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Una metodología alternativa para aprender y experimentar con el conocimiento matemático

Así funciona la estrategia de Clubes de matemáticas de Antioquia, que hace parte del proyecto de matemáticas que la Universidad de los niños EAFIT lidera para la Secretaría de Educación de Antioquia.

​​​Recorrer Antioquia, conocer las dinámicas escolares de las instituciones educativas oficiales de 35 municipios, escuchar las historias de los maestros y los jóvenes y aportar a su formación con el juego, la pregunta, la conversación y la experimentación. Así funciona la estrategia de Clubes de matemáticas de Antioquia, que hace parte del proyecto de matemáticas que la Universidad de los niños EAFIT lidera para la Secretaría de Educación de Antioquia.

Esa ha sido la aventura de los jóvenes profesionales que dinamizan los clubes de matemáticas con la realización de los talleres. Ellos enseñan matemáticas y los jóvenes les enseñan de la vida en sus municipios, les hablan de sus familias, gustos e intereses y sus expectativas y sueños al terminar el bachillerato. Hablan de la vereda, del municipio y de la ciudad que tal vez los reciba algún día.

Los jóvenes que integran los clubes ven en las matemáticas la llave para acceder a la educación superior, a la vida profesional y al emprendimiento en sus municipios, lo cual se evidencia en su compromiso para asistir y participar activamente en los talleres y realizar los retos virtuales.
 
Pienso que las matemáticas son asombrosas y las asocio con la magia y la brujería porque me parece espectacular lo que hacen y a lo que llegan, unas conclusiones tan exactas…me motiva eso de estar curioseando las soluciones que pueden tener los problemas. Stefi Thalita Rivera Orrego, grado décimo I.E. José María Villa de Sopetrán.
 
Cuando las matemáticas dejan de ser una materia tediosa y se vinculan con la vida de los estudiantes, despiertan el interés, activan los sentidos, mueven el cuerpo, retan la mente y, sobretodo, alimentan la capacidad de asombro, se derriba la barrera que en muchos casos bloquea el aprendizaje. Y también se trasciende al gusto y a la necesidad de aprender, de saber todos los días un poco más, porque el conocimiento es útil, aplicable y adaptable a situaciones cotidianas y del contexto.

Los clubes​

Foto 1.jpgLos 70 clubes de matemáticas, formados en 35 municipios de las nueve subregiones de Antioquia, por cerca de 900 estudiantes de 62 instituciones educativas oficiales urbanas y rurales, unidos por su interés común en las matemáticas, participaron en ocho talleres dinamizados por jóvenes profesionales de distintas áreas del conocimiento, relacionadas con las matemáticas. La metodología de la Universidad de los niños EAFIT, basada en el juego, la experimentación, la pregunta y la conversación, fue puesta al servicio de los estudiantes interesados en fortalecer sus habilidades y competencias matemáticas.

Las nueve subregiones del departamento estuvieron ampliamente representación en este proyecto. Desde Vigía del Fuerte en Urabá, hasta Puerto Nare en el Magdalena medio, y desde Caucasia en el Bajo Cauca hasta Andes en el Suroeste, estudiantes de octavo a undécimo grado tuvieron la oportunidad de formar su club de matemáticas y presentarse a la convocatoria que inició en febrero de 2016. 

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Para ganar el acompañamiento del programa solo debían cumplir con algunos requisitos: ser un grupo formado libre y espontáneamente por 5 a 15 estudiantes de una institución educativa oficial de un municipio que contara con parque o ciudadela educativa y tener un maestro acompañante. Con estos asuntos resueltos, debían reunirse para trabajar en el Desafío 0 y diligenciar algunos documentos de conformación del club.

Así comenzó este proyecto, dibujando las rutas que los dinamizadores iban a recorrer para acompañar sus clubes de abril a noviembre con la realización de ocho talleres temáticos.

Los maestros acompañantes

La sinergia con el maestro acompañante del club es fundamental para acordar día, hora y lugar para realizar cada taller. El maestro acompañante es el enlace entre el proyecto y el club, y un contacto efectivo que asegure su participación y el conocimiento del proyecto es el primer paso para el éxito del proceso. Por eso se dio inicio al proyecto con un taller dirigido a los maestros en el que pudieron vivir la metodología con la que se trabajaría en la estrategia de clubes de matemáticas.

Foto 13.jpgUna vez están reunidos para el taller, el maestro acompaña y se familiariza con la dinámica y las actividades, incluso puede tomar elementos para enriquecer sus clases. Y, cuando el club se reúne para realizar un reto, debe acompañar y orientar el proceso permitiéndoles a los estudiantes el ensayo, el error y la construcción colaborativa del conocimiento.

Para Sandra María Morales, maestra acompañante del Club Ticmana conformado por estudiantes del grado undécimo de la I.E. José Miguel Restrepo y Puerta de Copacabana, el proceso con el Club de matemáticas ha contribuido a su formación como maestra, porque le permitió mirar las matemáticas con otros matices y poder proponer actividades distintas tanto a sus estudiantes en la institución educativa como en la universidad.

Los talleres

Los talleres constituyen el acompañamiento presencial que reciben los clubes seleccionados.

Para diseñarlos, primero se eligieron los temas a trabajar, tomados de los errores más recurrentes en las Olimpiadas del Conocimiento de años anteriores y de los estándares y derechos básicos de aprendizaje definidos por el Ministerio de Educación. Luego se eligió la misión que los estudiantes debían realizan antes de asistir al taller y se diseñaron las actividades que conformarían cada taller, con las que se buscaba fortalecer seis competencias asociadas a los cinco pensamientos matemáticos: numérico, variacional, métrico, espacial y aleatorio, explica Mónica Cardona, Licenciada en matemáticas y física y asistente de contenidos del proyecto.

