Una voz serena y concisa, de carácter tranquilo y siempre sonriente. Esas son algunas de las cualidades que describen a Andrés Gallo Molina, quien fue reconocido por su obra Sol de invierno en el Busan Coral Festival & Competition, celebrado en Corea del Sur, uno de los concursos más prestigiosos del ámbito internacional de la música coral.
La competencia contó con personas de 13 nacionalidades y, en esta, Andrés se hizo acreedor al tercer puesto. Con 28 años, este egresado del pregrado en Música de EAFIT con énfasis en composición, recibió la noticia que deja en alto sus dotes como compositor. "Lo más gratificante es que mi trabajo se esté escuchando en todo el mundo" dijo.
Sol de invierno, en palabras de Andrés "es una obra coral para voces mixtas, es decir, femeninas y masculinas, tanto para soprano y contraltos como para tenores y bajos. Tiene efectos con la voz que se llaman, en lenguaje musical, técnicas extendidas. En esta no se utilizaron instrumentos, solamente sonidos hechos por los cantantes, representando y recreando así las diferentes estaciones y fenómenos como la lluvia, el viento y la naturaleza en general", describe Andrés.
Lo curioso es que la obra no estaba destinada primordialmente para participar en el concurso coreano, en realidad fue escrita por petición de la Fundación Éxito bajo el parámetro de que debía ser exclusivamente para un público infantil.
Andrés, de ojos verdes y pecas que le cubren el rostro, cuenta que escribió Sol de invierno en unos quince días, inspirado en Disney y en innumerables películas que le sirvieron de referente.
El compositor ensayó y grabó la obra con el coro Tonos Humanos, agrupación musical que cuenta con cerca de 32 cantantes, y que fue fundada en 1984 por su actual directora: la maestra Cecilia Espinosa Arango.
"Andrés es un joven de gran talento musical que viene desarrollando un lenguaje propio en sus composiciones, las que van teniendo proyección en nuestro medio y comienzan a resonar en el exterior. Además, al lenguaje musical de Andrés se suma el hecho de que gran parte de sus obras cuentan con textos de su autoría", comenta la maestra Cecilia.
La directora de la Orquesta Sinfónica EAFIT agrega que el conocimiento del eafitense de otros géneros es bastante amplio, pues fácilmente puede pasar del rock a la música clásica, instrumental y coral, "sobre todo en este último, ya que su paso por los coros Tonos Humanos y Arcadia han dejado especial huella en su quehacer musical".
Andrés cuenta que para participar en el concurso internacional debió cumplir con unos requisitos específicos, pagar una inscripción y escribir una reseña sobre la obra. Ahora, gracias a una beca que ganó en Colfuturo, estudiará una maestría en Música para cine y medios audiovisuales, en la Pulse College de Dublín, Irlanda.
"Yo creo que antes de hablar tarareaba"
El amor por la música nació siendo parte de este eafitense. "Viene desde mi familia, mi papá toca muy bien el requinto, él fue mi primer profesor de guitarra, y a mi mamá le gustaba mucho cantar. Nadie como ella tocaba las castañuelas".
Andrés confiesa que todos sus hobbies tienen que ver con la música, y en su tiempo libre toca en su banda. "Y si no quiero estudiar, lo primero que hago es agarrar mi guitarra", expresa.
Uno de sus objetivos al terminar la maestría es especializarse en Los Ángeles, Estados Unidos, en música audiovisual para video juegos. "La vida no me deja descansar, debo decir honestamente: mi vida no es aburrida y me siento muy agradecido por eso", dice con una gran sonrisa.