Fueron más de 30 años de compromiso y dedicación los que vivió Alberto Rodríguez García como decano de la Escuela de Ingeniería de EAFIT y, como parte de esa labor, siempre concentró sus esfuerzos en garantizar la formación cognitiva, técnica e integral de los ingenieros eafitenses. Por eso, para Ricardo Taborda Ríos darle continuidad a este legado no solo significa un honor, sino también la responsabilidad de garantizar, mantener y seguir fortaleciendo ese camino de éxito y crecimiento.
Así lo manifiesta este ingeniero civil eafitense; magíster en Ingeniería Civil y Estructural de la Universidad Autónoma de México (Unam); magíster en Civil Engineering, Structural Mechanics de la Universidad del Sur de California; y doctor en Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Carnegie Mellon, quien regresa a su casa académica para asumir este nuevo reto profesional.
“Reemplazar a un líder como Alberto representa entender cómo funcionaban las cosas con ese éxito, seguir garantizándolo y manteniéndolo, y formalizarlo para que los que vengan después de mí puedan encontrar una estructural formal”, afirma el directivo, quien además de manifestar su felicidad y orgullo tras el nombramiento, recuerda que durante su época de estudiante tuvo la oportunidad de conocer y trabajar junto al anterior decano, a quien admira profundamente.
Fortalecer esa estructura para que sea más flexible y pueda responder a los cambios y demandas de la educación y de la sociedad, responder a las transformaciones del entorno sin perder el norte académico e investigativo, entender las expectativas y dinámicas de los jóvenes actuales, y continuar formando profesionales integrales y de calidad para la sociedad son otros de los retos en los que el nuevo decano trabajará junto a su equipo de profesores de la Escuela.
A estos objetivos se suman, de igual manera, la visibilidad internacional, el crecimiento de la oferta de programas de posgrado y la diversificación de los de pregrado, los temas de multidisciplinariedad e interdisciplinariedad, y el fortalecimiento de las relaciones con el sector estatal y empresarial. “Todo esto a la altura de lo que se espera de una Universidad como EAFIT”, señala.
Y para cumplir con estos objetivos se apoya en su experiencia académica e investigativa de más de 18 años en los Estados Unidos y en la que tuvo la oportunidad de desempeñarse como asistente de investigación en la División de Ingeniería Estructural del Instituto de Ingeniería de la Unam, y del Earthquake Engineering and Strong Motion Research Group de la Universidad del Sur de California; ingeniero investigador en el Quake Group de la Universidad Carnegie Mellon; y profesor investigador del Center of Earthquake Research and Information (Ceri), de la Universidad de Memphis, en Estados Unidos.
Sus conocimientos serán valiosos para la planeación de esta unidad académica y para aumentar la visibilidad de la misma en el ámbito regional, nacional e internacional. “Esta es una gran oportunidad para regresar a casa y lo hago con la responsabilidad de garantizar la continuidad y proyectar el crecimiento de la Escuela en función de los retos que tenemos. Mi aspiración es trascender las fronteras de la ingeniería y exportarla a otros escenarios”, dijo Ricardo.
De repre a decano
No es raro que algunos profesores y administrativos reconocieran a Ricardo Taborda Ríos tras su regreso a la Institución. Y es que desde su época de estudiante del pregrado en Ingeniería Civil, que comenzó a mediados de los noventas, ya se caracterizaba por su vocación como líder y por su capacidad de convocatoria.
Prueba de esto fue su participación en el Comité Interno de Ingeniería Civil, como vicepresidente de la Organización Estudiantil y como representante de los estudiantes ante el Consejo Académico. De esa época se queda con gratos recuerdos y personas a las que agradece por los aprendizajes, las experiencias y la amistad.
Ahora, los días de Ricardo están concentrados en liderar una Escuela que ha entregado más de 10.000 títulos de pregrado y 3600 de posgrado, que ha consolidado 14 grupos de investigación y que cuenta con patentes nacionales e internacionales, una tarea que afirma sentir con gratitud y agrado.
“Volver es muy grato porque regreso a un lugar que conozco y quiero, y en el que tengo muchos retos. Esta es la segunda escuela con más estudiantes y eso significa una responsabilidad muy grande desde el punto de vista académico, investigativo y administrativo. Espero retribuirle a la Universidad una parte de todo eso que me ha dado con mis conocimientos y experiencia”, concluye el nuevo decano.