La fragmentación laboral, esa tendencia a recurrir a formas de contrato inestables, de poca duración y con pocas garantías y prestaciones, está determinando un estado generalizado de malestar en los empleados, que se evidencia en síntomas de sufrimiento físico y emocional analizados por Jonny Javier Orejuela Gómez, jefe del pregrado en Psicología de EAFIT, en su libro Clínica del trabajo: el malestar subjetivo derivado de la fragmentación laboral, editado recientemente por las editoriales EAFIT y San Pablo.
La publicación analiza condiciones laborales actuales, como reducción de salarios, aumento en exigencias, precarización de contratos, barreras a la inserción laboral, mayor presión y menos reconocimiento.
"El libro nace de una preocupación por ver cómo cada vez más las personas en el mundo del trabajo mostraban síntomas de malestar. Eso me motivó a preguntarme por la dimensión de la afectación sobre los empleados de este nuevo orden laboral. Este se inaugura en 1973, cuando cambia el modelo productivo significativo desde un modelo fordista, caracterizado por buenos salarios, empleos estables y cierta capacidad de acumulación de capital. En el mismo, el Estado protegía y garantizaba el mito de casa, carro y beca", explicó el autor.
Jonny agrega que, en el nuevo modelo de mano de obra, conocido como posfordista o de flexibilización laboral, se produjo una fragmentación del mundo del trabajo, pues los contratos estables dieron paso a formas de relación laboral a través de contratos cuya duración no suele superar el año.
Esto, dice el investigador, llevaría a los empleados a experimentar inseguridad, vulnerabilidad e inestabilidad, no solo en el trabajo, sino también en el campo de la seguridad social: las instituciones sociales, que solían ser garantes de la seguridad social, perdieron sus nociones solidarias, y nadie puede estar seguro de tener la salud o la pensión asegurada por el hecho de estar laborando.
Rodrigo Muñoz Grisales, docente de la Escuela de Administración de la Universidad, considera que "el sufrimiento en el trabajo siempre ha existido, pero ahora hay presiones diferentes, a través de dos vías: el trabajador se ve afectado por las presiones de ser más eficiente, responder más rápido y ser competitivo con respecto a las demás personas, pero también desde el ámbito social y familiar, pues debe mantener los niveles crecientes de consumo y costo de vida".
Y es que, según lo expresado en su obra por Jonny Orejuela, las personas están hoy obligadas a una relación de altísima competencia, para asegurar una renovación contractual, y aparece una lógica narcisista muy fuerte en donde el bienestar personal prima sobre cualquier cosa. Aparece la autopromoción constante y la persecución a los compañeros para desprestigiar su trabajo.
"Está la sensación de que no se recibe el reconocimiento merecido. En el mundo contemporáneo ya no estamos luchando por el reconocimiento, sino que nos lo negamos mutuamente. Nos callamos ante las cosas buenas que hacen los demás, y desconocemos que todos necesitan ser afirmados y escuchar lo bien hecho que les quedó una labor, y la utilidad de la misma", aseguró el docente.
Manifestaciones
Jonny señaló que este malestar puede expresarse de diferentes maneras, sobre todo si las personas no lo tramitan a través de palabras. Una de estas es a través del cuerpo, con síntomas físicos como gastritis, gripas constantes, dolores, una apreciación con la que se muestra de acuerdo la psicoanalista Olga Eugenia Arboleda.
"Cuando en la práctica de una profesión aparece, por ejemplo, el deseo por otra cosa se genera un malestar. Este se manifiesta de formas variadas: desde problemas en el cuerpo como dolores, migrañas y lo que se ha denominado hoy como fibromialgia, es decir, un dolor generalizado en el cuerpo y la imposibilidad de hacer. También se dan inhibiciones: una mano paralizada, problemas en los ojos, un órgano que no funciona o se compromete por un asunto de lo psíquico", manifiesta la experta.
Otros síntomas aparecen, en palabras de Jonny Javier Orejuela, a través del psiquismo: las personas se aburren, pierden energía, sienten pereza, etc. También pueden afectar el campo relacional, pues muchos se tornan irritables con sus compañeros y familiares.
De esta manera, a través del libro Clínica del trabajo: el malestar subjetivo derivado de la fragmentación laboral, el profesor eafitense busca llamar la atención sobre un tema alrededor del cual se deben generar discusiones para mejorar la calidad de vida y la salud de los empleados colombianos.
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Alejandro Gómez Valencia
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