Uno de los momentos más importantes en la vida de Camila Marín López fue cuando su familia le pidió ponerse al frente de los negocios. La decisión no era fácil, pues eso implicaba trazarle nuevos caminos a una empresa de tradición y catapultarla a los niveles que el mercado exigía.
Por eso, comenzó en 2017 a hacer sus búsquedas, a preguntar, a asistir a conferencias sobre gerencia e indagar cuáles programas de posgrado podrían estar a la altura de su nuevo desafío. Así fue como en el segundo semestre de ese año asistió a una charla introductoria de la maestría en Administración (MBA) en EAFIT Pereira, para identificar las oportunidades académicas que este posgrado le brindaría y así fortalecer sus habilidades gerenciales.
Al salir supo de inmediato que era en EAFIT en donde continuaría con sus estudios de posgrado, pues no se trataba de mejorar una hoja de vida, ni de aparecer en lo más alto del statu quo de los profesionales risaraldenses. Su objetivo era estar a la altura de una responsabilidad que le venía de sus ancestros y que ella buscaría consolidar.
Hoy es una de las alumnas del MBA en esta ciudad, y su decisión no ha cambiado. Por el contrario, se ha fortalecido, pues este programa de la Institución es la suma de un logro tras otro y la mejor plataforma de formación para un profesional que busca un programa de calidad.
“He encontrado muchas herramientas que me han servido en esta nueva etapa profesional, profesores muy capacitados y que te generan grandes retos. Por supuesto, el camino también me ha mostrado muchas ideas para continuar y espero poder seguir con otros cursos de formación en la Universidad”, destaca Camila.
El posgrado de Camila recibió el 6 de agosto 2018, junto a la maestría en Economía, la acreditación de alta calidad del Ministerio de Educación Nacional (MEN), mediante las resoluciones 012776 y 012778, respectivamente, reconocimientos que certifican los procesos de aprendizaje y consolidan la oferta académica de la Institución.
El proceso para la acreditación de cada uno de estos programas comenzó con la recopilación de estadísticas y continuó con la autoevaluación, que incluye la participación de profesores, estudiantes y egresados. Luego, se elaboró el informe que se entrega al Consejo Nacional de Acreditación (CNA), que analizó y realizó visitas a la Institución para validar estos datos y entregar un concepto al MEN.
Este organismo destacó allí el trabajo de los docentes en investigación, que se traduce en generación de nuevo conocimiento; los repositorios de información que facilitan el desarrollo de los programas; y el hecho de que la Institución abra sus puertas a los estudiantes becados, entre otros motivos que hacen de la oferta académica eafitense una de las más destacadas.
“El compromiso de la Universidad es que todo programa que sea acreditable se someta al proceso de acreditación, que implica la autoevaluación y la visita de pares. Para nosotros este es un reconocimiento a la calidad que permite, más allá de hacer visibles los programas, continuar el camino del mejoramiento continuo”, destaca Alberto Jaramillo Jaramillo, director de Direccionamiento Estratégico de EAFIT.
Estos esfuerzos constantes por la alta calidad lo perciben no solo quienes buscan en la oferta del país los mejores posgrados, sino quienes al egresar constatan que lo aprendido tiene sello propio y que les otorga un respaldo que acompañará sus pasos profesionales del futuro.
“El compromiso de la Universidad es que todo programa que sea acreditable se someta al proceso de acreditación, que implica la autoevaluación y la visita de pares. Para nosotros este es un reconocimiento a la calidad que permite, más allá de hacer visibles los programas, continuar el camino del mejoramiento continuo”, destaca Alberto Jaramillo Jaramillo.
Un MBA flexible y en sintonía con las demandas del mundo
Diversidad, flexibilidad, diferentes metodologías y distintos formatos de aprendizaje y exigencia hacen que el MBA sea uno de los programas más reconocidos en su campo. Desde su fundación, en 1973, el posgrado se ha preocupado por mantener altos estándares de calidad, por internacionalizar sus procesos y ofrecer opciones de pasantías y doble titulación para sus estudiantes.
Aspectos como estos han sido reconocidos no solo por la reciente acreditación del MEN por seis años, sino también por el QS Global MBA Rankings que lo calificó como el mejor de Colombia por segunda vez consecutiva en 2018 y como el décimo en América Latina; y por la acreditación de la Asociación de MBA (Amba), autoridad imparcial internacional sobre la educación de negocios de posgrado.
También se ven avances en el proceso de acreditación internacional que realizan las escuelas de Administración, y de Economía y Finanzas ante la Association to Advance Collegiate Schools of Business (Aacsb), entidad acreditadora de escuelas de negocios más relevante en este momento en el ámbito mundial y de la que se esperan noticias en 2021.
“En EAFIT no trabajamos para ránquines ni para acreditaciones. Estos logros son consecuencia de una política institucional que indica que todos los programas susceptibles de acreditación sean acreditados y que, más allá de eso, cumplan con estándares de calidad idóneos. Lo que nos muestran estos logros es que estamos haciendo las cosas bien”, menciona Alberto Jaramillo.
