Cuando las mujeres profesionales que trabajan se separan con el tiempo aceptan esa decisión como sana, logran reposicionarse en un lugar de mayor autonomía respecto a la propia familia y sacan a sus hijos adelante. Ese es uno de los hallazgos de la investigación Separación conyugal decida por parte de las mujeres, en la que participó Jonny Javier Orejuela Gómez, jefe del pregrado en Psicología de EAFIT, junto a sus colegas Luz Angélica Delgado Polanco y Patricia Lasso Toro, ambas de la Universidad de San Buenaventura de Cali.
Como resultado de la investigación, los tres psicólogos publicaron el libro Cuando ellas deciden marcharse, que expone los casos de cinco mujeres que decidieron relatar, en clave de pérdidas y ganancias, su historia de separación conyugal dos años después de que esto ocurriera.
Ese trabajo permitió encontrar, entre otros resultados, que en mujeres que comparten características como ser profesionales, trabajadoras y madres, estos factores hacen que la decisión de separarse, en todos los casos, se asemeje. Aunque de manera temporal se viven desajustes económicos, desconexión de los lazos con la familia de su expareja y la crítica recibida en el seno de su propia familia, ellas no ven la separación como una pérdida insuperable..
“Las mujeres que trabajan y que tienen un nivel de cualificación profesional, poseen otros elementos que les permiten tomar esa determinación. Además, queríamos ver que no había traumatismo en los niños, a pesar de que las madres hayan sido dueñas de la sentencia”, explica Johnny Orejuela, doctor en Psicología Social.
La investigación reveló que, con el tiempo, la mayor ganancia está en el plano personal, pues después de la separación estas mujeres gozan de mayor bienestar derivado de la posibilidad de poder sacar adelante sus proyectos individuales, tanto en el plano laboral como en el profesional, sin que eso represente necesariamente deterioro de la relación con sus hijos, quienes comprenden que la situación es natural y que su mamá es una persona de admirar.
El estudio también encontró que el hombre [los esposos de las mujeres del estudio] no logra entender cuál es la nueva configuración de la mujer que no se ubica solamente en el lugar de ama de casa, mamá o de un objeto sexual, sino que es un sujeto sexual activo, donde ella quiere que las cosas pasen en la vida íntima de cierta manera.
A propósito de los hombres, los investigadores consideran que esto hace parte de un nuevo reto que tienen y es el de mirar la otra cara de la moneda e indagar cómo esta decisión afecta la masculinidad de quien pasa por dicha situación. Cuando la decisión se comunica se da la resistencia de allegados a la pareja y de la misma familia. Por ejemplo, algunas amigas adoptan una de dos posiciones: “Por qué ella se pudo separar si se quejaba de lo mismo que me quejo yo”, o “esta mujer está loca al querer acabar ese hogar, pues él es un buen tipo”.
Otra figura importante es la mamá de la esposa que piensa separarse. Para esa madre es inadmisible esta decisión porque: o es una mujer tradicional aferrada a sus costumbres y piensa que se debe aguantar hasta el final, pues para ella la vinculación del amor romántico no está en función de la sexualidad, sino del bienestar y comodidad que genera la relación y la familia; o sus sentimientos de madre protectora le dicen que debe proteger a su hija de ese dolor de la separación debido a que ella ya lo ha experimentado también.
La mujer contemporánea
En el contexto actual, en el que las mujeres gozan de mayor autonomía personal y material como consecuencia de una nueva conciencia emancipatoria y en el que demandan renegociar su papel dentro de la familia, la mirada de Patricia Lasso, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura de Cali, abre la posibilidad de analizar estos fenómenos de separación desde la perspectiva contemporánea, en la que las dinámicas de relación de pareja –que antes obedecían a un asunto meramente biológico– ya están en la actualidad permeadas por factores socioculturales.
“Hoy por hoy, esa relación de patriarcado está dando giros y eso se visibiliza en nuevas formas de concebir qué es ser mujer y en que esa mujer contemporánea toma decisiones cruciales sobre su relación, en que tiene necesidades distintas y que, por ende, las relaciones entran en dinámicas de negociación diferentes. También permite mirar la nueva masculinidad, cómo se asumen los hombres ahora en el hogar y eso en el país no se ha estudiado”, afirma la psicóloga Patricia Lasso.
Precisamente, el estudio se destaca porque aborda el significado que la mujer contemporánea le da a tomar la decisión de separarse como consecuencia de una nueva conciencia de autonomía. Un contexto en el que demanda renegociar sus roles dentro de la familia, debido a que se ha incorporado al mercado laboral asalariado y a la educación superior.
Sin embargo, aunque goza de mayor autonomía personal y material, no deja de experimentar la presión por querer cumplir como madre y esposa, sin que esto implique tener que renunciar a sus proyectos individuales.
Es que separarse no deja de generar en estas mujeres frustración, dolor o confusión, pero más allá de estos efectos emocionales, la decisión suscita con el tiempo un profundo alivio porque la separación, contrario a lo que se piensa culturalmente, no responde a falta de amor, asegura Angélica Delgado, magíster en Intervención Social con énfasis en familia.
Al respecto, explica esta terapeuta de pareja, es una determinación “que puede volverse inaplazable cuando la relación de pareja constriñe, por ejemplo, el desarrollo personal. Es así como no percibir valor ni apoyo al proyecto profesional y académico, la falta de satisfacción y conexión sexual, entre otras causas, fueron razones apremiantes para que este grupo de mujeres tomaran dicha decisión”.
De hecho, indica esta docente de la Universidad de San Buenaventura de Cali, el proceso de separación comienza años atrás –el divorcio psicológico– porque es algo que se viene pensando y que se materializa solo cuando se comunica.
Una realidad que, debido al alto número de mujeres que consulta por este asunto, llevo a esta psicóloga a abrir este horizonte investigativo que resuelve, en cierta medida, esta necesidad terapéutica.
Producto de esta investigación es el libro Cuando ellas deciden marcharse, que muestra la cotidianidad de estas cinco mujeres y cumple con unos parámetros académicos que son un aporte valioso como parte del estado del arte de este tipo de investigación. Un texto que a Diana, sin duda, le ayudó a reafirmarse en su decisión: “Leer la historia de estas mujeres, además de sentirme identificada con ellas, me dio fortaleza para seguir firme en mi decisión de separarme, pues este proceso es muy doloroso a pesar de que sea uno quien decide dar ese paso y por momentos pareciera más fácil devolverse”.
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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