Además, Wolak plantea la necesidad de dar respuesta a la pregunta de ¿cómo reducir la tendencia a socializar los riesgos? Según el académico, una de las mayores ventajas de participar en un mercado es que, en principio, las entidades mejor preparadas para soportar el riesgo son quienes lo toman. Al transferir el riesgo al Gobierno, finalmente se está transfiriendo al resto de los ciudadanos. Por esto, un paso importante en el desarrollo del mercado eléctrico colombiano es buscar alternativas para que sean los agentes privados quienes asuman el riesgo de participar en dicho mercado.
Finalmente, al preguntarle sobre la opinión que le merece el cargo por confiabilidad del mercado eléctrico colombiano, admite que no es un gran admirador. Para el experto, desde la perspectiva de los consumidores, el cargo por confiabilidad lleva a que paguen por la capacidad instalada en vez de la energía, que es lo que realmente interesa a los consumidores.
Por el lado de la producción, Wolak argumenta que Colombia nunca se enfrentará a una escasez de capacidad de generación y que, por el contrario, el problema suele ser que no hay suficiente agua en las represas para producir energía a través de la capacidad instalada. Por eso, el aspecto más relevante a la hora de implementar los cambios necesarios para un mejor funcionamiento del mercado eléctrico en Colombia debe estar centrado en prevenir la escasez de energía, en vez de ampliar la capacidad instalada.
¿Por qué es importante tener agentes puramente financieros en el mercado?
Son una fuente indispensable para la financiación de los proyectos que deben llevarse a cabo en el mercado. Pueden proveer competencia adicional para los jugadores que poseen activos físicos para la provisión de energía para los consumidores. Por ejemplo, pueden comprar un contrato a plazos y, cuando vence el contrato, compiten para distribuir la energía que compraron, lo cual lleva a menores precios para los consumidores.
¿Qué implicaciones tiene para los consumidores la participación de estos agentes en el mercado?
Uno de los beneficios es que el aumento de la competencia entre los proveedores de energía eléctrica reduce los costos para los consumidores. Si esto no fuera así, si solo se vieran beneficiados los generadores y distribuidores de energía, no tendría sentido estimular la entrada de agentes financieros al mercado eléctrico.
Una de las quejas de los proveedores de energía es la falta de liquidez e instrumentos de cobertura, falencia que puede ser remediada mediante la participación de agentes financieros que poseen la liquidez y que están en el mercado para administrar una multiplicidad de riesgos, con lo que pueden reducir los costos de los agentes físicos en la industria eléctrica.
¿Qué opina de la situación del mercado colombiano al respecto?
Es uno de las principales falencias en este momento. Existe una percepción, no solo en Colombia, sino también en los Estados Unidos, de que los agentes financieros son ‘malos’ para el mercado y, por eso, debemos limitar su participación en este.
Sin embargo, la evidencia empírica sugiere lo contrario: la participación de agentes financieros en este mercado sí trae beneficios en el ámbito global. El problema es que quienes suelen participar en el mercado de energía eléctrica saben de electricidad, pero no saben de finanzas y viceversa. La idea sería cerrar esa brecha de conocimiento, con el fin de mostrar que ambos grupos pueden contribuir de manera significativa al desarrollo del sector y que tenerse miedo los unos a los otros no es la mejor forma de avanzar.
¿Cómo se podría mejorar la situación del mercado de energía eléctrica en Colombia?
Hay varias formas: implementar un mercado estandarizado para los contratos a plazos. Requerir compras obligatorias: Derivex, es el mercado financiero, y habría que hacerlo parte del reto de suficiencia de los recursos en el largo plazo. Por ejemplo, obligar a los líderes de la industria a mostrar cotizaciones de compra y venta, y volúmenes mínimos en el mercado y ordenar compras por parte de minoristas, realmente podría darle un empujón al mercado.
Lo último que diría es que hay una tendencia a socializar los riesgos, cuando, en realidad, la exposición a estos riesgos debería ser privatizada. El Gobierno no debería tener que administrar esos riesgos por ti. Cuando le transfieres esos riesgos al Gobierno, finalmente implica transferirlo al resto de los ciudadanos del país. Una de las cosas que apreciamos los economistas del mercado es darle el riesgo a la entidad que mejor lo soporta.
¿Cómo lo hacemos? Es una de las preguntas que queda pendiente por responder y que tendría una incidencia importante en el desarrollo del mercado eléctrico colombiano.
¿Qué opina sobre el cargo por confiabilidad?
No soy un gran admirador. El equivalente académico sería un tenure: me pagan por respirar. Ahora, eso no necesariamente me va a llevar a producir artículos o a enseñarles muy bien a mis estudiantes. Creo que implica que los consumidores paguen por algo por lo que no tendrían que pagar: como consumidor no quiero capacidad de generación eléctrica, lo que quiero es electricidad. El cargo por confiabilidad crea un mercado para algo que los consumidores no quieren.
De hecho, si puedo obtener más energía de una menor capacidad de generación, estoy mucho mejor. Y lo dije al final de mi charla: 'Miren, a lo que Colombia se enfrenta no es a una escasez de capacidad, sino a una escasez de energía…' Entonces diseñen un mercado que prevenga la escasez de energía, no un mercado que amplíe la capacidad, pues no es relevante para Colombia, dado que el problema suele ser que no hay suficiente agua detrás de la represa para producir energía a través de esa capacidad instalada.