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Ser humano

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​¿Por qué existen las emociones?

Pregunta: Isabella Vasco Roda, 9 años
Responde: Yeison Medina
Asesor: Luis Fernando Diossa, licenciado en Filosofía
  
Las emociones son las alas de tu alma, de tu pensamiento. Son la certeza de que estás vivo. 
                                                                                                                          Luis Fernando Diossa
Si no existieran las emociones,​ el ser humano no tendría la capacidad de sentir, pensar, disfrutar y padecer las experiencias que encuentra, construye y acumula a través de su vida. 

Muchas veces las emociones han sido consideradas poco importantes, o de menor importancia, en relación con la parte racional del hombre. Sin embargo, si miramos a través de ellas –imaginémonos a las emociones como cristales por los cuales podemos ver– encontramos que nos indican los estados internos de las personas, lo que las motiva, sus deseos y necesidades y, muchas veces, hasta sus convicciones, creencias y objetivos.

Por ejemplo, no todos sentimos miedo de lo mismo, ni de la misma forma o intensidad. Igual con la alegría, ¿todos reímos por lo mismo?, ¿nos entusiasman las mismas cosas?, ¿las manifestamos de la misma manera? 

¿Y de dónde salen las emociones? 

“Con los avances en la medicina ya sabemos que hay una parte de nuestro cuerpo, que se encuentra en el cerebro, que al activarse hace aparecer todas esas sensaciones de las que estamos hablando: la llamada amígdala cerebral”*, dice la doctora en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas Yulieth Hillón.

Esta parte del cerebro, que es del tamaño de una almendra, es la responsable de que sintamos miedo o rabia, además de activar el instinto de supervivencia.

Es decir, cuando se va la luz y estamos solos o cuando vemos una película de terror, esta amígdala se activa y nos avisa que la oscuridad o el personaje malvado de la película son peligrosos o, al menos, de cuidado, haciendo que nuestro cuerpo reaccione, ya sea dilatando las pupilas, erizando los vellos o sudando frío. Solo imagina que si nos faltara la amígdala cerebral no detectaríamos ni reconoceríamos determinadas emociones y, en muchas ocasiones, determinados peligros.

Las emociones, además, son vistas como un tipo de comunicación no verbal ya que sin necesidad de una sola palabra puede percibirse el estado de ánimo de una persona a partir de sus gestos y acciones. Además se establece un código de comportamiento entre quien manifiesta su emoción, a partir de la risa o el llanto, por ejemplo, y quien se encuentra a su lado. 
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*Hillón, Yulieth (2013). ¿Por qué sentimos miedo? Texto escrito para el taller ¿Por qué sentimos miedo?, de la Universidad de los niños EAFIT.  
Última modificación: 19/05/2016 9:52