Colombia tiene registradas 54.871 especies de animales, plantas, hongos y líquenes en la Infraestructura Mundial de Información Sobre Biodiversidad, una iniciativa global para el acceso a información relacionada con los recursos naturales, y solo uno de sus grandes ríos, el Magdalena, cuenta con 500 afluentes y recibe el agua de más de 5.000 quebradas. Con todo este potencial, no suena ambicioso pensar que para 2032 será líder mundial en tendencias de biodiversidad.
Así lo considera Claudia Marcela Betancur Giraldo, directora ejecutiva de la Corporación Biointropic, para quien el aprovechamiento sostenible de estos recursos permitirá desarrollar, producir y comercializar aplicaciones de biotecnología mediante procesos que le den valor agregado a la biodiversidad del país e incorporen innovación tecnológica, conocimiento y una apropiada gestión de la propiedad intelectual.
"Somos el segundo país del mundo con mayor biodiversidad, después de Brasil, y estamos entre los 17 países megadiversos, lo que está especificado en el Convenio sobre Diversidad Biológica, firmado en 1992. El gran reto es saber cómo hacer uso sostenible de esa diversidad y buscarle usos y aplicaciones; cómo volver a la era del aprovechamiento de los recursos naturales y dejar atrás esa era industrial de producción por volumen", manifiesta la directiva.
En sus palabras, incorporar los recursos naturales al sector industrial, mediante prácticas sostenibles, permitirá su aplicación amigable en los sectores farmacéutico, cosmético, químico, ambiental, agro y de alimentos.
Para esto, considera que es necesario generar mecanismos financieros y de inversión para crear empresas de base biotecnológica, pues en el país no hay un fondo de inversión para temas que tienen que ver con biodiversidad, así como flexibilizar la normativa de acceso a recursos genéticos, pues solo hasta el año pasado se empezaron a aceptar convenios marco para temas de investigación en este frente.
"En Colombia, el sector de la biotecnología es todavía emergente. Hace mucho fuimos declarados como el segundo país en biodiversidad, pero solo en 2011 se creó la Política para el desarrollo comercial de la biotecnología a partir del uso sostenible de la biodiversidad (Conpes 3697), que tiene retos en temas normativos, de inversión y desde las universidades y la investigación, pues aunque en el país hay unos 400 grupos de investigación en temas bio, muchos trabajos se quedan en los laboratorios", señala Claudia Marcela.
De igual manera, Agostinho Joao Ramalho Almeida, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT, considera que es necesario asegurar la continuidad del ciclo de investigación, desarrollo e innovación, al apostar no solo a la innovación aplicada y al desarrollo de productos, sino también a generar conocimiento en agricultura sostenible, mecanismos moleculares asociados a las enfermedades en las plantas, entre otros temas.
Al referirse a la sinergia entre el Estado, la academia y el sector privado, el experto agrega que "hay que crear capacidades focalizadas y concentrar esfuerzos en áreas temáticas, con la ayuda de entidades que lideren dichos procesos, para empezar a obtener beneficios a mayor escala de toda la capacidad instalada que existe hoy. Pero los esfuerzos están muy atomizados".
Esfuerzo conjunto
En el proceso de convertirse en potencia en tendencias de biodiversidad, el país ha allanado, en la última década, un camino que le permite contar con un capital humano formado y buena infraestructura de investigación y desarrollo. Tal es la visión optimista del profesor Agostinho Ramalho, para quien hoy existe más claridad para disfrutar ciertos recursos naturales de manera sostenible.
Ramalho afirma que EAFIT ha aportado enormemente a este fin, participando desde sus diferentes escuelas: "Hay grupos de investigación con un esfuerzo importante en temas muy transversales: desde energías renovables hasta bioprocesos y la utilización de microorganismos para la degradación de residuos. Me parece destacable la construcción sobre esos asuntos y la claridad a la hora de crear un Departamento de Ciencias Biológicas para apoyar a la región y el país desde la Universidad".
De otro lado, el aporte del Estado se evidencia no solo en políticas nacionales, como la decisión de este lunes de la Corte Constitucional de prohibir la minería en los páramos colombianos, sino en los esfuerzos de entidades como el Área Metropolitana, que adelanta procesos de control y sensibilización social en el área urbana del Valle de Aburrá.
Al respecto, Andrés Martínez, experto en producción sostenible de esa entidad, asegura que el fin primordial es que los procesos industriales sean cada vez mas optimizados en los ámbitos ambiental, económico y social, "para llegar a un punto más equilibrado, gracias también a dinámicas de consumo sostenible".
Sin embargo, Edgar Vélez Durango, de la Subdirección de Calidad Ambiental de Corantioquia, advierte que las capacidades para convertirse en país productor y exportador de derivados del buen aprovechamiento de los recursos naturales no reside en todo el territorio nacional, sino en la región del Suroriente, la zona de Orinoquia y Amazonia.
"Las regiones oriental, occidental y norte podrían tener grandes dificultades para cumplir con este objetivo, porque es justamente donde tenemos la mayor población ubicada; gran parte de la industria y la demanda de agua, y la mayor oferta de bienes y servicios que derivamos en nuestras ciudades. Por eso, es en donde tenemos la mayor pérdida de biodiversidad", manifiesta Vélez Durango.
La mayor oferta de elementos de biodiversidad para el mercado, según él, se encuentra en zonas de Putumayo, Arauca, Guainía, Guaviare y Amazonas. "Allí vamos a tener cosas muy interesantes desde el punto de vista de la biodiversidad, como estrategias de comercio sostenible", concluye el experto.
Potencial de la biotecnología
De acuerdo con Claudia Marcela Betancur, directora ejecutiva de la Corporación Biointropic, el papel de la biotecnología puede evidenciarse en tendencias globales relacionadas con cambio climático; aprovechamiento sostenible de suelos y fuentes hídricas; seguridad alimentaria; salud, entre otras. "Lo importante es que son soluciones que parten de la biodiversidad. Por ejemplo, en temas de tratamiento de aguas contaminadas o suelos degradados por minería la biotecnología aporta desde la bioremediación: a través de microorganismos, hongos, extractos vegetales se hace un esquema integral, mezclando varias técnicas, para recomponer el ecosistema".
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Alejandro Gómez Valencia
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT
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