Gratitud, empatía, generosidad o solidaridad, entre muchos otros valores, han congregado a la humanidad durante los últimos meses para superar la contingencia sanitaria derivada de la pandemia por el covid-19. Y desde el comienzo de esta emergencia, la Universidad no solo acató las recomendaciones del Gobierno Nacional, sino que también invitó a todos los eafitenses a sumar esfuerzos para apoyar a los estudiantes que estuvieran pasando por un momento difícil a raíz de esta crisis.
De esta manera, la iniciativa La solidaridad empieza por casa se sumó a la amplia lista de estrategias con las que la Institución quiso seguir irradiando conocimiento a la sociedad, al mismo tiempo que enviaba un mensaje de aliento, positivismo, esperanza y continuidad.
Un par de meses después de haber iniciado dicha campaña, liderada desde el Centro de Filantropía de EAFIT con el apoyo de EAFIT Social y el Departamento de Desarrollo Estudiantil, egresados de diferentes sectores se han vinculado a esta causa permitiendo que, a la fecha, se hayan apoyado más de 180 estudiantes de pregrado y a sus familias.
Una de ellas es Mónica Paola Flórez Estrada, ingeniería de producción, especialista en Finanzas y magíster en Administración Financiera y en Economía Aplicada, quien señala que, una vez se enteró de esta iniciativa a través del boletín quincenal de Egresados, se puso en contacto con el Centro de Filantropía de la Dirección de Desarrollo Institucional y Egresados para ver cómo podía ayudar.
“Mi papá fue docente de cátedra de EAFIT, yo tuve la fortuna de hacer toda mi formación en la Universidad, y ahora mi hijo se encuentra cursando su pregrado en Ingeniería de Sistemas. Queremos mucho a la Universidad y sentimos que esta campaña era una invitación a trabajar por el país y por una de las causas más bonita, que es la educación. Porque en la medida que todos tengamos las mismas oportunidades se va a poder disminuir la desigualdad”, señaló la eafitense.
Mónica Paola, quien se ha desempeñado para Isagén y EPM en los sectores eléctrico, de regulación económica, servicios públicos y análisis de funcionamiento de mercados de comodities, resalta también el programa de becas con el que cuenta la Universidad y que ha ayudado a tantas generaciones de estudiantes a acceder a la educación superior. Ella misma hace parte de una beca en la que suman esfuerzos varios egresados eafitenses, y que se entrega anualmente.
“Incluso, en su momento, la misma creación del Centro de Filantropía me pareció que era una excelente propuesta y quise enterarme de lo que hacían. Soy una eafitense orgullosa, me encanta ver los cambios que ha tenido la Universidad desde que ingresé, en 1989, hasta la fecha, no solo en infraestructura, sino también en todas las posibilidades que le ofrece a la sociedad”.
Como ella, Ana María Osorio Molina también sintió el llamado a la solidaridad. Y es que la administradora de negocios y especialista en Mercadeo de la Institución está convencida de que, en este momento, la prioridad debe ser pensar de manera colectiva, como sociedad, para poder sobreponerse a las dificultades derivadas de la situación actual.
Se trata de una experiencia de vida que, en sus palabras, tiene todos los días en su rol como directora de seguros de una compañía. “En los seis años que llevo como líder de equipo he aprendido que el crecimiento de una organización se debe a la gente; es ella la que permite que todo siga adelante. Eso lo hacemos en mi área, crecemos pensando en el otro y siempre nos estamos preguntando ¿cómo puedo aportar?, ¿qué podemos hacer por las personas que nos rodean?”, afirma.
Ese mismo interrogante la llevó a sumarse, sin pensarlo dos veces, a la campaña La solidaridad empieza por casa. “EAFIT siempre ha representado para mí respaldo y transparencia, además de que sentí que era importante retribuir, en alguna medida, todo lo que Universidad ha hecho por mí”, agrega.
Y con ese mismo pensamiento de retribuir, otro de los egresados que se sumó la campaña, y que pidió no revelar su nombre señaló que, en su caso personal, la educación fue una herramienta diferenciadora que le permitió superar y transformar su proyecto de vida.
“Quiero contribuir a qué más jóvenes tengan esa misma oportunidad que yo tuve. La invitación es a que otros egresados sientan este llamado a la solidaridad y a la responsabilidad, para que juntos hagamos frente a la situación actual y ayudemos a la Universidad a cumplir con su Propósito Superior”.
Entre más esfuerzos se unan, mayor será el impacto en la sociedad
Desde su inicio, el pasado 27 de marzo, la campaña La solidaridad empieza por casa ha recibido las solicitudes de más de 200 estudiantes para recibir la ayuda económica que les permita, a ellos y a sus familias, satisfacer las necesidades básicas durante la cuarentena.
María Clara Ceballos Arango, jefa del Centro de Filantropía, sostiene que en la medida en que estas necesidades son satisfechas, se puede garantizar que los beneficiados puedan tener un desempeño académico exitoso.
Así mismo, en esta primera fase, además de los egresados, también se han sumado estudiantes, y empleados docentes y administrativos. La idea es que, como sostiene la administrativa, más personas se vinculen a la iniciativa, pues los próximos meses todavía serán difíciles para algunas familias de los estudiantes.
“La invitación es a que todos, en la medida de nuestras posibilidades, podamos apoyar a estos estudiantes. Queremos que todos ellos y sus familias estén bien, pues si hay bienestar van a tener un mejor desempeño académico. También es un llamado a quienes ya tuvimos la fortuna de pasar por la Universidad para que podamos apoyar a otras personas en ese proceso y que, debido a la contingencia actual, están viendo amenazada su permanencia en esta. Mientras más nos unamos, un mayor impacto generaremos en sus vidas”, concluye.