad más pobre solo ha recibido el uno por ciento del incremento total del capital mundial, mientras que el 50 por ciento de la “nueva riqueza” ha ido a parar a los bolsillos del uno por ciento más acaudalado.​

​ “Hay estudios que muestran que sin regulación, el sistema capitalista automáticamente lleva a más y más desigualdad. A partir de los años 80 vemos que la regulación es cada vez menor y, por eso, la desigualdad tiende a aumentar porque ya la gente muy rica paga menos impuestos, ya sea porque las tarifas son menores o porque los evaden en los paraísos fiscales”, explica el profesor Goda. 

De acuerdo con el informe de Oxfam, la riqueza individual que se encuentra oculta en paraísos fiscales asciende ya a 7,6 billones de dólares, una suma mayor que el PIB del Reino Unido y Alemania juntos. Así, nueve de cada diez empresas, de las 200 analizadas por la entidad, tienen presencia en paraísos fiscales. 

Otro de los factores que influyen en la acumulación de riqueza es la flexibilización de los mercados laborales. Esto significa, según el académico, que hay una reducción en el poder de negociación de los trabajadores, lo que lleva a menores salarios y beneficia a los grandes empresarios, quienes suelen estar en los top 1 de las listas de millonarios en el mundo. 

También en el ámbito laboral, la brecha salarial ha venido creciendo entre los trabajadores medios y los cargos directivos. De acuerdo con la Oxfam, mientras las remuneraciones de los presidentes de las principales empresas estadounidenses han crecido un 54,3%, desde 2009, los salarios medios apenas han variado. 

Estas dinámicas de desigualdad se ven favorecidas por el poder que ejercen muchos empresarios, quienes tienen la capacidad de influir en decisiones económicas trascendentales. Así, suelen aprovecharse en exceso de beneficios económicos, lo que se ve reforzado por los cambios en las políticas, diseñadas para permitirles acumular cada vez más mayores riquezas. 

Adolfo León Maya Salazar, profesor e investigador del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de EAFIT, considera que la influencia que generan estas personas sobre decisiones que afectan a millones de personas en el mundo es muy grande: “En aras de garantizar la riqueza, se habla en nombre de los intereses de la nación, de la patria, de un país. Lo que encontramos es una preocupación por preservar y multiplicar la riqueza y no por atender las necesidades de las personas más vulnerables”, asegura. 

Riqueza, ¿cuestión de ética? 

Para el profesor Maya, las cifras reveladas por la Oxfam son una expresión del profundo desequilibrio de condiciones sociales, económicas y de oportunidades que existen en el mundo. 

“Toda la energía, todas las disposiciones y todas las capacidades han estado orientadas a estructurar una dinámica carente de un profundo sentido colectivo y social. La economía va muy bien para muy pocos, pero el bienestar va muy mal para muchos y para muchos que son millones”, asegura el docente. 

El académico percibe como evidente que los regímenes políticos han sacrificado el bienestar por el crecimiento, ya que la ideología se ha concentrado en que este lleve a beneficios públicos y colectivos, que en la actualidad no se hacen evidentes: “El discurso ha sido muy amplio en la inclusión, pero la realidad ha sido tajante en la exclusión”, afirma. 

Según el docente, el problema no es la riqueza sino a qué costo social, moral y ético se alcanza la misma: “¿Se justifica que se ponga en riesgo que no tengamos un equilibrio ambiental y un equilibrio en términos del manejo sostenible de los recursos, en gala de asegurar el enriquecimiento en estas proporciones?”​

“La economía va muy bien para muy pocos, pero el bienestar va muy mal para muchos y para muchos que son millones”, asegura el docente Adolfo Maya.​

A su vez, la Oxfam considera inquietante que la creciente desigualdad, en términos económicos, esté agravando la brecha existente entre hombres y mujeres, que se ve representada en diferencias en cuanto al acceso a la educación y a la salud, la estructuración de salarios y la participación en política.

