El desencanto de la democracia, un fenómeno cada vez más evidente dentro de los Estados modernos, que se refleja con la apatía de los ciudadanos en participar de manera deliberada en los debates públicos, además, la crisis en la legitimidad de las instituciones de gobierno son temas de análisis para profesores de EAFIT.
Como parte de las actividades de formación cívico-políticas que viene desarrollando la Universidad, en el contexto de las elecciones a cargos públicos del próximo 27 de octubre donde se elegirán gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles en todo el país, el miércoles 9 de octubre se propició en el domo del Centro de Visitantes de la Institución una conversación en torno a conceptos fundamentales para comprender las sociedades contemporáneas como democracia y legitimidad.
En este diálogo –en el que participaron como panelistas Gabriel Jaime Arango Velásquez, director de Formación Integral; y los profesores Ana Catalina Arango Restrepo, Antonio Carlos Barbosa Vergara, Juan Carlos Álvarez Álvarez y Cristian Díaz Díez– se destacaron aspectos claves como la formación de ciudadanos cívicos para el desarrollo de las capacidades sociales, basados en los fundamentos éticos y morales como lo destacaba la filósofa colombiana Beatriz Restrepo Gallego.
Para los académicos crear instituciones fuertes que garanticen los plenos derechos de los ciudadanos, donde se avance cada vez más a un escenario de participación con una democracia deliberativa, como reflexionan teóricos actuales como el español Andrea Greppi, donde se provoque una discusión más activa entre los ciudadanos y las instituciones sobre los asuntos públicos, es uno de los retos para las sociedades de cara a próximas elecciones democráticas.
"No estamos tan seguros de que la democracia esté siendo valorada en la justa medida, por las razones apropiadas en el desarrollo social que tenemos nosotros. Todo lo contrario, las personas sienten que la democracia está en retirada, deslegitimada y que no responde a las aspiraciones de la gente. Y por eso el reto de volver a legitimar la democracia. Las instituciones educativas, en este caso la Universidad, tienen la obligación de promover la formación ciudadana de los estudiantes”, dijo Gabriel Jaime Arango, quien moderó el diálogo.
En este proceso de preparación de ciudadanos cívicos, para eliminar en lo posible el antagonismo político que suele presentarse en vísperas electorales, es esencial la formación de las personas con capacidad de reconocer y discutir el bien común desde la racionalidad de lo público. Para esto, además de la conciencia moral de los ciudadanos, son necesarios instrumentos normativos que garanticen el libre ejercicio de los derechos para fortalecer la democracia local.
El profesor Juan Carlos Álvarez estudia el sistema de financiación de campañas políticas en Colombia y reconoce que uno de los aspectos que más afecta la legitimidad de las instituciones es la manera en que ese régimen de financiación, en asuntos como las contrataciones públicas, termina influenciando de manera determinada en las elecciones populares.
Para el académico, pensar en una reforma que dote de mejores herramientas de control en las formas como se realizan las campañas políticas, donde se garantice la igualdad en la justa democrática, son elementales para lograr fortalecer las instituciones de gobierno y la confianza en la ciudadanía.
“Sin lugar a dudas, uno de los problemas que a mi juicio afecta de manera muy grave la legitimidad de las autoridades políticas, en este caso locales, es la manera como pueden acceder al poder por la vía de unas situaciones ventajosas, que se dan en el sistema de la financiación política en Colombia”, comentó el especialista en derecho penal. “Creo que es uno de los retos, que al futuro el país debe pensar, porque definitivamente seguimos condicionados a quienes tienen más recursos para sus campañas. Eso afecta de manera notoria y grave la legitimidad de las autoridades públicas”.
Desafíos para las elecciones locales
Son 12 candidatos a la Alcaldía de Medellín y cerca de 288 aspirantes al Concejo de la ciudad, representantes de distintos partidos y movimientos políticos, los que actualmente compiten por los cargos de elección popular, lo que convierte a las próximas elecciones locales en una de las más participativas en términos de listas inscritas.
En este panorama electoral para la ciudad, manifestó Ana Catalina Arango, doctora en Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, se evidencia una falta ideas concretas que resuelvan los problemas principales de la población y una ausencia de partidos políticos fuertes que construyan una visión integral de la sociedad.
“La representación política va a suponer siempre la base del concepto de voluntad general. Como decía Rousseau, es un bien común colectivo que se manifiesta en la conciencia de todos los ciudadanos. Es interesante una reinterpretación que se ha hecho del concepto. Autores como Andrea Greppi nos dicen que no hay una voluntad general previa al debate. No hay una voluntad que se pueda generar antes de que los ciudadanos discutan. Es un proceso de elaboración política en el que van a confluir los ciudadanos y las instituciones. Estamos perdiendo la oportunidad de definir como ciudad cuáles son los problemas que nos importan”, manifestó la docente integrante del Grupo de Investigación Derecho y Poder de EAFIT.
A pesar de los problemas que enfrenta la democracia actualmente, afectada por prácticas tradicionales como el clientelismo y la corrupción, las instituciones de la democracia representativa como tal no deben ser afectadas, pues es a través de estas mismas que se pueden resolver los principales desafíos que se plantea en la legitimidad de los gobiernos. Así lo considera el analista Carlos Antonio Barbosa, para quien finalmente las problemáticas de desigualdad y pobreza influyen en la legitimidad de las instituciones al no cumplir con las promesas.
“La pregunta por la legitimidad implica la pregunta por quién tiene derecho a gobernar. Y quién tiene un correlativo deber de obedecer a la autoridad que se le ha atribuido. Visto así, es una pregunta filosófica del mundo de los valores. Pero hay otro uso de la legitimidad, que no tiene que ver con los valores, sino con los juicios que los ciudadanos hacemos en la práctica. Un gobierno legítimo, en sentido descriptivo, es cuando tiene cierto apoyo y la gente obedece voluntariamente. Y este concepto, para no confundirlo, es la legitimación. Un gobierno puede estar apoyado voluntariamente y aun así no haberse ganado la legitimidad en el sentido valorativo”, dijo el profesor Antonio, doctor en Derecho de la Universidad Pompeu Fabra.
Cristian Díaz Díez, profesor de la Escuela de Derecho, reflexionó sobre el papel que juega la democracia en las próximas elecciones locales. “Quiero enfatizar sobre la importancia de la autonomía territorial, en este caso de las elecciones locales, porque no podemos perder de vista que Colombia es una república unitaria, pero también la Constitución Política de 1991 reconoce la autonomía a las entidades territoriales. Enfrentamos el reto de saber quiénes van a ejercer el poder ejecutivo a nivel local. Necesitamos hacer la discusión acerca de cuál es la mejor forma de adelantar las campañas y los procedimientos de deliberación para que quienes sean escogidos verdaderamente respondan a los problemas identificados por la sociedad”, sostuvo.
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Alejandro Gómez Valencia
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