José Alejandro Pérez Monsalve
Colaborador
En la primera mitad de la década de los años 70, en el siglo pasado, las empresas antioqueñas comenzaban un proceso de expansión y de crecimiento, y para esto era necesario, además de avanzar en la consolidación de los procesos productivos relacionados con el corazón de sus respectivos negocios, mejorar también las áreas de apoyo que sustentaban y apalancaban ese crecimiento.
Es cuando comienzan a pensar en la necesidad de lo que en su momento se llamó la automatización de estos procesos, especialmente en las grandes empresas. Y la respuesta para suplir esta necesidad llegó de la academia. Es así como en 1976 surge en Antioquia el primer programa de Ingeniería
de Sistemas, cuando EAFIT abrió las puertas a los primeros estudiantes de este novedoso pregrado para la región.
Pero los cimientos de esta nueva carrera están fundamentados unos años atrás. Recuerda Alberto Restrepo Velásquez, uno de los profesores fundadores del programa, y quien también llegó a ser su jefe, que ya en 1972 EAFIT tenía un programa para la formación de técnicos superiores en programación de computadores.
Explica el profesor que lo que podría denominarse como el área de sistemas en las empresas de la época estaba a cargo de profesionales de otras ingenierías: civil, química, mecánica e industriales. “Ellos aprendían computación mediante capacitaciones que dictaban las empresas de tecnología del momento. Fueron los denominados la generación cero de la ingeniería de sistemas en Colombia”.
Pero ya los cimientos estaba en formación. El retorno a EAFIT de varios profesores que habían desarrollado estudios en universidades como Siracuse o Lowell avivó el deseo y la necesidad de tener un programa más avanzado en sistemas; y un grupo de docentes, entre los que estaban Hernando Bedoya Fernández; Guillermo Sanín Arango; Juan Fernando Molina Jaramillo, el jefe de sistematización de la universidad en la época; Juan Camilo Arango; y Eduardo Zuluaga Ruiz, profesor colombiano de la Universidad de los Andes en Mérida (Venezuela), diseñó el nuevo programa.
La ingeniería de sistemas llega a Colombia a través de la Universidad de los Andes en Bogotá que, en el año 1967, abre el primer programa de este tipo, y con esta denominación.
Este se presentó a consideración del Consejo Superior en agosto de 1975 y, en diciembre del mismo año, se autorizó la apertura de las primeras inscripciones. Su formalización total se dio ante el Icfes en 1976.
Y aunque EAFIT fue la pionera en Antioquia con este programa académico, otras universidades en el país, antes, también habían desarrollado sus propios pregrados. La ingeniería de sistemas llega a Colombia a través de la Universidad de los Andes en Bogotá que, en el año 1967, abre el primer
programa de este tipo, y con esta denominación. Después de Los Andes, la Universidad Industrial de Santander (UIS) y la Universidad del Valle también dieron inicio a sus carreras en esta área. EAFIT fue, pues, la cuarta universidad de Colombia que incorporó en su oferta académica este programa novedoso para la época.
El plan de estudios inicial
En esos años, apunta el profesor Edwin Montoya Múnera, actual jefe del pregrado en Ingeniería de Sistemas, el programa tenía tres grandes cuerpos de conocimiento. El primero era muy fuerte en los temas de administración, en virtud de la orientación que ha tenido la Universidad desde su comienzo en este campo.
También mucha base de ingenierías, como quiera que estos alumnos veían cuatro materias de cálculo, física en varios niveles, investigación de operaciones y estadística, entre las materias que recuerda Edwin. “Y para el tema de sistemas, como el cuerpo de conocimiento era tan pequeño en esos días –contrario a lo que sucede hoy–, su estudio giraba en torno a la programación y a los algoritmos. Por eso, se centraba mucho en la problemática de hacer programas y algoritmos que funcionaran en la máquina”.
Pero, ¿cómo era el perfil del estudiante de aquellos primeros años? Una pista la da Helmuth Trefftz Gómez, actual jefe del Departamento de Ingeniería de Sistemas, y quien fue alumno del pregrado.
“Éramos gente que nos gustaba innovar, nos llamaba la atención las cosas nuevas. Por ejemplo, con los amigos de la época, nos presentamos a varias carreras. Nos presentamos a otras ingenierías y a sistemas. Yo lo hice a Ingeniería Civil, Ingeniería Electrónica y a Sistemas. Pasé a Sistemas y dije, eso es lo más nuevo, lo diferente. Había muy poquita gente trabajando en eso, entonces era muy emocionante meterte en un área de conocimiento que era diferente a todo”.
Esos mismos egresados de las primeras épocas del pregrado se convirtieron, entonces, en los líderes de los centros de cómputo que las empresas antioqueñas comenzaron a montar ya como un paso más avanzado en esos primeros procesos de automatización que impulsaron, y fueron la semilla generadora de la nueva especialidad impulsada por EAFIT en Antioquia.
También, hacia la década del 80, los egresados de Ingeniería de Sistemas marcaron un momento importante porque muchos de ellos se convirtieron en los pioneros, los emprendedores se diría hoy, de las primeras empresas de software creadas en la región.
“El programa de sistemas ha sido un faro de todo lo que ha pasado en los temas de computación en la ciudad”, resalta Helmuth Trefftz.