Y como parte de hacer todo de la mejor manera, el MBA se ha propuesto estar en sintonía con los retos actuales, a través de metodologías adecuadas para formar profesionales con conocimientos en las principales áreas funcionales de las organizaciones, con la implementación de actividades virtuales, y seminarios o conferencias que apoyan la formación, así como la flexibilidad que el programa les permite a los estudiantes a través de electivas, sin contar su destacada presencia en ciudades como Medellín, Bogotá y Pereira.
Para Carlos Mario Betancur Hurtado, coordinador de este posgrado, esta validación nacional se suma a un reconocimiento internacional que demuestra el compromiso de la Universidad por entregarles a los estudiantes los conocimientos necesarios para desempeñarse en el país y el mundo, de acuerdo con las dinámicas de cada región.
Y esto lo complementa Luz María Rivas Montoya, coordinadora del Área de Estrategia, de la Escuela de Administración, al referenciar que aspectos como la cantidad de graduados que tiene el programa y la versatilidad en la formación fueron algunos de los más destacados en el informe que entrega el Consejo Nacional de Acreditación.
“También sobresale la importancia de que las materias se articulen con cursos selectivos y conferencias, que los estudiantes sean seleccionados de acuerdo con su experiencia laboral en el medio, que hayamos disminuido la tasa de deserción y que contemos con el apoyo de grupos de investigación clasificados en las más altas categorías de Colciencias”, añade la docente.
Además, el MEN resalta el trabajo del equipo de profesores y su sentido de pertenencia con la Universidad, la posibilidad que tienen para escalar en su carrera académica y la infraestructura disponible para las prácticas pedagógicas.
“Nuestro compromiso es revisarnos de manera constante, medirnos con los mejores estándares y mantenernos en el mundo académico como el programa pionero que nos ha identificado durante 45 años. Es importante para nosotros contar con estas acreditaciones, y garantizar la plasticidad y dinámica que hace de los directivos de hoy personas fundamentales en el mundo de la administración”, comenta Carlos Mario.
El MBA se ha propuesto estar en sintonía con los retos actuales, a través de metodologías adecuadas para formar profesionales con conocimientos en las principales áreas funcionales de las organizaciones.
En Economía, una cultura de mejoramiento continuo
También la maestría en Economía recibió su acreditación por seis años con comentarios positivos por su alta inversión en proyectos de investigación; por tener grupos de investigación clasificados en categoría A1 de Colciencias; por contar con un staff de profesores que, en un 76 por ciento, tiene título de doctorado o se encuentran en proceso de formación, y por lograr que la producción académica de los estudiantes haya aumentado a 25 publicaciones entre 2010 y 2016.
“Además, desde 2014, hemos fortalecido el sistema de becas en nuestro posgrado y esa vinculación resulta muy eficaz para mejorar la calidad de la producción académica y asegurar la participación de los estudiantes en los procesos de investigación. Luego, el impacto de los graduados en el medio es alto y de buena calidad, y se destacan los convenios de doble titulación con Université Catholique de Louvain (UCL), Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y Tilburg University”, señala Mery Tamayo Plata, profesora de la Escuela de Economía y Finanzas.
Para la docente este reconocimiento permite establecer una cultura de mejoramiento continuo, favorece la internacionalización del programa porque facilita la convalidación de títulos en el exterior, y beneficia a los egresados y a los alumnos por la buena calidad y reputación que, a su vez, posibilita mejores condiciones laborales en el futuro. “Se convierte en un desafío constante para el cuerpo docente e incentiva la actualización permanente de los procesos académicos e investigativos de acuerdo con las tendencias mundiales”, añade Mery.
Por eso, este equipo ahora busca incrementar la visibilidad de los trabajos de grado de la maestría, fomentar el dominio del inglés, promover la movilidad académica y estrechar la relación con los graduados del programa.
El proceso contempla tres etapas que se inician con la voluntad expresa de la institución ante el Consejo Nacional de Acreditación (CNA): la autoevaluación, la evaluación externa o evaluación por pares, y la evaluación final en la que se emite el concepto definitivo.
Un balance de acreditación de programas
El Sistema Nacional de Acreditación en Colombia se creó con la Ley 30 de 1992. Su objetivo, según esta normativa, “es el de garantizar a la sociedad que las instituciones de educación superior cumplen los más altos requisitos de calidad y que realizan sus propósitos y objetivos”.
El proceso contempla tres etapas que se inician con la voluntad expresa de la institución ante el Consejo Nacional de Acreditación (CNA): la autoevaluación, la evaluación externa o evaluación por pares, y la evaluación final en la que se emite el concepto definitivo.
Si bien en sus inicios, el sistema en Colombia acreditó programas de pregrado hacia finales de los años 90, en 2001 se abrió el panorama a la acreditación de instituciones. “Luego, en 2010, y dado el crecimiento acelerado de programas de posgrado en esa última década, apareció la normatividad para acreditar maestrías y doctorados en el país”, señala Alberto.