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Juan Sebastián Parra, ingeniero electricista y dinamizador de los clubes del suroeste antioqueño, cuenta que los talleres con los estudiantes comenzaban jugando y en las actividades planteadas se generaban espacios para hacer preguntas y conversar, por eso era importante adaptar el diseño de los talleres a cada club, porque dependiendo de sus conocimientos previos y sus necesidades se podía reforzar o profundizar en los temas del taller.

Por su parte, Ana Rocío Chaverra Viera estudiante del grado undécimo en la institución educativa San Antonio de Padua, vereda de Vigía del Fuerte e integrante del club Navegando con los números dice: “lo que más me gusta de los talleres es que cada día me dejan una enseñanza distinta y me ayudan a aprender más en mi vida. Los talleres y los retos han cambiado mi relación con las matemáticas de una manera hermosa, cada día me enamoro más de ellas”.

Foto 6.jpgPara que un taller se realice de la forma adecuada primero se debe establecer una comunicación asertiva entre el dinamizador y el maestro acompañante y entre el dinamizador y los estudiantes que integran el club, como lo explica Sergio López, estudiante de ingeniería de procesos y dinamizador de los clubes en los municipios de Yolombó, Santa Bárbara y Vegachí. 

También cuenta que sus talleres comienzan con la socialización de la misión, que se convierte en el punto de partida para las demás actividades y es una herramienta para identificar los conocimientos previos de los jóvenes. Luego se desarrollan las actividades de la guía con las adecuaciones necesarias de acuerdo a las dinámicas internas de cada grupo y al matiz del dinamizador que se apropia de cada actividad y del objetivo del taller. El cuarto momento es un cierre reflexivo que él aborda con una conversación desde el sentir y el aprender y, por último, en la bitácora se plasman las conclusiones a las que llegaron en ese momento.

Los retos

Durante el año fueron publicados en la página web de Clubes de matemáticas nueve retos que los clubes debían resolver como parte del acompañamiento virtual. El planteamiento de cada reto estaba asociado a la vida cotidiana de los estudiantes en su municipio.
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Los retos buscaban que los integrantes de los clubes se reunieran voluntariamente y trabajaran de forma autónoma en la resolución de las situaciones problema que se les planteaban, utilizando las matemáticas. Por ejemplo, debían ubicar con coordenadas los lugares de su colegio, estimar la cantidad de basura que producían o buscar fractales en la naturaleza para utilizar la potenciación. En la solución de los retos virtuales se debía reflejar el proceso que estaban llevando en los talleres, concluye Mónica.

El estudiante del grado décimo en la Institución Educativa José María Villa de Sopetrán, Juan Fernando Monsalve Tavera, dice que cuando su club Marisolers se reunía para trabajar en cada reto, primero leían el tema y el paso a paso y luego delegaban las tareas para que cada uno, con sus capacidades, adelantara todo lo que pudiera. Finalmente la profesora los guiaba para pulir su trabajo. Los talleres y los retos han fortalecido la amistad de los miembros del club, ahora estos jóvenes pasan buenos momentos juntos y trabajan de la mano con su profesora Marisol, de ahí el nombre del club.

Los clubes que asumieron los retos con interés y enviaron las soluciones, recibieron mensajes con el puntaje obtenido y una retroalimentación con las orientaciones necesarias para hacer un trabajo cada vez mejor con el que pudieran obtener el máximo puntaje.

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Según Sandra María Morales, los talleres y los retos le aportaron una nueva experiencia a los estudiantes y un espacio para autoevaluarse y saber cómo están en cada una de las actividades. Si bien se fortalece el saber disciplinario, también aporta a su formación humana, porque deben trabajar en grupo, y el conocimiento también debe formar en lo humano.

Además, para finalizar el proceso, la Secretaría de educación de Antioquia y la Universidad de los niños EAFIT hicieron un reconocimiento a los clubes de matemáticas que se destacaron en la solución de los ocho retos virtuales y que tuvieron una excelente participación en los talleres realizados durante el año 2016. Los cinco clubes con los puntajes más altos recibieron como reconocimiento un morral con otros accesorios para invitarlos a seguir explorando el mundo en un viaje por el conocimiento que apenas está comenzando.​

Puesto 1

Navegando con los números – I.E. San Antonio de Padua, Vigía del Fuerte, Urabá.

Puesto 2

Einstein Vive – I.E. San Peruchito, Andes, Suroeste.​

Puesto 3

Futuros matemáticos – I.E. Liceo Caucasia, Caucasia, Bajo Cauca.​

Puesto 4

Ticmana – I.E. José Miguel de Restrepo y Puerta, Copacabana.​

Puesto 5

Calcuvillanos – I.E.R. Villanueva, Yolombó.
 
Gracias a los clubes de matemáticas, Winer Arroyo Robledo del corregimiento San Antonio de Padua, integrante del club Navegando con los números, tiene ahora una relación muy estrecha con las matemáticas, cada día le gustan más y quiere seguir explorando y conocer muchas cosas que le enseñaron en los talleres y los retos.

Finalmente, como lo explica Sergio López, los clubes de matemáticas permiten que los estudiantes se acerquen a las matemáticas de otra forma, con experiencias diseñadas para ello, que les facilitan construir una relación distinta con el conocimiento y los contenidos mediada por la experiencia.​