Los retos en la conectividad de los universitarios para las clases remotas, la adaptación de las IES a esa nueva realidad, la situación económica de los estudiantes y la solidaridad por parte de la comunidad académica y de la sociedad durante la pandemia fueron algunos de los temas que se abordaron en la conversación.
En cuanto a cómo resolvieron el reto de garantizar la conectividad de los estudiantes en la UTB, por ejemplo, el rector Alberto Roa contó que lo han hecho con el apoyo de los empleados de la universidad, del sector empresarial y los esfuerzos de la propia institución, aunque resaltó que durante la contingencia quedó en evidencia que la conectividad en las regiones del país a internet puede ser mucho mejor.
Ante situaciones como esas, la solidaridad, la recursividad y el entusiasmo por estudiar también han quedado plasmadas en historias como la que mencionó el rector Juan Luis Mejía cuando habló del caso de un estudiante que, por la falta de conexión, cada ocho días baja a la cabecera municipal de su pueblo para conectarse en un café internet, descargar las clases grabadas que sus compañeros le envían y mandar sus trabajos.
Las IES también hacen sus propios esfuerzos, en el caso de EAFIT, por ejemplo, el Rector contó al igual que en la UTB lograron adaptarse rápidamente, en cuestión de unas pocas semanas, para ofrecer todos los cursos de manera remota y, en el caso de la Universidad, identificar a los estudiantes que requerían apoyos con dispositivos o con recursos para pagar el acceso a la red. Se enviaron computadores a varias zonas del país porque, explicó el rector Juan Luis, programas como Ser Pilo Paga y Generación E han permitido que las U regionales cada vez sean más nacionales al atender estudiantes de diferentes regiones.
El caso de adaptación con prontitud que lograron EAFIT y la UTB, no obstante, no es generalizado en todas las IES. Así lo reconoció el viceministro Luis Fernando Pérez, quien explicó que aunque muchas de las cerca de 300 universidades colombianas tuvieran la intención, no contaban con la capacidad para acomodarse a la virtualidad. Por eso se creó el Plan Padrino, en el que 30 universidades -entre estas EAFIT- apoyan con servicios y asesorías al 46 por ciento de las universidades nacionales en ese camino, y gracias a eso se han capacitado cerca de 5000 docentes.
Apoyo a los estudiantes
La importancia del bienestar en el proceso de aprendizaje fue otro de los puntos que se mencionaron en el foro
Desafíos de las universidades regionales en tiempos del covid-19. Lo hizo el viceministro Pérez cuando habló de que entre las etapas que crearon en el Ministerio de Educación para afrontar la crisis, además del alistamiento inicial para las IES, la capacitación digital y la valoración de los retos en cuanto al tema económico, también se incluyó el bienestar.
Juan Luis Mejía, rector de EAFIT, también habló de la importancia del bienestar dentro de los focos de atención de la Universidad. “Superada la conectividad se empezaron a presentar los problemas de insomnio, de falta de concentración, de ansiedad, de depresión. Entonces se presentó la segunda ofensiva de atención con nuestro programa Alcemos la mano, al que tenga dificultad alza la mano, no te sientas solo, alza la mano”, se refirió el directivo a ese programa de acompañamiento.
El acompañamiento también es financiero. En las medidas por parte del caso del Gobierno Nacional, Luis Fernando Pérez recordó medidas como la línea de crédito de 1.5 billones de pesos para que las instituciones tengan flujo de caja, la línea de Findeter de cerca de 200 mil millones de pesos que busca apoyar a los estudiantes con becas, descuentos, sostenimiento o los que considere cada institución, y los 97 mil 500 millones de pesos para aliviar las matrículas en las universidades públicas.
El compromiso para no perder con la deserción que se anuncia todo el capital social que se ha construido, dijo Juan Luis, no solo es un tema de Gobierno, es un asunto de la sociedad. Por eso, tal como se manifestó en el encuentro, en UTB y en EAFIT han implementado medidas similares como el reforzamiento de líneas de crédito a corto y largo plazo tratando de atender a los estudiantes de acuerdo con la necesidad y con el mérito particular.
En el caso de EAFIT, el Rector recordó que la Institución creó un fondo para conceder a unos mil estudiantes cerca de tres millones de pesos como alivio en la próxima matrícula para que no pierdan el ritmo en el proceso de formación.
Juan Luis Mejía y Alberto Roa coincidieron en que también es necesario pensar en la importancia de mantener capital humano con el que cuentan las universidades, representado, por ejemplo, en los docentes e investigadores que no solo aportan a las instituciones, sino que también crean conocimiento útil en las regiones.
La importancia del conocimiento y las respuestas que están ofreciendo actualmente las universidades para afrontar desde diferentes áreas la pandemia fue, justamente, uno de los aspectos en los que los rectores y el viceministro coincidieron como uno de los aprendizajes que deja el covid-19.
Convencidos, cada uno con sus propias palabras, de la fortaleza que significarán para las IES los conocimientos adquiridos durante la pandemia, concluyeron su intervención Juan Luis Mejía, Alberto Roa y Luis Fernando Pérez.
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Alejandro Gómez Valencia
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