Para acreditarse, los programas de maestría y de doctorado tienen que cumplir dos requisitos: uno de antigüedad y madurez, y otro de experiencia que se debe hacer visible en ocho años de funcionamiento.
“Con este esquema, en 2012 hicimos una evaluación de cuáles podrían ser los programas de posgrado que serían acreditables y que cumplían con los requisitos de número de graduados y años de funcionamiento, e iniciamos el proceso. El fruto se vio con las acreditaciones de la maestría en Finanzas, Ciencias de la Administración, Matemática Aplicada, Ciencias de la Tierra e Ingeniería”, explica el director de Direccionamiento Estratégico, quien añade que, en 2017, se obtuvo la acreditación del doctorado en Administración y se está a la espera de respuestas para la maestría en Música y el doctorado en Ingeniería.
Un asunto que ha cambiado recientemente es el número de años de vigencia de las acreditaciones, que ahora son por seis o nueve años, mientras que anteriormente se tenía un rango más amplio de 4, 6, 8 y 10 años. Así, las nuevas acreditaciones tienen solo dos posibilidades. La mayoría de posgrados eafitenses tiene acreditaciones con vigencia de seis años y lo que se espera, según el directivo, es que en un próximo proceso de renovación de la acreditación se otorgue el aval por nueve años.
Todo este camino se suma a los 17 de 19 pregrados susceptibles de ser acreditados que ya cuentan con este aval —Psicología y Mercadeo se encuentran en el proceso— y recibir este voto de confianza, el mismo que depositan en la Institución quienes la eligen para abrirse a un conocimiento especializado y global, en contexto competitivo, exigente y cambiante, en medio de un panorama nacional en el que apenas se vislumbran acreditaciones para el nivel de formación posgradual.
Lo anterior porque, entre 2010 y 2017, Colombia pasó de tener 3300 programas de maestrías a contar con cerca de 7000, y los doctorados que eran alrededor de 600 han llegado a más de 1530. Así que se puede hablar de una bonanza de acreditaciones de programas de posgrado a partir de 2020.
Mientras eso sucede, EAFIT seguirá haciendo sus apuestas a la internacionalización de sus programas, a los intercambios con otras instituciones en el mundo, a abrir la mirada a las dinámicas mundiales para estar a la vanguardia, a consolidarse como un lugar para aprender con alta calidad, que certifica sus propuestas pedagógicas y las ubica entre las mejores que se ofrecen en el país.
Un MBA con 45 años de historia
Fortalecido, maduro, en sintonía con las tendencias mundiales y en búsqueda de nuevas dinámicas que le permitan seguir avanzando como un programa de alta calidad. Así llegó la maestría en Administración a 45 años de existencia en 2018 —que celebró con sus egresados el 8 de noviembre—, tiempo que ha sido suficiente para alcanzar grandes fortalezas en sus procesos metodológicos, en su planta docente y en flexibilidad para los estudiantes que la hacen referente en la región y en el mundo.
Este posgrado, que nació para responder a las necesidades de los directivos de Colombia, que guarda en su historia 91 promociones y 2716 egresados, que está acreditado en el ámbito internacional por la Association of MBAs (Amba) y que es considerado el número uno en Colombia según el ranquin QS, tiene un largo recorrido, años de experiencia y cientos de oportunidades para potenciar el aprendizaje que ha podido construir para que sus estudiantes cumplan sus sueños profesionales.
“En este momento damos una mirada hacia atrás y nos sentimos orgullosos por lo que hemos construido porque tenemos un programa puesto a tono con las tendencias mundiales; alineado y comprometido en términos de gestión y organización en el ámbito regional, nacional e internacional; y con un equipo docente idóneo”, destaca Ricardo Uribe Marín, decano de la Escuela de Administración.
Al respecto, Carlos Mario Betancur Hurtado, coordinador del MBA, expresa que llegar a este punto con tan buenos resultados es el reflejo del esfuerzo, el apoyo y la transformación de las iniciativas que se emprenden en la Institución para lograr una oferta con altos estándares nacionales e internacionales que abarquen las necesidades que el entorno demanda.
“Por eso, con motivo de los avances para el Itinerario EAFIT 2030 vamos a reinventarnos y a darle paso a los cambios necesarios para entregar profesionales con los perfiles y las fortalezas que requieren las compañías hoy en día”, aduce convencido de que un programa como este se debe revisar cada cinco años para estar alineado con las transformaciones que propone el mundo.
De otro lado, Ricardo asegura que los retos propios de la Universidad, la cuarta Revolución Industrial y las nuevas pedagogías de aprendizaje serán pasos y guías importantes en la definición de los propósitos que en el futuro se planteará este posgrado. “Nos motiva pensar en esto y trabajaremos por mantener y superar nuestros logros”, concluye el Decano.