La organización también ve con preocupación que a pesar de que la mitad más pobre de la población mundial tan solo genera alrededor del 10 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero, son los que más carecen de recursos. Son ellos, por ejemplo, quienes viven en zonas más vulnerables al cambio climático y sufren sus peores consecuencias. 

¿Cómo hacer frente a la desigualdad? 

Para algunos especialistas como Sergio Olarte, director de Investigaciones económicas de BTG Pactual, el acceso a la educación y a la salud es fundamental para generar igualdad. Sin embargo, considera que en los programas de gobierno de países del tercer mundo como Colombia, se ha restado importancia a estos temas, para dar relevancia a otros como la disminución de la miseria. 

“Se necesitan proyectos de largo plazo enfocados en la salud, la educación y la infraestructura, lo que toma tiempo. Además, se debe fortalecer una estructura tributaria eficiente que apunte hacia el gasto redistributivo”, opina. 

Thomas Goda insiste en que la solución va más allá de lo que haga un solo país. Por el contrario, debe involucrar un acuerdo conjunto entre naciones influyentes, que deben comprometerse a luchar contra la desigualdad, a través de la implementación de políticas de impuesto, que involucren controles de capital y la redistribución de ingresos entre aquellos que tienen poco. 

Otra vía para hacer frente a la desigualdad apela a la ética y al compromiso social de las élites más poderosas, que tienen la opción de retornar parte de su riqueza al sistema económico: “Los ricos deben tener una manera de devolverle algo a esa sociedad que les generó esa riqueza. Se trata de un asunto de sentido social. Podrían patrocinar entidades, investigaciones e iniciativas que generen capacidad de movilidad social y que reformen los círculos generadores de pobreza”, advierte. 

De acuerdo con el informe de la Oxfam, se deben considerar también opciones como pagar a los trabajadores un salario digno y reducir las brechas con las remuneraciones de los altos directivos, fomentar la igualdad económica y los derechos de las mujeres, mantener bajo control la capacidad de influencia de las élites más poderosas, modificar el sistema mundial de investigación y desarrollo (I+D) y de fijación de los precios de los medicamentos para garantizar el acceso de todas las personas, distribuir el esfuerzo fiscal de forma justa y equitativa, y combatir la desigualdad a través de un gasto público progresivo.

El llamado de la Oxfam a los líderes mundiales es a que tomen medidas que permitan eliminar la desigualdad y que defiendan los intereses de todos: “Está en manos de los responsables políticos poner soluciones para acabar con una economía al servicio del 1% y empezar a construir una economía humana que beneficie a todas las personas”, concluye el informe.​

 

¿Qué es la Oxfam y qué hace?
La Oxfam es una confederación internacional de 18 organizaciones que trabajan conjuntamente con los asociados y las comunidades locales en más de 90 países.

El objetivo principal de Oxfam es combatir la pobreza mundial. Esta organización trabaja para encontrar formas prácticas e innovadoras de ayudar a las personas a superar su situación de pobreza. Sitio web: www. oxfam.org.​

¿Quiénes son los más ricos?
​En su versión digital, la revista Forbes, que cada año publica una edición impresa con los personajes más ricos del año, actualiza de manera permanente la información de los billonarios.

En el sitio web, cualquier persona puede conocer cuál es el ranquin de multimillonarios de 2016 y seguir, en tiempo real, la variación en la riqueza de estos personajes.

El usuario puede filtrar la lista de multimillonarios teniendo en cuenta factores como la edad, el género, la industria y el país. Actualmente, la lista está compuesta por 1810 multimillonarios, 16 menos que el año anterior. Solo 190 mujeres hacen parte del ranquin, que cuenta con personajes de 68 países, entre estos: Estados Unidos, Colombia, Venezuela, India, Turquía, Reino Unido, España, Ucrania, Corea del Sur, Suiza, Arabia y Singapur. Sitio web: http://www.forbes.com/billionaires/​​

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Última modificación: 28/02/2017 0:58