Se trata de unos microorganismos llamados extremófilos que generalmente son archeas y bacterias. Ellos son los protagonistas del taller ¿Cómo se vive en ambientes extremos? y en este video se muestran algunos apartes de esta experiencia.
Existen varios tipos de extremófilos, y se clasifican según el tipo de adaptación que han desarrollado para vivir en ambientes extremos. Por ejemplo, los termófilos se especializan en soportar temperaturas que van desde los 40 °C hasta los 130 °C.
¿Y algunos soportan el frío? Claro que si. En remanentes líquidos entre los hielos árticos y antárticos habitan los psicrófilos, formas de vida que crecen en temperaturas entre -20 °C y +10 °C. En cuanto a los acidófilos, se sienten cómodos en lugares hasta 10 millones de veces más ácidos que el agua lluvia, y generalmente se encuentran en termales.
También existen los alfalófilos, asociados a ambientes alcalinos (es decir, espacios con pH superior a 7) y los halófilos, especialistas en soportar concetraciones 10 veces más saladas que el agua del mar. ¿No son grandiosos? ¡Tienen superpoderes!
Estos y otros grupos de organismos extremófilos son testimonio de la capacidad adaptativa y la diversi-dad de los microorganismos. En ellos reside un alto potencial de innovaciones científicas y biotecnoló-gicas y por eso vale la pena estudiarlos.
Por otro lado, en su historia y biología se encuentra una ruta para entender el pasado evolutivo de la vida en la Tierra, o incluso, se puede comprender los límites y potenciales de la vida en otros planetas de nuestro sistema solar.