Todos ellos quisieran regresar a Barcelona (España), Iowa (Estados Unidos) y Seúl (Corea), los países a los que asistieron 110 estudiantes de la Maestría en Administración de la Universidad. Los días que pasaron por allí estuvieron marcados por intensas jornadas académicas, ocho horas diarias de clase, visitas a empresas y ejercicios relacionados con proyectos internacionales y negociaciones que nutrieron el espíritu del conocimiento de los asistentes.
“Salir del contexto eafitense para conocer otras metodologías fue una experiencia muy enriquecedora. Aprendimos cómo funciona la economía, sus empresas y cómo han llegado a ser la potencia que hoy es destacada. Además, tienen muy claros los valores empresariales con los que se han reconstruido a través de la posguerra y los saben replicar. Es una país del que tenemos mucho por aprender”, expresa Ana María Zapata García, estudiante de este programa y quien viajó a Seúl.
Y es que, desde hace varios años, los docentes de esta unidad académica han impulsado esta estrategia, que esta vez incluyó más destinos, con el fin de hacer el aprendizaje más exploratorio.
“Buscamos ofrecer más opciones a nuestros alumnos porque esta experiencia vivencial les aporta más conocimientos y es equivalente a dos de los cursos obligatorios dentro del programa. Además, es una oportunidad también para ellos de conocer de cerca otras culturas y formas de trabajar”, explica Sacha Furst, docente del Departamento de Negocios Internacionales y uno de los acompañantes.
Por su parte, Edwin Osorio Lema, quien viajó a Barcelona, regresó con la satisfacción de haber podido aprender sobre proyectos internacionales, negociaciones en Asia y conocer de cerca las operaciones de varias empresas.
“La proyección de las clases fue muy adecuada, estuvo muy enfocado a nuestra rama de conocimiento y ahora tenemos muchas pautas para implementar otras formas de hacer negocios”, indica el estudiante.
Y es que para sus labores diarias esta experiencia fue completamente significativa, pues muchos de ellos son empresarios que pueden replicar todos estos conocimientos en sus profesiones y otros, como Edwin, que es director regional de un banco de la ciudad, pueden hacer uso de ellos para complementar sus labores.
Un paseo por la cultura
En los tiempos libres no podría haber más emoción que recorrer las calles de cada ciudad como turistas para conocer la gente, las costumbres, las comidas típicas o los detalles que podrían traer como recuerdo a Colombia.
"Fue una experiencia muy interesante porque la inmersión y el acercamiento a los orientales despertaba cada día más asombro. Tuvimos la oportunidad de estar en un templo budista de corriente coreana y nos enseñaron principios básicos de su creencia, las postraciones, hicimos meditación y la ceremonia del té. Conocer el significado de purificación y limpieza que tiene esto para ellos fue excepcional”, comenta Ana.
La eafitense cuenta que la tecnología que se ve en esta zona es muy avanzada y el sistema de transporte es efectivo por lo que la cotidianidad de los orientales fue para ella y su grupo un aspecto que cada día causaba una nueva sorpresa.
Para Juan Fernández Vélez, alumno del MBA en Medellín, la historia fue similar, pues su paso por Atlanta, Chicago y Minneapolis para llegar a Iowa fue todo un recorrido de vivencias que recuerda con mucha emoción.
“Hay situaciones que nos diferencian mucho como el servicio, la calidad, la jovialidad, el servicio y el apoyo a los emprendedores que es uno de sus distintivos”, apunta Juan.
Y recuerda que lo importante fue poder combinar las actividades académicas con las turísticas como cuando quisieron subir al BigBus para dar un tour por la ciudad y darse cuenta que, aunque hay mucha competencia, los empresarios no quiebran los precios, sino que ofrecen mayor calidad y servicio con el fin de respetar a los demás prestadores del paquete.
Y así fueron muchos los aprendizajes que desde estos tres lugares del mundo trajeron estos alumnos que coinciden en que su próxima parada internacional será para poder vivir nuevamente esta aventura.