Ese compromiso no decae con los años, y más aún cuando en un área como la Ingeniería de Sistemas hoy se pueden contar entre 25 y 30 programas diferentes en Medellín. Un liderazgo que se hace realidad cuando los egresados, o incluso estudiantes aún en proceso en su pregrado, adelantan prácticas en empresas líderes mundiales en temas tecnológicos.
A finales de los años 80 y comienzos de la década del 90, la Universidad, en asocio con Los Andes y la Universidad del Valle, lideran la transición hacia el sistema operativo Unix, base de la, en ese entonces, naciente Internet, y entre las tres instituciones de educación superior se crea, en 1994, la primera red nacional, y la conexión internacional hacia esa misma red.
Es el caso de Santiago Zubieta, quien aun cursando la carrera tuvo la oportunidad, dos veces, de desarrollar prácticas con la firma Google. Un proceso arduo de entrevistas y pruebas en la solución de problemas le dieron a Santiago la oportunidad de estar en el corazón del gigante tecnológico. Ahora Santiago está aplicando para una vinculación laboral.
Destaca que no solo es la preparación directa en las áreas propias de los saberes del ingeniero de sistemas lo que hace que estudiantes y profesionales de esta área, egresados de la Universidad, se destaquen. También el componente de formación que los prepara para afrontar los retos de un entorno global.
“Durante mi estadía allá sí me sentí bastante desafiado constantemente, mas no sentí que me hicieran falta conocimientos o capacidades para cumplir mi labor, ni por debajo de algún nivel, pues todos aportábamos conocimientos distintos. Aun si, las bases eran las mismas, cada uno las usaba para moldear su propia carrera de forma distinta. No hay un modelo de ingeniero ideal como el que todos deban ser, ni un conjunto de pasos estrictos a seguir. La flexibilidad y la cantidad de conocimientos que existen permiten que cada uno forme su carrera de una manera casi única”.
Hitos de cuatro décadas
En 40 años son muchos los logros que marcan la historia de un colectivo. Alberto Restrepo, Helmuth Trefftz y Edwin Montoya escarbaron en su memoria para traer a la actualidad algunos de esos hechos que se convierten en las claves para apreciar el desarrollo de este programa académico.
En la segunda mitad de la década del 70 comienza esta historia, y el principal interés y logro es el contar con un número importante de alumnos interesados en cursar este nuevo pregrado que se ofrece a la ciudad.
Ya en los años 80 la Universidad se convierte en un impulsor de los temas de computación personal. Fue EAFIT una de las primeras universidades del país en contar con una sala de computación personal para sus alumnos, pasando de la época de los mainframes. EAFIT lidera ese proceso en la
formación de sus estudiantes, de manera paralela también al desarrollo que comienza a darse con la computación en los hogares.
A finales de los años 80 y comienzos de la década del 90, la Universidad, en asocio con Los Andes y la Universidad del Valle, lideran la transición hacia el sistema operativo Unix, base de la, en ese entonces, naciente Internet, y entre las tres instituciones de educación superior se crea, en 1994, la primera red nacional, y la conexión internacional hacia esa misma red. En esta los usuarios encontraban dos servicios básicos: correo electrónico, y la posibilidad de descarga de archivos entre investigadores.
También en esos años comienzan los primeros procesos de especializaciones y formación doctoral. Como consecuencia de esto último, en la primera década de 2000, surgen los primeros grupos de investigación en áreas como telemática, realidad virtual, redes, informática educativa y desarrollo web. “Un cambio trascendental, porque lo que hacíamos hasta ese entonces era reproducir el conocimiento que se generaba en otras partes, y a
partir de ese momento, se empieza a generar conocimiento local”, destaca Helmuth Trefftz.
Y también, en 2000, se presenta la primera acreditación del programa. La segunda década del presente siglo marca hitos para el pregrado en el impulso muy fuerte a la innovación y el emprendimiento. También los procesos de movilidad internacional de los estudiantes y la posibilidad de las dobles titulaciones con universidades europeas y de Canadá.
Además, los egresados comenzaron a ser mirados como candidatos para desempeñarse en varias de las empresas líderes de tecnología
del mundo: Google, Amazon, Facebook o Electronic Arts cuentan hoy con graduados del pregrado entre sus colaboradores.
Fundamentos sólidos que transcienden
La enseñanza de la Ingeniería de Sistemas parte de unos fundamentos que son sólidos y no han cambiado en mucho tiempo. Como recuerda el profesor Trefftz, en el siglo XIX George Boole desarrolló las bases de la lógica matemática sobre la que se construye todo el cuerpo de conocimiento de esta área. Ya a mediados del siglo XX aparece el desarrollo de la teoría de los lenguajes o las estructuras de datos que también son vigentes aún.
Pero el cuerpo de conocimiento sigue evolucionado y hoy aparecen temas nuevos. Temáticas como la ingeniería de software, el procesamiento distribuido, big data, internet de la cosas o computación en la nube. “Esas son las áreas, las bases en las que tendremos que formar a los ingenieros para que puedan responder a los retos de los próximos 10, 15 o 20 años”.
“Para nosotros es un reto mantener el liderazgo. Estamos siempre a la vanguardia curricular e innovadora para fortalecer ese liderazgo formativo en la ciudad”, plantea Edwin Montoya, jefe del pregrado.